Un forense declara en el 'caso Yoldi' que la Guardia Civil no le mostr¨® a un procesado
El m¨¦dico forense Francisco Echevarr¨ªa Gabilondo, que se present¨® en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo (San Sebasti¨¢n) al mediod¨ªa del 22 de junio de 1985 para reconocer a 19 presuntos etarras detenidos, no pudo hacerlo con uno de ellos, Jos¨¦ Suqu¨ªa, por causas todav¨ªa no esclarecidas. La declaraci¨®n de este forense fue uno de los hechos m¨¢s sobresalientes de la vista oral seguida contra el parlamentario de Herri Batasuna Juan Carlos Yoldi y otros cuatro acusados de delitos de terrorismo.
ENVIADO ESPECIAL, Echevarr¨ªa declar¨® ayer ante el pleno de la Audiencia Territorial de Bilbao en funciones de tribunal superior de justicia de la comunidad aut¨®noma vasca, que el 22 de junio, hacia las 22.00 horas, se present¨® en Intxaurrondo por orden del juez de instrucci¨®n de San Sebasti¨¢n para reconocer a los 19 detenidos, pero que s¨®lo pudo hacerlo con 18, ya que la Guardia Civil comunic¨® que Jos¨¦ Suqu¨ªa hab¨ªa sido trasladado a Madrid. Sin embargo, la defensa puso de manifiesto que en el sumario consta que a las 19.30 horas de ese mismo d¨ªa Suqu¨ªa estaba a¨²n en San Sebasti¨¢n.Aparte de esta irregularidad el resto de la declaraci¨®n del forense fue seguido tambi¨¦n con inter¨¦s por la sala. Por lo que se refiere a Yoldi, Echevarr¨ªa dijo que le not¨® lloroso y preocupado por su situaci¨®n inmediata, pero que no mencion¨® una lesi¨®n o padecimiento fisico o ps¨ªquico. El forense se?al¨® que observ¨® diferencias notables en los procesados cuando les examin¨® al d¨ªa siguiente, especialmente en el caso de Mari Carmen Ayerbe, a la que apreci¨® un gran decaimiento y cansancio, asi como comprob¨® la existencia de un dolor muscular, producido por las flexiones que, seg¨²n ella, le obligaron a realizar. Declar¨® tambi¨¦n que al d¨ªa siguiente, 24 de junio, el des¨¢nimo y cansancio hab¨ªan disminuido. Sobre las dos bofetadas que ella le dijo que le hab¨ªan dado, el forense explic¨® a la sala que no necesariamente dejan huella unas horas despu¨¦s, del mismo modo que ocurre con las torturas conocidas con los nombres de la bolsa o la ba?era. Respecto a la afirmaci¨®n de Ayerbe de que en m¨¢s de 30 horas no durmi¨® "ni un minuto", el forense manifest¨® que no apreci¨® que no hubiera dormido, extremo sobre el que ella tampoco le dijo nada.
Otro testimonio relevante fue el de Mar¨ªa ?ngeles Irure Arregui, de 25 a?os y vecina de Ataun, en donde el 21 de junio de 1985 la Guardia Civil realiz¨® una operaci¨®n en la que detuvo a 19 personas. Una de ellas fue Mar¨ªa ?ngeles, inicialmente procesada y que el 28 de junio del mismo a?o prest¨® declaraci¨®n en Madrid ante el juez central de Instrucci¨®n n¨²mero 1, asistida por el abogado Miguel Castells, en la que ratific¨® lo declarado a la Guardia Civil.
En esas declaraciones reconoci¨® que perteneci¨® a ETA de octubre a diciembre de 1983, en uni¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Bastarrica y Jos¨¦ Mar¨ªa Liz¨¢rraga, y que se alej¨® de la organizaci¨®n poco despu¨¦s del atentado contra un tal Collado -considerado traficante de coca¨ªna y chivato de la polic¨ªa-, aunque pertenec¨ªa a HB y a las gestoras proamnist¨ªa. Ayer ante la sala, declar¨® que tales afirmaciones las hizo obligada bajo amenaza, igual que el reconocimiento en rueda de presos de Liz¨¢rraga como integrante del comando Atxio. Asegur¨® al tribunal que los guardias civiles le dijeron que si no ratificaba ante el juez lo declarado no la dejar¨ªan en paz cuando saliera a la calle.
D¨ªas m¨¢s tarde, el 8 de julio de 1985, Mar¨ªa ?ngeles Irure escribi¨® al juez desde la c¨¢rcel madrile?a de Yeser¨ªas que ha b¨ªa sido torturada por la Guar dia Civil en Intxaurrondo y en Madrid, por lo que denunciaba los malos tratos y negaba la de claraci¨®n prestada ante el pro pio magistrado. A preguntas del magistrado ponente, Segundo Men¨¦ndez, sobre por qu¨¦ cuando envi¨® esa carta desde la c¨¢rcel ya no ten¨ªa miedo, la testigo contest¨® que en la c¨¢rcel no estaba en manos de la Guardia Civil y que no lo hizo antes porque se estaba recuperando del trastorno ps¨ªquico que padeci¨®, que le impidi¨® distinguir si se encontraba en el cuartel de la Guardia Civil o en la Audiencla Nacional, asicomo reconocer a su abogado.
La teniente fiscal pregunt¨® a la testigo si cuando convers¨® brevemente con su abogado en la Audiencia Nacional, tras prestar declaraci¨®n ante el juez, le comunic¨® que hab¨ªa sido objeto de malos tratos. Mar¨ªa Angeles contest¨®: "no estoy segura, pero creo que s¨ª le comuniqu¨¦ que hab¨ªa sido objeto de malos tratos".
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