Historia de M¨®nica

M¨®nica parec¨ªa uno de los beb¨¦s m¨¢s afortunados: su madre hab¨ªa mostrado desde el principio un gran inter¨¦s por la ni?a, tambi¨¦n su padre y sus abuelos. Teniendo en cuenta este detalle, la historia de M¨®nica se convierte en paradigm¨¢tica: si a ella le ocurre lo que le ocurre, qu¨¦ no les suceder¨¢ a los otros ni?os...M¨®nica hab¨ªa sido un beb¨¦ deseado, a pesar de que tanto su madre, unos 30 a?os, como su padre, unos 20, eran drogodependientes de la hero¨ªna. Ella era plenamente consciente de su situaci¨®n. Su embarazo fue relativamente tranquilo porque era ¨¦l quien obten¨ªa la dosis necesaria para los dos.
M¨®nica sufri¨® el s¨ªndrome de abstinencia al poco de nacer y, cuando fue dada de alta en el hospital Cl¨ªnico, sus padres la llevaron al piso que el abuelo paterno les hab¨ªa dejado. Al principio todo fue relativamente bien, hasta que el padre fue detenido y acab¨® en la c¨¢rcel.
La madre, privada de su compa?ero y fuente de hero¨ªna, perdi¨® el mundo de vista y su principal obsesi¨®n pas¨® a ser c¨®mo conseguir el pico de cada d¨ªa. M¨®nica ten¨ªa secuelas del s¨ªndrome, se mostraba irritable y echaba de menos a su madre.
Un d¨ªa, el abuelo acudi¨® a las enfermeras del hospital Cl¨ªnico alarmado: "Hagan algo, ¨²ltimamente encuentro a la ni?a apagada o dormida. Temo que la droguen". Las enfermeras le respondieron que no pod¨ªan intervenir, y que deb¨ªa acudir a la polic¨ªa. As¨ª lo hizo, pero cuando la polic¨ªa fue al piso, madre e hija hab¨ªan desaparecido. La polic¨ªa abandon¨® la b¨²squeda, pero el abuelo no. Cuando la encontr¨®, consigui¨® que el Tribunal Tutelar de Menores recogiera a la peque?a. Semanas m¨¢s tarde, el tribunal se la devolvi¨® a la madre. Ella la quiere mucho y hace constantes prop¨®sitos de abandonar la droga. Pero no lo consigue. Ahora tiene empleo fijo en una barra americana y tal vez las cosas vayan mejor para M¨®nica.
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