Luisa Futoransky
Una escritora que sabe re¨ªrse de sus propios traumas
Sali¨® de Argentina en 1971, cuando ten¨ªa 32 a?os, y en ese momento inici¨® una larga peregrinaci¨®n por el mundo, de Occidente a Oriente y de nuevo a Occidente. Desde hace cinco a?os, Luisa Futoransky reside en Par¨ªs, donde ha escrito sus ¨²ltimos cinco libros, publicados en Espa?a. Finalista del III Premio Herralde de novela con De Pe a Pa (de PeK¨ªn a Par¨ªs), ha sido bautizada por la cr¨ªtica francesa como la Woody Allen femenina por su demostrada capacidad para re¨ªrse de sus propios traumas.
Ella lo resume as¨ª: "El m¨ªo es otro tipo de humor, distinto del de Allen, pero s¨ª creo que es importante no tomarse en serio ni a uno mismo ni a los dem¨¢s". Lo menos que se puede decir de Luisa Futoransky es que es una mujer sorprendente, con una vocaci¨®n de trotamundos poco frecuente en nuestros d¨ªas, donde se imponen los turistas. "Hay escritores", afirma, "que pueden recorrer el mundo sin moverse de su habitaci¨®n, pero es una capacidad que no tengo, la m¨ªa es justo la contraria".Abandon¨® Argentina hace 16 a?os, no por motivos pol¨ªticos, sino porque simplemente no se sent¨ªa bien all¨ª: "Ten¨ªa una sensaci¨®n permanente de zozobra, de no pertenecer al lugar donde vives". ?se fue el comienzo de un largo periplo que la llevar¨ªa de Espa?a a Jap¨®n y China, pa¨ªses en los que trabaj¨® como periodista en la televisi¨®n nipona y como locutora en Radio Pek¨ªn. Durante su estancia en Jap¨®n lleg¨® a ense?ar ¨®pera en la universidad y mont¨® Orfeo, de Verdi. "M¨¢s tarde", explica, "los chinos me propusieron ser profesora de literatura en la universidad, pero entonces ya hab¨ªa tomado la decisi¨®n de que, por encima de todo, quer¨ªa ser escritora, y march¨¦ a Par¨ªs".
Buena parte de las experiencias en Oriente de esta mujer que no mira la vida, sino que la vive intensamente, ha quedado reflejada en Son cuentos chinos, su primera novela, que fue premio Antonio Camu?as en 1982. "Mi estancia en China y Jap¨®n", cuenta, "se caracteriz¨® por darme constantemente de cabeza contra el muro e ir desandando, pasito a pasito, los prejuicios que ten¨ªa sobre esos pa¨ªses. Entrar en su cultura, en su forma de vida, fue como empezar de cero y aprender a mirar". La protagonista de esta primera novela, Laura Kaplansky, una argentina de 40 a?os, escritora y nada flaca, es muy parecida a la autora. "Incluso en la mayor abstracci¨®n", opina, "hay siempre biograf¨ªa. Pero, cuando un hecho se puede filtrar para que le sirva a tu vecino, deja de ser tu dolor de muelas, tu biograf¨ªa, para convertirse en algo com¨²n con lo que te identificas". Laura Kaplansky aparecer¨¢ de nuevo en la siguiente novela, De Pe a Pa (de Pek¨ªn a Par¨ªs), escrita tambi¨¦n en clave autopar¨®dica, abordando con humor los traumas t¨ªpicos de las mujeres cuarentonas.
La falta de infraestructura afectiva, t¨¦rmino con que a la escritora le gusta denominar su soledad, fue el motor que la impuls¨® de nuevo a la escritura, despu¨¦s de un par¨¦ntesis de 10 a?os sin escribir palabra. Ahora acaba de terminar un libro de poemas, La sanguina, que ha presentado en Barcelona, y tiene empezada una tercera novela, que puede escribir gracias a una subvenci¨®n del Gobierno galo. "Pienso escribir dos o tres libros ", concluye Luisa Futoransky, "sobre dos temas que me interesan especialmente: la ambici¨®n de poder en la mujer y su capacidad de espera, dos ejes de desarreglo". Ella pertenece, seg¨²n afirma, al grupo de las que pueden llegar a enloquecer con la espera.
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