Ultrasur
Ven¨ªan del Hondo Sur, de camisetas rojas y zamarras de astronauta, ven¨ªan de caligraf¨ªas y pancartas, de pancartas escritas y verbales, ven¨ªan los Ultrasur, los viejos muchachos, con cabezas violentas y con globos. Ven¨ªan al Bemab¨¦u, vienen algunas tardes, algunas noches, por dialogar a ostias el di¨¢logo Norte/Sur, que ellos son el Sur lento y solariego, las f¨¢bricas, el cintur¨®n de miseria, el cintur¨®n rojo, el cintur¨®n industrial y otros cinturones, a m¨¢s de la viborilla de agua que es el Manzanares por aquellas bajuras, muy ensalzado de puentes, pero nada. Ven¨ªan los Ultrasur, respuesta violenta y doncella, ya se ha dicho, dentro/fuera del di¨¢logo Norte/ Sur, sabedores oscuros de que once solistas del bal¨®n (qu¨¦ es el bal¨®n sino un instrumento musical y silencioso) interpretan para ellos la melod¨ªa de un Madrid/Madrid/Madrid que se agolpa en lo que tiene de villa, de Corte, de oso, de madro?o, de Chicago, de Chinch¨®n, de Madridejos y de Azca. Ultrasur o la venganza y la revancha, desde el grader¨ªo/farall¨®n de caras, contra el equipo provinciano o el conjunto extranjero. Venganza sin victoria, a veces, que entonces es m¨¢s venganza, y violencia en el concierto de los once solistas del driblaje, que hacen su ballet blanco sobre la noche verde de los focos. Ultrasur, un Madrid reprimido, retra¨ªdo, una tribu tatuada de metalurgia y escudos, un ruido y una furia de juventud que se expresa mediante once solistas en slip.Algo as¨ª es Ultrasur, o me parece. Mucho m¨¢s que una revancha deportiva, aunque ellos no lo sepan. Una forma ultrapol¨ªtica de "expresi¨®n y reuni¨®n" (que hubiera dicho Blas de Otero), una interrupci¨®n del convencional di¨¢logo Norte/ Sur mediante el botellazo y la pancarta a gritos. Hay un Madrid pedigroso que se expresa en ellos, anterior o posterior a la pol¨ªtica, hay un espesor de juventud suburbana que ha elegido esta ¨¦pica como otra. All¨¢ por donde las f¨¢bricas y los cementerios de autom¨®viles y un avi¨®n pinchado en un palo. All¨¢ donde el Manzanares es viborilla de agua al sol atroz de las multinacionales. Mejor la valla.
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