La muerte de William Casey cierra la posibilidad de Investigar aspectos claves del 'Irangate'
El Irangate ya tiene su primera v¨ªctima: el ex director de la CIA William Casey, que falleci¨® ayer por las complicaciones de un c¨¢ncer cerebral, llev¨¢ndose a la tumba los secretos de lo que cada vez se parece m¨¢s a una conspiraci¨®n al margen de la ley dirigida y amparada desde la Administraci¨®n y que el Congreso continu¨® ayer tratando de desvelar. Casey, ¨ªntimo amigo de Ronald Reagan, actu¨® como primer esp¨ªa del pa¨ªs hasta diciembre, cuando fue fulminado por un tumor cerebral. El presidente, cuyo grado de conocimiento del Irangate es la clave de la investigaci¨®n, elogi¨® ayer a Casey, responsable desde la CIA del mimado, de los puertos nicarag¨¹enses, como un hombre "comprometido con la causa de la libertad".
Algunos congresistas destacaron que Casey, despu¨¦s del teniente coronel Oliver North, era el personaje que mejor conoc¨ªa la trama del Irangate. El ex general Richard Secord testific¨® ayer ante los comit¨¦ investigadores del Congreso, que supon¨ªa que Casey le dijo al presidente lo que est¨¢bamos haciendo".El ex general Secord, en su segunda jornada como testigo de una investigaci¨®n que puede durar tres meses, explic¨® que "no s¨¦, de primera mano, lo que el presidente sab¨ªa. Pero, a mitad de diciembre de 1984, me dijeron que Reagan estaba informado de mi participaci¨®n en la red privada de ayuda a la contra". Tambi¨¦n afirm¨® que Oliver North le hab¨ªa dicho que hab¨ªa informado al presidente de la operaci¨®n de suministro de armas a la contra.
Secord resisti¨® todos los intentos de su persistente interrogador, John Nields, para que confirmara que, bajo una tapadera supuestamente privada, estaba llevando a cabo la pol¨ªtica de la Administraci¨®n, sin aprobaci¨®n del Congreso. Pero Secord insisti¨® una y otra vez que la red privada de ayuda a los antisandinistas y el suministro de armas a Jomeini, eran operaciones privadas, "completamente legales" en las que actuaba como un hombre de negocios "que trataba de ayudar a los intereses de mi Gobierno". El fiscal especial del esc¨¢ndalo, el juez Lawrence Walsh, dict¨® ayer el segundo auto de procesamiento en el caso contra un ex funcionario del Departamento de Estado, dedicado actualmente a las relaciones p¨²blicas, Richard Miller. Los hombres de la CIA, y tambi¨¦n el apoyo moral del Departamento de Estado, con la colaboraci¨®n de los embajadores en Centroam¨¦rica, aparecen en todas partes, en El Salvador, en Costa Rica y en las reuniones secretas de Secord y North en diferentes capitales europeas para preparar el puente a¨¦reo de suministros b¨¦licos a Teher¨¢n. Secord, un experto en contraespionaje y ex subsecretario de Pent¨¢gono, continu¨® revelando ayer los detalles de una intriga que servir¨ªa para una pel¨ªcula de James Bond. Los 18 millones de d¨®lares de beneficios logrados con la venta de 30 millones de d¨®lares de material militar a Ir¨¢n, no s¨®lo dieron de s¨ª para desviar 3,5 millones de d¨®lares a los contras sino que sirvieron tambi¨¦n de caja negra para pagar a agentes de la Agencia Norteamericana Antidroga (DEA) en Europa, que estaban tratando de establecer contactos para la liberaci¨®n de rehenes norteamericanos en L¨ªbano. "Nos dijeron que ten¨ªamos que pagar sus gastos", ha afirmado Secord, y la DEA no ha desmentido la existencia de este proyecto separado. Dos ciudadanos estadounidenses, con pasaporte diplom¨¢tico, detenidos el pasado 24 de octubre en el aeropuerto de Barajas con cinco millones de d¨®lares en una maleta, cuando viajaban a Suiza (ver EL PAIS del 15 de noviembre de 1986), eran probablemente agentes de la DEA. Declararon entonces que el dinero estaba relacionado con el pago a confidentes en el mundo del tr¨¢fico internacional de droga. Esta explicaci¨®n, que en aquel momento no fue cre¨ªble, es ahora m¨¢s comprensible a la vista del testimonio de Secord.
La caja negra sirvi¨® tambi¨¦n para comprar un barco con el que se pensaba hacer una operaci¨®n de desinformaci¨®n electr¨®nica contra Libia.
Parte de los fondos -el socio de Secord, Albert Hakim, todav¨ªa controla ocho millones de d¨®lares en una cuenta en Suiza- acab¨® en un pa¨ªs caribe?o para comprar material de radio y televisi¨®n, y otras cantidades estaban destinadas a causarle problemas a Fidel Castro.
El Congreso fue mantenido al margen de esta compleja red de operaciones encubiertas, alimentadas con los fondos de lo que el presidente mantiene que era una operaci¨®n de altos vuelos estrat¨¦gicos para abrirse a los moderados en el r¨¦gimen teocr¨¢tico de Teher¨¢n.
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