La europeizaci¨®n de Henry Plumb
I. C. "Nac¨ª ingl¨¦s, pero morir¨¦ europeo". Con esta profesi¨®n de fe europea, pronunciada desde la tribuna de oradores del Parlamento Europeo despu¨¦s de haber sido elegido en enero para ejercer su presidencia durante dos a?os y medio, el conservador brit¨¢nico Henry Plumb intent¨® acaso disculparse por no tener, a diferencia de otros muchos diputados, una larga trayectoria europe¨ªsta.
"La elecci¨®n por mis colegas para la presidencia de un ciudadano del pa¨ªs mas recalcitrante ante la construcci¨®n europea", comentaba aquel d¨ªa un parlamentario democristiano, "demuestra hasta qu¨¦ punto en esta instituci¨®n se trascienden las fronteras y se superan los prejuicios nacionales".
Presentado por alguno de sus detractores, caso del dirigente radical italiano Marco Pannella, como un hombre muy allegado a la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, Henry Plumb ha acabado lamentando, desde que es presidente, las insuficiencias del Acta ¨²nica, la mayor reforma de la Comunidad Europea desde su fundaci¨®n, porque apenas aumenta los poderes reales del Parlamento Europea. "Debemos luchar", afirm¨® entonces desde la tribuna, "(...) por que los Estados nacionales transfieran m¨¢s competencias a Europa".
Antes incluso de acceder a la presidencia de un Parlamento en el que ocup¨® por primera vez un esca?o hace ahora ocho a?os, la fidelidad de Plumb a la dama de hierro no le impidi¨® abogar por el ingreso de la libra esterlina en el Sistema Monetario Europeo (SME) o defender una m¨¢s amplia utilizaci¨®n del ECU (unidad de cuenta europea).
El cuarto presidente del Parlamento, desde que es elegido por sufragio universal, naci¨® hace 61 a?os en el seno de una familia de hacendados en el condado de Warwickshire, y dirigi¨® una granja de 80 hect¨¢reas que el a?o pasado entreg¨®, por fin, a su hijo ante el desinter¨¦s manifiesto de sus dos hijas por hacerse cargo del negocio.
Durante largos a?os, Plumb compagin¨® su labor al frente de la propiedad familiar con responsabilidades en organizaciones sindicales locales hasta que en 1975 accedi¨® a la presidencia del Comit¨¦ de Organizaciones Profesionales Agr¨ªcolas de la CE y m¨¢s tarde a la de la Comisi¨®n parlamentaria de Agricultura.
Pragm¨¢tico, como suelen serlo los s¨²bditos de la reina Isabel, manejando un humor fr¨ªo pero nunca distante, el "gentleman farmer", como lo llaman a veces afectuosamente sus compa?eros del Grupo Conservador, ha tenido tambi¨¦n la valent¨ªa de traicionar ahora a los suyos al preconizar "una reforma en profundidad de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n". Hay que acabar con unos costosos excedentes agr¨ªcolas, enfatiz¨® desde la tribuna, "que contrastan de manera tr¨¢gica con la miseria del Tercer Mundo".
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