La bravura.
Algunos novillos de Barcial fueron bravos; otros, mansos. Rodanero, que abri¨® plaza, tardeaba ante los caballos y se iba suelto al castigo. Otros, en cambio, recargaron en sus encuentros con las plazas montadas. No hay otra forma de medir la bravura del toro que observando sus reacciones al castigo, y cuantas m¨¢s veces se haga la prueba, m¨¢s acabado ser¨¢ el juicio sobre su bravura. El primer tercio, hecho como s¨¦ debe, es el espect¨¢culo mayor de la lidia y aporta los mejores datos para la continuidad de la ganader¨ªa de bravo.
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