Descubren una fosa con restos de 26 personas en un desierto del norte de Chile
ENVIADO ESPECIALUna fosa con osamentas, sobre las que existen "sospechas" de que podr¨ªa tratarse de parte de los restos de 26 personas fusiladas en 1973, despu¨¦s del golpe militar, fue localizada ayer por abogados y familiares de las v¨ªctimas en el desierto del norte chileno, a 10 kil¨®metros de Calama, a 1.600 kil¨®metros de Santiago. La fosa, de dos metros de profundidad y cuatro de ancho, contiene 14 caderas, costillas y otros huesos.
Los restos, diseminados y con se?as de haber sido removidos, est¨¢n junto a dos cajas en las que -probablemente- fueron trasladados hasta el lugar. La basura tiene indicios de ser reciente, seg¨²n pudo apreciar EL PA?S durante el hallazgo, en medio de un sepulcral silencio s¨®lo batido por el ruido del polvo que arrastra el viento. Un recorte de peri¨®dico amarillento muestra una foto del general Pinochet saludando a autoridades locales; una lista de nombres tiene fecha de 1978, y un zapato desvencijado es de modelo moderno, tal como las cajetillas de cigarrillos que all¨ª se encuentran. En el mont¨ªculo que rodea la fosa, hay restos que aparentemente son de explosivos, y cables.Despu¨¦s de examinar el lugar, el abogado H¨¦ctor Contreras, de la Vicar¨ªa de la Solidaridad, se dirigi¨® al juzgado de Calama para pedir "una investigaci¨®n cient¨ªfica y minuciosa", la concurrencia de expertos y protecci¨®n policial para evitar que las osamentas sean removidas. Seg¨²n Contreras, este hallazgo "obliga a los familiares de las v¨ªctimas a tomar todos las garant¨ªas judiciales, ante la posibilidad de que los restos all¨ª depositados pudieran corresponder con los de algunos de los fusilados", aun cuando se?ala que los antecedentes recogidos no vinculan directamente los restos con los fusilamientos.
Junto a la fosa, la abogada Carmen Hertz, viuda del abogado y periodista Carlos Berger, fusilado en Calama, musit¨®: "No puedo aceptar que Carlos est¨¦ aqu¨ª en medio de la basura. ?sto tiene que investigarse. Los asesinos deben decir d¨®nde dejaron los cuerpos". El abogado Contreras denunci¨®, "la crueldad de un crimen cometido hace 14 a?os, que lleg¨® hasta el extremo de ocultar los cuerpos".
La pesadilla no ha terminado para los familiares de los 26 ejecutados. Algunos, incluso, no creen que est¨¢n muertos. Violeta Berrios, que fuera compa?era del fusilado militante socialista Mario Arg¨¹elles, declara que no cree en su muerte, a pesar de que tiene en sus manos el certificado de defunci¨®n, "mientras no vea el cuerpo". La infatigable b¨²squeda, dice Victoria, hermana del fusilado Jos¨¦ Savedra, comenz¨® cuando se enteraron de la ejecuci¨®n, por boca de un capell¨¢n militar.
Pero los cuerpos les fueron negados por el comandante de la zona, quien dijo a los familiares que deb¨ªan esperar un a?o por disposiciones sanitarias y para evitar que fueran convertidos en "h¨¦roes" por la poblaci¨®n. La versi¨®n oficial indic¨® que los 26 prisioneros fueron muertos cuando eran trasladados de Calama a Antofagasta e intentaron, supuestamente, fugarse.
Los detalles fueron revelados a?os m¨¢s tarde, cuando las autoridades de la regi¨®n culparon a una misi¨®n militar que vino en helic¨®ptero desde Santiago, al mando del general de Ej¨¦rcito Sergio Arellano, actualmente en retiro. De los ocho integrantes de esa comitiva, tres estuvieron vinculados despu¨¦s con casos de violaciones a los derechos humanos: los oficiales Pedro Espinosa y Armando Fern¨¢ndez Larios, en el asesinato en Washington del ex ministro de Asuntos Exteriores socialista, Orlando Letelier; y el teniente Marcelo Moren Brito dirigi¨® el campo de torturas de Villa Grimaldi.
La comitiva, que fue llamada la caravana de la muerte, pas¨® en octubre de 1973 por las ciudades de La Serena, Copiap¨®, Antofagasta y Calama, donde en total fueron fusilados 72 militantes izquierdistas que permanec¨ªan prisioneros, algunos de ellos con penas de c¨¢rcel dictadas por consejos de guerra. En una declaraci¨®n judicial el general de Ej¨¦rcito Joaqu¨ªn Lagos, la m¨¢xima autoridad del norte durante el golpe militar (actualmente en retiro), relat¨® que en Antofagasta la comitiva de Arellano sac¨® a 14 detenidos y los mat¨® con r¨¢fagas de metralleta y fusiles de repetici¨®n.
Seg¨²n el general Lagos, Arellano deslind¨® su responsabilidad y culp¨® al segundo oficial al mando de la comitiva, el comandante Sergio Arredondo. Pero Lagos reproch¨® a Arellanos "un crimen tan monstruoso como cobarde, pues se hab¨ªa dado brutal muerte a gente indefensa, sin que mediara sentencia alguna".
Pocas horas despu¨¦s del asesinato, Lagos pidi¨® a Pinochet que le pasara a la situaci¨®n de retiro, y volvi¨® a criticar la actitud de Arellano. Pinochet orden¨® a Arellano por tel¨¦fono que regresara a Santiago.
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