Espa?a demostr¨® ante la URSS que tiene soluciones de emergencia
La selecci¨®n de D¨ªaz Miguel, de pronto, se parti¨® en dos. Y no ocurri¨® que se desmembrara por causa de alg¨²n cataclismo. Sucedi¨®, simplemente, que el partido lo dividi¨® en dos partes, como debe ser, como es reglamentario, pero para jugar con dos equipos; dos tiempos con dos resultados muy diferentes. D¨ªaz Miguel termin¨® el torneo de Toledo, que se adjudic¨® Espa?a, con un ensayo terminal y medio apunt¨® una soluci¨®n de urgencia.Para empezar, aline¨® a un equipo con Arcega II, Margall, Zapata, Arcega I y Romay, realmente poco usual. Lo desvirtu¨® un tanto m¨¢s con la entrada de Ferr¨¢n Mart¨ªnez y la posterior de Cargol. Era un equipo con tantos novatos, tan interesado cada cual en no cometer errores de bulto, que apenas pudo establecer un ritmo de juego. En la cancha se rifaban oportunidades y cada cual hac¨ªa el meritoriaje como se le daba a entender. Fe.rr¨¢n Mart¨ªnez, intentando aprender a coger rebotes; Cargoll, en funciones de alero; Zapata, ensayando tiros de media distancia, y el ala pivot Arcega, cambiando todo un a?o de alero por unos d¨ªas de pivot. La resultante fue que una semidesconocida selecci¨®n sovi¨¦tica dorninara el partido hasta llegar al descanso con 37-49 a su favor.
En la reanudaci¨®n, D¨ªaz Miguel puso en la cancha a Soloz¨¢bal, Epi, Sibilio, Jim¨¦nez y Romay. No hab¨ªa duda, el quinteto titular-nacional del Barcelona, m¨¢s Romay haciendo de Bryant. La URSS se hab¨ªa colocado en un peligroso 41-58, pero en seis minutos el partido estaba resuelto: 63-62. Fue entonces cuando, cambio tras cambio, se produjo otra transformaci¨®n curiosa: Montero, Villacampa y Margall, m¨¢s Romay y Jim¨¦nez. Es decir, era el turno del Joventut, que remat¨® la faena.
La selecci¨®n prob¨® pocas cosas, pero apunt¨® una indudable soluci¨®n de urgencia: si pasa algo muy grave, si los entrenamientos no marchan, D¨ªaz Miguel dispone de dos paquetes de hombres ya conjuntados, que s¨®lo necesitan un gui?o para encontrar respuestas habituales; dos circunstancias en las que cada quien conoce el itinerario de cada cual sin mirar su sombra.
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