El nuevo rico que irrita a Occidente
Jap¨®n, con una extensi¨®n menos de la mitad que la de Espa?a, casi sin recursos naturales y con 120 millones de habitantes, consigui¨® en la d¨¦cada pasada inundar el mundo con productos de toda ¨ªndole, principalmente de alta tecnolog¨ªa. En los a?os ochenta, los japoneses son por derecho los nuevos ricos de la escena internacional, y su capital, Tokio, es el segundo centro financiero mundial. Su violenta irrupci¨®n en el mundo de los grandes ha provocado fuertes contradicciones en el seno de los dem¨¢s pa¨ªses industrializados, especialmente Estados Unidos y Europa. El primer ministro japon¨¦s, el liberal Yasuhiro Nakasone, que ha participado en la cumbre de Venecia, realizar¨¢ ma?ana una visita oficial a Espa?a.
Los ciudadanos japoneses han desarrollado el sentimiento de que su ¨¦xito provoca cierto grado de envidia en otros pa¨ªses, tanto en Estados Unidos como en Europa occidental, y, no sin cierta l¨®gica, no comprenden por qu¨¦ deben avergonzarse por ello, habida cuenta de que fabrican los mejores productos y los venden a los mejores precios."Nada ha sido gratis. Hemos trabajado duro para alcanzar nuestras metas", comenta un empleado de una de las principales firmas de inversi¨®n burs¨¢til de Tokio, donde cada d¨ªa se est¨¢n alcanzando r¨¦cords en medio de un clima de euforia.
Doble moral
Lo cierto es que tanto Estados Unidos como Europa acusan a Jap¨®n de practicar una doble moral econ¨®mica. Mientras copan los mercados del mundo con los frutos de una econom¨ªa basada principalmente en las empresas exportadoras, mantienen un sistema cerrado para la entrada de productos extranjeros, a pesar del anuncio de m¨²ltiples ofertas destinadas a abrir el mercado y a estimular la econom¨ªa interna."Hemos ido m¨¢s all¨¢ de nuestros primeros prop¨®sitos", dijo la semana pasada el primer ministro japon¨¦s al presentar un presupuesto suplementario de unos seis billones de yenes (5,4 billones de pesetas) destinado a mejoras en las prestaciones sociales y construcci¨®n de viviendas o escuelas.
Los dirigentes pol¨ªticos y econ¨®micos japoneses -que han mostrado en este asunto una cohesi¨®n digna de un grupo directivo de una gran sociedad an¨®nima- parecen reaccionar, finalmente, a las presiones reales de la Administraci¨®n de Estados Unidos -que ha subido en un cien por cien las tasas aduaneras para una serie de productos japoneses- o las amenazas de la Comunidad Europea de elevar tambi¨¦n los aranceles.
El objetivo es claro: limitar la expresi¨®n m¨¢s clara del milagro econ¨®micojapon¨¦s, un super¨¢vit de m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares de balanza comercial, gracias al ¨¦xito de sus productos en los mercados internacionales.
Para intentar corregir el rumbo que sigue Jap¨®n, Estados Unidos ha utilizado el arma del d¨®lar, dejando caer la cotizaci¨®n de la moneda hasta provocar una revalorizaci¨®n del yen de m¨¢s del 60% en menos de dos a?os en relaci¨®n con la moneda estadounidense.
Esto ha provocado que, por vez primera en muchos a?os, la mayor parte de las grandes empresas niponas est¨¦n perdiendodinero, al ser menos competitivas en sus precios a la exportaci¨®n.
Aumenta el consumo
Entre tanto, los japoneses cuentan con el mayor ¨ªndice de consumo so?ado en un pa¨ªs en el que el gasto individual ha sido tradicionalmente bajo. Los grandes almacenes japoneses viven casi bajo un asedio continuo de compradores de una potente clase media posiblemente m¨¢s homog¨¦nea que en cualquier otro pa¨ªs del mundo.La publicidad machaca a lo consumidores a un ritmo comparable al de cualquier potencia occidental, aunque bajo unos conceptos de est¨¦tica japonesa, para que sigan comprando productos japoneses o importados, a fin de mantener y hacer prosperar la econom¨ªa del Jap¨®n del yen naciente.
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