Descolgar el tel¨¦fono

Jacinto Pell¨®n se declaraba ayer "muy f¨¦liz" del envite que Presidencia del Gobierno le ha echado encima. El presidente tiene claro lo de la Expo 92: "Lo vamo as¨¦, lo vamo as¨¦", repite con la obstinaci¨®n de aquellos aventureros extreme?os que en el nuevo mundo arrastraron sus naves sobre troncos hasta encontrar el mar. Y para aserlo, el presidente se ha fijado en la capacidad de gesti¨®n de un ingeniero de caminos de Dragados y Construcciones, Jacinto Pell¨®n, viejo militante del PSOE desde los tiempos de la clandestinidad.

Pell¨®n ha sido nombrado consejero delegado de la Sociedad Estatal para la Exposici¨®n Universal de Sevilla, la sociedad que cuenta con la capacidad de gesti¨®n directa. Pell¨®n va, pues, a ostentar "todos los poderes ejecutivos de la Expo 92", los poderes que van a hacer posible que la obra pase de la ficci¨®n de los planos a la realidad.

Pell¨®n no cree que vaya a establecerse el menor s¨ªntoma de rivalidad con Manuel Olivencia. "?l dispone de un instrumento muy importante, como es la Oficina del Comisario, desde la cual apoyar todo el proyecto. Yo voy a tareas ejecutivas, y el compromiso de ambos es hacer que la Expo 92 sea una realidad". Hoy precisamente tendr¨¢ lugar el nombramiento de Jos¨¦ Luis Oliver como nuevo secretario general de la Oficina del Comisario.

Segunda prueba de fuego

?sta es la segunda vez que el Gobierno, con cuyo presidente, como es sabido, le une una vieja amistad, echa mano de Pell¨®n. La primera fue con ocasi¨®n de la expropiaci¨®n de Rumasa. El Ejecutivo sac¨® a Pell¨®n de Dragados para que se encargara de la gesti¨®n de Hispano Alemana de Construcciones (HASA), la firma constructora del holding de la abeja. Muchos meses despu¨¦s Pell¨®n volvi¨® a Dragados bastante desilusionado: los afanes privatizadores a ultranza del t¨¢ndem Boyer-Javier Moral chocaron con su idea de lo que deb¨ªa hacerse con HASA. Pell¨®n cre¨ªa que la empresa ten¨ªa viabilidad dentro del sector p¨²blico. Pero Pell¨®n no es un estatalizador a ultranza. En todo caso, estaba convencido de la necesidad de sanear previamente la empresa y ponerla en rentabilidad, antes de proceder a su reprivatizaci¨®n. Los hechos parecen haberle dado la raz¨®n. Con los 19.000 millones que el Estado ha inyectado en el esc¨¢ndalo de HASA un buen gestor hubiera podido poner la empresa en forma.La honestidad de Pell¨®n va a ser sometida a su segunda prueba de fuego. "Voy a la Expo a tomar decisiones, a decidir, y a ser un puente entre todas las administraciones perif¨¦ricas implicadas en la realidad de la Expo". El arma de Pell¨®n, aseguran sus amigos, es la posibilidad con que cuenta para descolgar un tel¨¦fono. No un tel¨¦fono cualq¨²iera, naturalmente, sino el tel¨¦fono directo de la Moncloa.