Los errores de Reinosa
Decisiones desafortimadas de sindicatos: Gobierno y Guardia Civil estuvieron a punto de provocar un Casas Viejas para Felipe Gonz¨¢lez
La desesperaci¨®n de una comarca sometida a un progresivo proceso de degradaci¨®n econ¨®mica y algunas intervenciones desafortunadas de la Guardia Civil han estado a punto de convertir a Reinosa,en el Casas Viejas del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Al nerviosismo de los dirigentes, sindicales y de la mayor¨ªa de los trabajadores, que creyeron en la existencia de planes para el desmantelamiento industrial de Reinosa, se sumaron graves errores pol¨ªticos y policiales, seg¨²n se desprende de los datos comprobados por el -Equipo de Investigaci¨®n de EL PAIS. Actualmente hay nuevas v¨ªas de di¨¢logo entre los sindicatos, las empresas y la Administraci¨®n tras cinco semanas de enfrentamientos del pueblo con la Guardia Civil, cuya consecuencia m¨¢s grave es que un trabajador se,encuentra entre la vida y la muerte.
El balance de 10* s enfrentamientos es espectacular: cerca de doscientos heridos, siete de gravedad; sesenta y tres' detenidos por "des¨®rdenes p¨²blicos" durante el Jueves Santo, muchos de ellos presuntamente maltratados en el cuartelillo de Reinosa, que fueron puestos en libertad sin c argos al pasar a disposici¨®n judicial; y numerosos da?os-materiales, cuya evaluaci¨®n exacta a¨²n no se ha hecho. La hostilidad hacia la Guardia Cvil est¨¢ hoy a flor de piel entre los vecinos."?Nos van a borrar del mapa!". Esto es lo que pensaron los l¨ªderes sindicales de Reinosa cuando se enteraron de que Forjas.y Aceros, la principal fuente de empleo de la comarca desde principios de siglo, se propon¨ªa despedir a uno de cada cuatro trabajadores de su plantilla actual, que en los ¨²ltimos ocho a?os se hab¨ªa reducido ya en un 23%. Impresi¨®n- que creyeron confirmada, cinco d¨ªas m¨¢s tarde, con el anuncio de que el presidente de la empresa, Enrique Antol¨ªn, iba a ser nombrado ministro del Gobierno vasco. Los remosanos tem¨ªan que el Gobierno central afrontara la reconversi¨®n de la industria de aceros especiales en beneficio de Euskadi, donde est¨¢ radicada la mayor parte de las empresas del sector, y en detrimento de Cantabria y de Forjas y Aceros.
La conflictividad laboral en Reinosa, que hab¨ªa producido paros y cortes de la v¨ªa f¨¦rrea desde finales del pasado a?o, tom¨® un cariz diferente con el secuestro del presidente Antol¨ªn, el 11 de. marzo, que hab¨ªa acudido a Forjas a despedirse del equipo directivo. En aquellas horas, las direcciones de CC OO y UGT de la f¨¢brica elaboraron estrategias improvisadas, sin tener idea clara de la salida que pod¨ªa darse a la retenci¨®n del empresario por los trabajadores. El comit¨¦ de empresa asegura que durante esta jornada y la siguiente, nadie dirigi¨® las diferentes acciones. Fuentes empresariales, sin embargo, no dudan en atribuir a los sindicatos la planificaci¨®n del secuestro y la responsabilidad por los acontecimientos posteriores.
Al conocer. el secuestro, el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez consider¨® una cuesti¨®n de honorpermitir que Enrique Antol¨ªn, propuesto por. los socialistas como consejero del Ejecutivo vasco, tomara posesi¨®n de su cargo a la hora prevista. Para ello, el ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo, transmiti¨® personalmente al delegado del Gobierno en Cantabria, Antonio Pallar¨¦s, la orden de liberar a toda costa a Enrique Antol¨ªn.
