Riesgo de una recesi¨®n mundial por la tensi¨®n comercial y la incertidumbre monetaria

La incipiente guerra comercial entre Estados Unidos y Jap¨®n, junto a la incertidumbre en los mercados monetarios y de cambio, pueden anticipar la temida recesi¨®n mundial, si bien muchos economistas norteamericanos descartan que ¨¦sta se produzca de una manera inmediata. El riesgo de una recesi¨®n mundial fue admitido la semana pasada por James Miller, director de Presupuesto de la Administraci¨®n de Ronald Reagan, quien recomend¨® al Sistema Federal de la Reserva (FED) que evite una subida indeseada de los tipos de inter¨¦s en Estados Unidos.Despu¨¦s de las advertencias de los analistas macroecon¨®micos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que anticipaban una ca¨ªda en el crecimiento econ¨®mico esperado para este a?o y el pr¨®ximo de la econom¨ªa mundial, existe un consenso general entre los economistas estadounidenses de que la econom¨ªa norteamericana ser¨¢ la primera v¨ªctima de la tendencia. El crecimiento esperado de su Producto Nacional Bruto (PNB) no supera el 2,5%, porcentaje medio de incremento desde 1984.

Las declaraciones de James Miller provocaron una subida de los tipos de inter¨¦s de los bonos a largo plazo del Tesoro norteamericano, que superaron el 8,5% la semana pasada por vez primera en mucho tiempo. Miller expuso la teor¨ªa, coincidente con la de Paul Volcker, presidente del FED, de que existe un riesgo de renovada inflaci¨®n por la tentaci¨®n de "algunos monetaristas" de recurrir a una subida de los tipos de inter¨¦s para defender el d¨®lar. A la larga, dijo Miller, una subida de los tipos "no nos defender¨¢ de la amenaza de la inflaci¨®n, pero nos adentrar¨¢ en la recesi¨®n".

Esta opini¨®n fue puesta en duda por algunos expertos privados, tales como Leornad Santon, de la firma Griggs and Santon Inc., quien se?al¨® que "las posibilidades de una recesi¨®n en 1987 son a¨²n muy modestas, aunque los acontecimientos en las dos ¨²ltimas semanas parecen inclinarnos en tal direcci¨®n". Santon se refer¨ªa a la continua depreciaci¨®n del d¨®lar en los ¨²ltimos quince d¨ªas, que ha alcanzado el punto m¨¢s bajo desde la segunda guerra mundial.

Stephen Slifer, de Shearson Leman Brothers, tambi¨¦n opina que es prematuro hablar de recesi¨®n, pero advierte: "Una vez que introduces el elemento sicol¨®gico en los an¨¢lisis, uno llega a la conclusi¨®n de que nada es descartable". El experto se?ala que el mayor peligro lo ve en la subida de los tipos de inter¨¦s de los bonos del Tesoro, que encarecer¨ªa la financiaci¨®n del multimillonario d¨¦ficit fiscal norteamericano y dificultar¨ªa el cr¨¦dito al sector privado, as¨ª como la necesidad perentoria que tiene la econom¨ªa de reducir su desequilibrio exterior.

Sanciones comerciales

El mayor peligro recesivo lo ven algunos expertos en la amenaza de guerra comercial entre Estados Unidos y Jap¨®n, elevada de tono este pasado fin de semana con la materializaci¨®n de las sanciones arancelarias norteamericanas sobre la exportaci¨®n de semiconductores japoneses. Ayer, expertos legislativos estadounidenses anticipaban la aprobaci¨®n la semana pr¨®xima, por la C¨¢mara de Representantes, de un proyecto de ley que forzar¨ªa a los pa¨ªses con super¨¢vit comercial con Estados Unidos a reducirlo mediante un complejo mecanismo de penalizaciones.Esta medida est¨¢ contenida en una enmienda presentada al proyecto de ley comercial por el congresista Gephardt, dem¨®crata por Mississippi, que, seg¨²n manifest¨® en Tokio Thomas Foley, l¨ªder de la mayor¨ªa democr¨¢ta en la c¨¢mara baja, ser¨¢ sometida a votaci¨®n la pr¨®xima semana "con muchas posibilidades de que sea aprobada". Jap¨®n, Taiwan, Hong Kong, Brasil, Italia y la RFA ser¨ªan los pa¨ªses que ver¨ªan afectado su comercio con Estados Unidos como consecuencia de la aplicaci¨®n de este proyecto de ley.

Ayer concluy¨® sin ¨¦xito una nueva jornada negociadora entre Jap¨®n y EE UU en su intento de resolver una disputa surgida en tomo a la demanda norteamericana para que Jap¨®n abra sus fronteras, con la eliminaci¨®n de los cupos a partir de abril de 1988, a la entrada de arroz, carne y limones estadounidenses.