El papel del intelectual frente al mercado
La primera mesa redonda del congreso llevaba por t¨ªtulo Las inc¨®gnitas de la informaci¨®n y sus seis componentes rondaron el tema del mercantilismo cultural, la pluralidad y la objetividad informativa.Enrique Bustamante, profesor en la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de Madrid, y Juan Luis Cebri¨¢n, director, de EL PA?S, interpretaron el primer choque. Para Bustamante, a la ¨¦poca en la que se era muy sensible sobre el poder de manipulaci¨®n de las conciencias por los medios de comunicaci¨®n en poder del Estado, ha seguido este tiempo en que falta una conciencia cr¨ªtica sobre esa misma manipulaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n privada. En su opini¨®n existe hoy una beatificaci¨®n del mercado como lugar de la libertad y mejor equilibrio posible. Esgrimiendo datos y encuestas, Bustarnante busc¨® desmitificar la supuesta neutralidad tecnol¨®gica (la que llam¨® "ideolog¨ªa profesionalista") y alert¨® sobre otros males. Entre ellos, hizo hincapi¨¦ en el crecimiento del "intelectual medi¨¢tico", entendiendo por tal aqu¨¦l que se afirma en una materia no por la producci¨®n de "un gran libro meditado varios a?os", sino por su aparici¨®n m¨¢s o menos frecuente en un medio audiovisual. Este personaje de discurso breve y simplificado ser¨ªa el modelo del intelectual contempor¨¢neo.
En esa misa l¨ªnea, la creaci¨®n tiende hoy a producir art¨ªculos destinados a una f¨¢cil y r¨¢pida comercializaci¨®n. Para este analista, la producci¨®n intelectual obedece a un destino de mercanc¨ªa, sin cumplimiento ideol¨®gico y abdicando de su eventual valor simb¨®lico. Ocioso es decir que aunque Bustamante invitaba a investigar sobre este fen¨®meno, su posici¨®n cr¨ªtica ("apocal¨ªptica", dir¨ªa Eco) era clara.
Frente a ella, pero en la ret¨®rica manera de hacerse preguntas en alta voz, Juan Luis Cebri¨¢n, dec¨ªa dudar de que la preocupaci¨®n por la manipulaci¨®n de las conciencias, debiera desviar su atenci¨®n de los medios controlados por el Estado. En su parecer, todav¨ªa esta forma de dirigir la informaci¨®n es la m¨¢s inquietante y abusiva. En cuanto a las empresas privadas, lo importante, arg¨¹¨ªa el director del EL PA?S, no ser¨ªa dilucidar si el mercado es bueno o malo; lo decisivo es que hoy el medio de comunicaci¨®n desempe?a el papel de "intelectual colectivo" y que un mensaje a trav¨¦s de ¨¦l, fuera un concierto o un telefilme, ser¨¢ visto simult¨¢neamente acaso por cientos de millones de personas. Efectivamente, segu¨ªa, el intelctual que quiera hacer llegar su mensaje a trav¨¦s de los mass media habr¨¢ de tener esto presente y condicionar¨¢ el car¨¢cter de su producto.
?Prograrnas que se ven por cientos de nifillones o cientos de programas simult¨¢neos que fragmentan los segmentos de audiencia? Miquel de Moragas, en nombre de la pluralidad y la democracia aut¨¦ntica, propugn¨® una pol¨ªtica de la comunicaci¨®n que d¨¦ opci¨®n a todas las voces sociales, por minoritarias que sean. Cuando intervino Giuseppe Richeri, sin embargo, se puso de manifiesto el proceso de creaci¨®n de opini¨®n p¨²blica-general frente a la creciente complejidad social y la proliferaci¨®n de subsistemas. Refiri¨¦ndose al ejemplo italiano y el nacimiento de miles de canales, Richeri dibujaba el comportamiento de un espectador minoritario que tras haber elegido su canal particular cuya visi¨®n no le permitir¨ªa sino relacionarse con un subgrupo reducido, saltaba durante la emisi¨®n y casi simult¨¢neamente -mediante el mando a distancia- a ojear en media docena de canales. Lo que sin duda acaba afectando al saber del espectador, pero tambi¨¦n a los productos que, en lo sucesivo, el intelectual o el artista conciban para la televisi¨®n.
Pilar Mir¨®, directora general de Radiotelev¨ªsi¨®n Espa?ola, se manifest¨® interesada en reflexionar sobre la posible objetividad del medio televisivo. Un medio al que acab¨® calificando de inobjetivo tras emplear los ejemplos de Robert Redford y Luis Marifias como locutores alternativos que te?ir¨ªan el atractivo de una misma informaci¨®n. Y dijo: "Me he llegado a aprender tan bien los argumentos para defender la objetividad de la televisi¨®n p¨²blica ante el Congreso de los Diputados, que cuanto mejor me salen menos me los creo". Igualmente esc¨¦ptico sobre la objetividad de la informaci¨®n se manifesto el veterano correponsal en Espa?a del Frankfurter Allgemeine, Walter Haubrich.
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