. El dirigente empresari¨¢, en la madr¨²gada del d¨ªa 12 y bajo lapresi¨®n de los sindicatos, telefone¨¦ al,presidente del INI, Clau,dio -Aranzadi, para intentar un arreglo en el expediente de rescisi¨®n de contratos anunciado d¨ªas4ntes y facilitar una salida pac¨ªfica a su secuestro. La dire¨²ci¨®n del INI, seg¨²n fuentes gubernamentales, trat¨® de ponerse en contacto infructuosamente con Marcelino Camacho, secretario general de CC 00, para, que intercediera ante -los dirigentes locales de Reinosa. Al final lo hizo con Juli¨¢n Ariza, de la l¨ªnea carrillista en la ejecutiva de Comisiones Obreras. Las negociaciones telef¨®nicas no progresaron porque a las tres de la madrugada se cortaron las l¨ªneas de la f¨¢brica con el exterior. No ha podido esclarecerse si el sabotaje fue realizado por los trabajadores, que lo niegan, o por la Guardia Civil, que atribuye a los sindicalistas la responsabilidad.
Mientras tanto, trescientos cuarenta guardias civiles fueron apresuramente enviados a Reinosa:una . parte de ellos eran es pecialistas, pero otros llevaban a?os en tareas burocr¨¢ticas. Una vez conseguida la liberaci¨®n del empresario, que fue un ¨¦xito, las autoridades se desentendieron de l& ciudad, y el mando princi pal de,los guardias concentrados en tomo -a la f¨¢brica, el comandante Lobo, recibi¨® instrucciones del jefe de la Comandancia de Santander, teniente coronel Sanz, para abandonar Reinosa junto con el- liberado.
Entonces estall¨® la indignaci¨®n popular y se puso de manifiesto la falta de preparaci¨®n de buena parte de los guardias civiles para hacer frente a un grave problema de orden p¨²blico. Un contingente pudo retirarse desde los accesos de la f¨¢brica al cuartelillo local, disparando pelotas de goma, mientras que otros sesenta guardias. se vieron rodeados en las calles y atacados con safia por una multitud, que estuvo a punto de lincharlos. Los agentes. no, hicieron uso de sus armas de fuego, pese a ser literal-mente lapidados, y optaron por la rendici¨®n como- mal menor.
La ciudad de Reinosa -trabajadores, amas de casa, estudiantes-~-, alertada por los constantes me-usajes dejas enusor-as de radio locales, fue presa de una histeria colectiva. En la terrible jornada -casi todos lo reconocen ahora-, no es f¨¢cil encontrar una mano negra. Ni el Gobierno, ni el juez que, instruye d¨ªligencias, ni los testuin¨®mos recogidos entre los m¨¢s diversos sectore:i~de la ciudad, permiten atribuir a- grupos o personas determinadas la direcci¨®n de t¨¢cticas propias de una guerrilla urbana.
No hay responsables
Mes y medio despu¨¦s de aquellos sucesos, las ¨²nicas personas que han sufrido medidas disciplinarias o judiciales son un jefe de la Guardia Civil y dos presuntos delincuentes. El relevo del teniente coronel Tom¨¢s Sanz, jefe de la Comandancia de Santander,es el ¨²nico que se ha producido tras aquell¨¢ jornada, de lo que deb~ deducirse que el Gobierno quiere circunscribir en ¨¦l toda la. responsabilidad por laineficacia en el mantenimiento del orden p¨²blico tras la liberaci¨®n de Antol¨ªn. El citado jefe permaneci¨® en Santander capital durante la operaci¨®n. Tampoco atendi¨® las indicaciones del delegado del Gobierno para que la li-beraci¨®n se realizara durante la' noche, insistiendo en que hac¨ªa falta luz solar, con loi cual la poblaci¨®n civil tuvo tiempo de acudir en gran n¨²mero a la f¨¢brica.
Los dos presuntos delincuentes -uno de ellos con antecedentes por hurto y posesi¨®n de drogas- est¨¢n en prisi¨®n preventiva, tras hab¨¦rseles ocupado una de las armas arrebatadas a la Guardia Civil.
