Tambi¨¦n en la Comunidad Europea hay un defensor del pueblo
La instituci¨®n es casi desconocida, pero existe desde 1984: el Parlamento Europeo posee un ombudsman o defensor del pueblo al que todos los ciudadanos de la Comunidad Europea (CE) pueden recurrir cuando estimen ser v¨ªctimas de una infracci¨®n a la legislaci¨®n comunitaria.A diferencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, no es necesario, para recurrir al ombudsman, haber agotado previamente los procedimientos legales nacionales. Basta, explicaba en febrero en una conferencia de prensa el diputado belga Raf Chanterie, con enviar una carta a la comisi¨®n de peticiones del Parlamento Europeo (R. Belliard 97, 1040 Bruselas) exponiendo detalladamente cualquier litigio provocado por una supuesta aplicaci¨®n equ¨ªvoca de la legislaci¨®n europea.
A lo largo de 1986 se recibieron 245 quejas, un 40% m¨¢s que el a?o anterior, por la mencionada comisi¨®n, que preside Chanterie, afiliado al Grupo Democristiano, y que cuenta con una decena de colaboradores que tardan aproximadamente seis meses en estudiar cada informe y tomar una decisi¨®n al respecto.
Un 10% de las peticiones es desestimado porque no guarda relaci¨®n alguna con infracciones al derecho comunitario, como las quejas a prop¨®sito de las facturas de tel¨¦fono o el deseo de vecinos de Gibraltar de poder votar en las elecciones al Parlamento Europeo, que tiene un car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico que jur¨ªdico.
Seguridad social
La mayor¨ªa de las solicitudes que son tramitadas est¨¢ relacionada con problemas de la seguridad social. Al margen de interpelar al Ejecutivo europeo, el eurodiputado que encabeza la comisi¨®n puede, a diferencia de los particulares, interponer un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea, con sede en Luxemburgo.
El porcentaje de ¨¦xitos es, seg¨²n reconoci¨® Chanterie, "relativamente escaso". El Tribunal de Luxemburgo prohibi¨®, sin embargo, al Estado belga hacer pagar a los estudiantes de pa¨ªses comunitarios que cursaban sus estudios en B¨¦lgica una matr¨ªcula universitaria m¨¢s cara que a sus propios ciudadanos. En otro caso, un franc¨¦s en paro que viv¨ªa tambi¨¦n en B¨¦lgica logr¨®, gracias a la intervenci¨®n de la comisi¨®n parlamentaria, cobrar en su pa¨ªs de residencia un subsidio de paro que abon¨® el Estado franc¨¦s.
Los m¨¢s aficionados a echar mano de la comisi¨®n de peticiones son, seg¨²n el verde alem¨¢n Frank SchwalbaHoth, sus compatriotas, seguidos por los de los tres pa¨ªses del Benelux. "Es una l¨¢stima", comenta, "que los ciudadanos de los Estados de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica no conozcan a¨²n esta posibilidad".
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