"Nuestro nacionalismo no es agresivo ni expansionista"
La idea que Carlos Garaikoetxea tiene de Europa conjuga deliberadamente el pragmatismo y la utop¨ªa irrenunciable, representa la posibilidad de atender las necesidades m¨¢s inmediatas de una econom¨ªa en declive como la vasca y brinda la tarea de trastocar la Europa de los Estados en la Europa de los Pueblos. Garaikoetxea, cabeza de lista de la coalici¨®n Por la Europa de los Pueblos, cree que el Parlamento Europeo es un foro desde el que puede defenderse la autodeterminaci¨®n de Euskadi y aglutinar a los representantes de "esos 50 millones de europeos que pertenecen a nacionalidades que conservan su propia conciencia"."El nuestro", subraya el ex lehendakari, "es un nacionalismo defensivo, no agresivo ni expansionista; proponemos establecer v¨ªnculos asociativos federales solidarios y en ese proyecto de Europa de los Pueblos nos sentir¨ªamos m¨¢s pr¨®ximos por afinidades hist¨®ricas, culturales y sentimentales a los pueblos que integran el Estado espa?ol".
El l¨ªder de Eusko Alkartasuna (EA) afronta los pr¨®ximos comicios con la seguridad que da el haber superado con notable las pasadas elecciones auton¨®micas, celebradas en un momento en que su partido acababa de escindirse del PNV. Su carisma, su imagen de hombre comunicativo, brillante, ha resistido los ataques lanzados desde su anterior partido y hoy, inmerso en la campa?a electoral, Garaikoetxea se muestra cansado pero relajado y seguro de alcanzar el esca?o del Parlamento Europeo.
La crisis del PNV
Dice que pese a la "guerra de los batzokis" -la disputa por la sedes nacionalistas- y a la persistencia, no s¨®lo soterrada, de los enfrentamientos, ¨¦l se siente personalmente liberado de las secuelas de la escisi¨®n. "La crisis del PNV y la escisi¨®n", afirma, no son m¨¢s que un accidente en la historia. EA ha demostrado que en la sociedad vasca existe un espacio pol¨ªtico para un nacionalismo claro, radical y no violento que defienda pac¨ªficamente el derecho a la autodeterminaci¨®n".
A su juicio, un nacionalismo de estas caracter¨ªsticas debe contribuir a aclarar la realidad pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco, "que hoy est¨¢ bastante enmascarada", y a poner fin a la pol¨ªtica del doble lenguaje practicada, en su opini¨®n, por el Partido Nacionalista Vasco. "Durante mucho tiempo han practicado y siguen practicando la pol¨ªtica de mostrarse d¨®ciles y sumisos en Madrid para al d¨ªa siguiente lanzar aqu¨ª, en los frontones, mensajes de signo contrario".
"Aparentemente", a?ade el l¨ªder de EA, "el nacionalismo vasco ha discurrido entre los fantasmas tradicionales, en tono retrospectivo, y los que se definen como abertzales desde el nacionalismo violento, o en conexi¨®n con la estrategia de la violencia".
En el centro izquierda
Socialdem¨®crata, progresista y antibelicista son otros de los t¨ªtulos que Eusko Alkartasuna se adjudic¨® en su pasado congreso. Garaikoetxea rehuye las definiciones ideol¨®gicas "por convencionales y muchas veces carentes de sentido en la pr¨¢ctica", pero indica que a su_partido puede consider¨¢rsele encuadrado en el centro izquierda y subraya que se sienten "herederos de la mejor aportaci¨®n humanista y los m¨¢s nobles valores de la socialdemocracia".
La coalici¨®n electoral que EA forma con Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Nacionalista Gallego responde, en su opini¨®n, no s¨®lo a una alianza coyuntural, sino tambi¨¦n estrat¨¦gica. "Estos partidos tenemos en com¨²n la defensa de nuestras nacionalidades respectivas, nuestro pacifismo y el situarnos gen¨¦ricamente en el ¨¢mbito del progresismo". "Yo", indica Garaikoetxea, "me siento muy orgulloso de pertenecer a una coalici¨®n en la qu¨¦ figuran fuerzas pol¨ªticas como Esquerra Republicana de Catalunya, el Partido Nacionalista Gallego y polit¨ªcos como Josep Llu¨ªs Albi?ana".
Carlos Garaikoetxea considera que si los partidos nacionalistas del Estado espa?ol no han unido hasta ahora sus fuerzas ni establecido v¨ªnculos asociativos regulares es porque, especialmente desde Catalu?a, se ha evitado crear la sensaci¨®n de establecer un frente com¨²n nacionalista que pudiera suscitar la irritaci¨®n del poder central.
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