La poblaci¨®n de Reinosa, al
gunos de cuyos vecinos impidie
ron ' el linchamiento de los guar
dias con serio-riesgo de su propia
integridad y otros les facilitaron
refugio para. salvarles de la ira
popular, vivi¨® las jornadas si
guientes entre la consternaci¨®n
de muchos por lo sucedido y la
continuidad del hostigamiento a
las fuerzas del orden por amplios
colectivos de obreros y estu
diantes. -
Los sindicatos, que se hab¨ªan visto desbordados en la jornada del d¨ªa 12, retomaron la iniciativa en los d¨ªas siguientes. Las mo-' vifizaciones posteriores, que produjeron hasta 30 cortes de la v¨ªa del tren,y numerosas barricadas en las carreteras de la comarca (incluso en una ocasi¨®n con eltendido de un cable electrificado), tuvieron lugar siempre tras las concentraciones convocadas -a la hora que Regaba el Talgo Santander-Madrid- por el comit¨¦ de empresa de Cenemesa.
Esta empresa privada, la segunda de Weinosa, ha sufrido problemas muy complicados en su propiedad. Exist¨ªa una amenaza de 178 despidos -sobre una plantilla de 400-, que se materializ¨® el 2 de abril con la presentaci¨®n de? expediente, tras varios meses de sucesivas suspensiones temporales de empleo. El comit¨¦ de empresa, seg¨²n uno de sus miembros, convoc¨® estas acciones "para que no se olvidase su problema"; pero ¨¦stas coincidieron con la oampa?a nacional de movilizaci¨®n de Comisiones Obreras contra la pol¨ªtica eco?¨¢mica del Gobierno sociaw lista. La UGT propuso un par¨¦ntesis de una semana para negociar en Madrid, postura que fue rechazada por la asamblea de la f¨¢brica. Los cortes de comunicaciones y los enfrentan¨²entos con la Guardia Civil se multiplicaron en los d¨ªas previos a la Semana Santa, con un saldo de sesenta heridos, y contusionados.
La represi¨®n del Jueves Santo
El Gobierno, que advirti¨® que no iba a tolerar m¨¢s des¨®rdenes, envi¨® a Reinoia un columna de 500 guardias civiles dotada de tanquetas, veh¨ªculos de intervenci¨®n y dos helic¨®pteros, para impedir una concentraci¨®n no autorizada prevista para el Jueves Santo. .Estas fuerzas,que ten¨ªan pr¨¢cticamente tomada la ciudad, no pudieron impedir que en un punto de la v¨ªa f¨¦rrea algunas personas detuvieran el Talgo.
La sirena de este tren, al ad
vertir la barricada que imped¨ªa
su paso, coincidi¨® con el inicio de
la intervenci¨®n de la Guardia Ci
vil, que seg¨²n multiples testimo
nios de vecinos y autoridades lo
c.ales'fue desmedida y con toda
clase de excesos- '. Los guardias
rompieron lunas de escaparatas
en calles vac¨ªas, dispararon pelo
tas de goma contra las ventanas
de los edificios -sin excluir el
edificio del Ayuntamiento y los
juzgados- apalearon a ciudada
nos totalmente ajenos a los alter
cados e incluso allanaron locales
p¨²blicos y el ambulatorio donde
se estaba curando a los heridos
de la jornada. Todas estas acciones, en muchos casos, fueron acompa?adas de amenazas ("Os vais a acordar del d¨ªa 12") e insultos y vejaciones.
En la jornada fueron detenidas 63 personas -ninguna de ellas dirigente sindical-, que seg¨²n las denuncias que est¨¢n presentando ante el juez fueron sometidas a palizas en el cuartelillo local. El jefe de las operaciones del Jueves Santo fue el teniente coronel Monje. Hasta el momento el Gobierno no ha abierto ninguna investigaci¨®n interna sobre estas actuaciones de la Guardia Civil, si-bien se nombr¨® un fiscal especial a ra¨ªz de los hechos del 11 y 12 de marzo.
