La cancion de Rold¨¢n
EL DIRECTOR general de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, dio finalmente su versi¨®n en la Comisi¨®n de Justic¨ªa e Interior del Congreso de los Diputados sobre la actuaci¨®n protagonizada por los guardias civiles que intervinieron el pasado Jueves Santo, d¨ªa 16 de abril, en Reinosa. Tras la rocambolesca, oscura e inexplicada vuelta atr¨¢s del Grupo Popular en su petici¨®n de comparecencia del director general, se?alada en principio para el 12 de mayo, se hac¨ªa inexcusable para el Gobierno decir algo sobre el comportamiento de los guardias civiles en aquel negro Jueves Santo vivido en la localidad c¨¢ntabra. La existencia de un obrero muerto como consecuencia de una actuaci¨®n policial que muchos vecinos calificaron de vand¨¢lica era y es l¨²gubre testimonio de los resultados de una pol¨ªtica de orden p¨²blico defendida con tanta terquedad por el Gobierno.En sustancia, el director general de la Guardia Civil asumi¨® ante los parlamentarios la plena responsabilidad pol¨ªtica sobre la actuaci¨®n de los guardias civiles en aquella jornada, neg¨® cualquier extralimitaci¨®n en las funciones que tienen encomendadas, y se comprometi¨® a corregir por la v¨ªa disciplinaria las posibles irregularidades de car¨¢cter individual que hubieran podido producirse. Insisti¨® el director general en que los guardias civiles actuaron siempre en respuesta a situaciones de violencia que rebasaban los l¨ªmites de lo estrictamente sindical y que llegaron hasta tomar forma de una verdadera guerrilla urbana.
Esta versi¨®n choca frontalmente con la de los vecinos de Reinosa, que atribuyen la actuaci¨®n de la Guardia Civil el 16 de abril a un puro sentimiento de venganza por el acorralamiento que el 12 de marzo anterior sufrieron varios n¨²meros poco despu¨¦s de la liberaci¨®n del presidente de Forjas y Aceros, retenido durante toda una noche por los trabajadores de esta empresa. Los vecinos han presentado, seg¨²n afirman, ante los tribunales d¨¦ justicia 63 querellas criminales y m¨¢s de 700 denuncias.
La versi¨®n del director de la Guardia Civil sobre el clima de violencia generado en Reinosa coincide con toda suerte de testimonios sobre lo ocurrido en la localidad c¨¢ntabra. Los cauces de di¨¢logo y los m¨¦todos sindicales han sido all¨ª irresponsablemente arrumbados en aras del radicalismo m¨¢s destructor. Pero lo que permanece inexplicado, despu¨¦s de la comparecencia parlamentaria de Rold¨¢n, es la actuaci¨®n concreta de la Guardia Civil el 16 de abril, de la que se se deriv¨® d¨ªas m¨¢s tarde la muerte del trabajador Gonzalo Ruiz. ?Fue necesario, y sobre todo prudente, que Reinosa fuese ocupada en aquella fecha por un ej¨¦rcito motorizado formado por casi 500 hombres y decenas de veh¨ªculos, sobre todo jeeps, tanquetas y un cami¨®n blindado? ?Qu¨¦ pas¨® para que esta imponente fuerza militar, capaz de impedir con su sola presencia f¨ªsica cualquier actuaci¨®n grave contra el orden p¨²blico, se viese impelida a actuar con tanta contundencia como lo hizo? A eso no ha respondido el director general, sin duda porque no admite respuesta brillante. Tiene dif¨ªcil explicaci¨®n que la fuerza actuase persiguiendo y acorralando hasta en lugares cerrados a los vecinos de la localidad. Todo parece indicar que de la actitud meramente defensiva, como dice el director general de la Guardia Civil, se pas¨® a una actitud claramente ofensiva e incluso agresiva. La escena de guardias civiles arrojando botes de gases lacrim¨®genos en el interior de un garaje en el que se hab¨ªa refugiado un grupo de personas, entre ellas el trabajador fallecido poco despu¨¦s, pone de relieve que hubo tambi¨¦n vandalismo y sa?a por parte de los guardias. El diputado socialista santanderino Jaime Blanco debe, en cualquier caso, sentirse satisfecho: un porrazo propinado por un polic¨ªa provoc¨®, en su caso, mayor tormenta pol¨ªtica que ahora la muerte de una persona a resultas de las cargas policiales. La sospecha de que hay una doble pol¨ªtica, y quiz¨¢ una doble moral, en la conciencia socialista, seg¨²n se ocupe el poder o la oposici¨®n, es demasiado evidente. Como lo es la constataci¨®n de que la existencia de un muerto en los des¨®rdenes sociales no conmueve tampoco la estabilidad en el empleo de ning¨²n ministro o alto cargo. Lecciones interesantes para quien quiera aprenderlas.
Por lo dem¨¢s, en los sucesos de Reinosa aparece una cuesti¨®n no resuelta en la democracia espa?ola: la de la adaptaci¨®n de los cuerpos de seguridad, y m¨¢s en concreto de la Guardia Civil, a unos m¨¦todos m¨¢s racionales y a la vez menos indiscriminados en la resoluci¨®n de los problemas de orden p¨²blico. Lo que un d¨ªa alguien llam¨® alegremente el cambio.
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