Danza y toreo

El m¨ªtico Jos¨¦ Ulloa, Tragabuches, torero gitano y bailar¨ªn que tuvo una agitada vida aventurera en tiempos de Fernando VII, era famoso en la lidia y en el baile jondo. Natalio Rivas cuenta el desenlace pasional que tuvo su relaci¨®n con La Nena, bailaora que alternaba el tablao con el contrabando. Tragabuches sorprendi¨® a la flamenca con el sacrist¨¢n del lugar y no dud¨® en navajearlo a ¨¦l y tirarla por la ventana a ella. Entonces huy¨® a Sierra Morena y finalmente form¨® parte de la banda de los siete ni?os de ?cija, hasta que su rastro se pierde en Portugal, muchos a?os despu¨¦s.La indumentaria del torero (el traje de luces) es un traje de baile. Este vestuario se ha ido enriqueciendo desde finales del siglo XIX, ganando en suntuosidad, dorados y bordados, y tiene entre sus elementos un ajustado pantal¨®n que llega a la rodilla, las medias encarnadas y las zapatillas, elementos comunes con la ropa tradicional de un bailar¨ªn de escuela bolera, modalidad de la danza cl¨¢sica espa?ola que se defini¨® a mediados del siglo pasado.

La figura ideal del torero tam,poco est¨¢ lejos de la del bailar¨ªn: el¨¢stico, de torso triangular, piernas fuertes y ademanes seguros. El c¨®digo gestual del torero recoge modos y maneras de danza. Hay un verdadero intercambio de formas. El personaje del torero en el ballet de Carmen es un buen ejemplo conciliador. El core¨®grafo Alberto Alonso acudi¨® a esquem¨¢ticos pases de toreo que el bailar¨ªn debe asimilar y enlazar con soluciones acad¨¦micas, y esto se produce sin esfuerzo alguno, con la fluidez que permite el parentesco. Esta ra¨ªz de c¨®digos de movimientos comunes se puede reconocer en una ver¨®nica, o cuando se ponen banderillas al quiebro y una pierna se separa del cuerpo con rapidez, y a¨²n m¨¢s danzado, es todo movimiento afarolado, donde el giro de los brazos dibuja con elegancia por lo alto y en el aire.

Los pasos de un torero deben estar tan exactamente medidos como los de una danza, y aunque toda planificaci¨®n cede al ritmo de lo imprevisto durante el lance, el entrenamiento da a sus evoluciones ese tono asentado de lo coreografiado con antelaci¨®n. Muchos toreros hacen estilo personal a trav¨¦s de estudiados pasos, maneras de andar o de moverse delante del animal, lo que no es otra cosa que previsi¨®n coreogr¨¢fica.

Varios toreros compartieron su vida con bailarinas c¨¦lebres, destac¨¢ndose el caso hoy legendario de Sanchez Mej¨ªa y La Argentinita. En baile y toreo hay detalles sangu¨ªneos de fuerza, como el desplante, un paso que se repite exactamente en el bailaor y el torero. Vicente Escudero dec¨ªa que hab¨ªa aprendido mucho sentado en la sombra de la plaza. No le faltaba raz¨®n.