En el hospital de Valdecilla, entre la vida y*la muerte, permanece internado un trabajador, Gonzalo Ruiz Garc¨ªa, que recibi¨® en el rostro un impacto de pelota de goma, sufri¨® la acci¨®n de gasel introducidos por la polic¨ªa en un garaje donde se hab¨ªa refugiado.y que, tras ser detenido en el cuartelillo* fue abandonado en la calle, a 30 metros del ambulatorio, por n¨²meros de la GuardiaCivil. Fuentes gubernativas dicen que este ¨²ltimo hecho se produjo ante la hostilidad de los vecinos que se encontraban junto al centro sanitario.
Opo~ismo pol¨ªtico
1
La gravedad de los acontecimientos no ha impedido que s¨¦ hayan producido todo tipo de oportunismos pol¨ªticos y aprovechamientos preelectorales: as¨ª, Alianza Popular -partido al que pertenece el presidente de la autonom¨ªa c¨¢ntabra, ?ngel D¨ªaz de Entresotos- arenga a los reinosanos para "continuar en la lucha"; el Partido Regionalista de Cantabria exige en esta poblaci¨®n "la expulsi¨®n de la Guardia Civ?d" de la comarca; el CDS culpa al PSOE de atentar contra Reinosa, y tanto este partido como Izquierda Unida piden que no se vote a los socialistas, a quienes responsabilizan del conflicto.
El alcalde de S antander y can
didato de AP a la presidencia de
la autonom¨ªa, Juan Hormaechea,
se sum¨® ostensiblemente a una
manifestaci¨®n de Comisiones
Obreras, convocada d¨ªas des
pu¨¦s de los primeros incidentes
de Reinosa. Mientras tanto, el al
calde socialista de Reinosa, Da
niel Mediavilla, es la viva,?magen
de la desolaci¨®n: recibe insultos
en la calle y sufre destrozos en
una tienda de su propiedad, un
d¨ªa por disparos de la Guardia
Ci ' vil y al siguiente por las pedra
das de los manifestantes.
Miles de millones para 'Ruinosa'
J. P. C. O. Reinosa tiene 13.500 habitantes y es el centro de una comarca que vive principalmente de tres f¨¢bricas (Forjas y Aceros, Cenemesa y Farga Casanova) y de la explotaci¨®n de unos, reducidos recursos agro-ganaderos. Estas tres industrias pertenecen a sectores en crisis y se encuentran ubicadas por razones hist¨®ricas en un punto geogr¨¢fico inadecuado (zona de monta?a alejada de proveedores y clientes y mal comunicada) que encarece el precio de los productos.
De ah¨ª que en medios de la Administraci¨®n se hable -de Ruinosa al abordar las cuantiosas. ayudas ofertadas (13.000 millones de pesetas en aportaciones del INI y 4.000 en inversiones previstas) dentro del plan de viabilidad de Forjas y Aceros que actualmente se negocia.
El futuro de Reinosa, seg¨²n coinciden,en se?alar autoridades locales y algunos sindicalistas, est¨¢ hipotecado a la instalaci¨®n, de nuevas industrias, en sectores no tradicionales que sean menos dependientes de su ubicaci¨®n, y a una mayor explotaci¨®n de los recursos mineros y tur¨ªsticos de la zona. Es una tesis similar a la que ha expuesto el ministro de Industria, Luis Carlos Croissier, despu¨¦s del conflicto. Pocos apuestan por las actuales industrias de cara al futuro, pero su funcionamiento resulta hoy imprescindible, dada la falta de alternativas en la zona. Los dirigentes de Comisiones Obreras siguen aferr¨¢ndose a los proyectos de los que hablaba Enrique Antol¨ªn durante su etapa como presidente: F?rJas y Aceros tiene posibilidades, por su tecnolog¨ªa y por la preparac¨ª¨®n de su mano de obra.
El Ejecutivo regional se escuda en una presunta falta de competencias para no desviar recursos hacia esta zona y atn'buye al Gobierno de la naci¨®n todos los males de la comarca.
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