Mathias Rust
Un muchacho t¨ªmido al que las chicas de su pueblo daban calabazas, convertido en h¨¦roe nacional
Los 19 a?os que tiene los pas¨® totalmente inadvertido, en casa, en el colegio y en unos cursos de banca. Mathias Rust tiene el aspecto de un empleado ejemplar de sucursal bancaria de provincias, y, sin embargo, pasar¨¢ a la historia de la aviaci¨®n y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica como el gran burlador del sistema de defensa a¨¦rea que se consideraba el m¨¢s completo del mundo, y tambi¨¦n como el responsable de la ca¨ªda de nada menos que un ministro de Defensa del Kremlin.
Mathias Rust es un joven de clase media de Wedel, un pueblecito cercano a Hamburgo y lo ¨²nico que le interesa en esta vida es volar. Se convenci¨® de ello cuando su padre, un ingeniero de la compa?ia AEG, invit¨® a su mujer y a sus dos hijos a dar una vuelta en avioneta por los cielos de Hamburgo. Esta horita por los aires cambi¨® la vida del joven Mathias. Con 17 a?os ya estaba estudiando para sacar el carn¨¦ de piloto privado. Con 18 lo consigui¨®. Su padre, lejos de ser pudiente, hizo sus esfuerzos para financiarle los 9.000 marcos necesarios para la licencia. Para entonces ya sab¨ªa que lo ¨²nico que deseaba era ser piloto, e interrumpi¨® sus estudios de banca para dedicarse plenamente a su objetivo. Para pagarse las caras horas de vuelo trabaj¨® en una empresa de su pueblo procesando datos. Por fin, a los 19 a?os comenz¨® a volar en solitario.El aeroclub de Hamburgo, del que es miembro, no es ni mucho menos un club para ricos. All¨ª acuden personas que ahorran hasta lo imposible para alquilar el fin de semana un par de horas una avioneta Cessna, como la utilizada por Mathias para hacer su periplo por Escocia y Escandinavia ampliado, nadie sabe a¨²n por qu¨¦, a 800 kil¨®metros de paseo por territorio sovi¨¦tico.
Pese al ba?o de multitud de curiosos en la plaza Roja, que le ped¨ªan aut¨®grafos, Mathias Rust es, seg¨²n familiares y amigos, un chico introvertido y muy t¨ªmido. Nunca sale con j¨®venes de su edad y nadie se imagina al escu¨¢lido mozo que mide 1,86 metros bailando con una chica. Tras su haza?a, una jovencita del pueblo dice que Mathias le pidi¨® que fuera con ¨¦l al baile de pilotos y ella le dio calabazas, temi¨¦ndose una tarde sopor¨ªfera con un chico que s¨®lo hablaba de avionetas. Y parece que no fue la ¨²nica.
Nadie pod¨ªa, sin embargo, prever que su man¨ªa por las alturas le llevar¨ªa a hacer una traves¨ªa por el B¨¢ltico y humillar a la flota sovi¨¦tica, a tres distritos militares de la URSS y a la defensa antia¨¦rea de Mosc¨², considerada como uno de los grandes orgullos del Estado sovi¨¦tico. Los amigos y familiares de este joven callado, gris y ordenado hasta la pedanter¨ªa no salen a¨²n de su asombro. Ahora es h¨¦roe nacional.
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