EE UU, entre la guerra del golfo y el fortalecimiento de la OTAN
El ataque al nav¨ªo norteamericano Stark ha vuelto a centrar la atenci¨®n sobre una cuesti¨®n que obsesiona a la pol¨ªtica exterior norteamericana desde la guerra de Vietnam. ?Qu¨¦ postura militar debe adoptar EE UU en el mundo, y cu¨¢l es el verdadero papel de la OTAN? Seg¨²n el autor de este art¨ªculo, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones al respecto: el Golfo es un ¨¢rea estrat¨¦gica crucial para EE UU y Washington no puede aceptar otro rev¨¦s en esa regi¨®n, despu¨¦s de la p¨¦rdida de Ir¨¢n y de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n. Eso no tiene por que debilitar, y de hecho puede fortalecer, a la OTAN.
Para mantener la fuerza de la OTAN, los esfuerzos por conseguir el desarme deben centrarse en el armamento convencional que m¨¢s amenaza a Europa: debe proponerse la creaci¨®n de una zona en Europa central "libre de carros de combate". Baso mi argumentaci¨®n en la suposici¨®n de que la rivalidad EE UUURSS perdurar¨¢ mientras vivamos y se centrar¨¢ en tres frentes estrat¨¦gicos: Europa, Extremo Oriente y el suroeste de Asia.El acceso a las fuentes petr¨®leo del golfo P¨¦rsico, que supone los dos tercios de las reservas-conocidas del mundo no comunista, es un tema crucial para el suroeste asi¨¢tico. En 1995, el mundo no comunista recibir¨¢ entre el 30% y el 45% de su petr¨®leo de los Estados del Golfo.
As¨ª pues, Estados Unidos no tiene m¨¢s elecci¨®n que mantenerse firme ante cualquier amenaza contra los intereses occidentales en el Golfo. La retirada de Estados Unidos, como recomiendan algunos en el Congreso, significar¨ªa que en unos 10 a?os la posici¨®n de Estados Unidos en la regi¨®n se habr¨ªa venido abajo.
Hace 10 a?os, el Golfo estaba sellado por un per¨ªmetro defensivo prooccidental que comprend¨ªa a Turqu¨ªa, Ir¨¢n y Pakist¨¢n, y protegido por la zona intermedia de Afganist¨¢n. Pero Estados Unidos perdi¨® su posici¨®n en Ir¨¢n, y poco despu¨¦s la Uni¨®n Sovi¨¦tica invadi¨® y ocup¨® Afganist¨¢n. En la actualidad, tanto Ir¨¢n como Pakist¨¢n se encuentran en peligro potencial.
Una retirada norteamericana vendr¨ªa a demostrar que el ayatol¨¢ Ruholla Jomeini y sus seguidores controlan el Golfo; ser¨ªa una derrota estrat¨¦gica 10 veces peor que la p¨¦rdida de Ir¨¢n.
El principal beneficiario de la retirada norteamericana ser¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El control iran¨ª del Golfo ser¨ªa, en el mejor de los casos, transitorio, para dar paso a la extensi¨®n de la influencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, debido sobre todo, al retroceso de la presencia norteamericana. S¨®lo se pueden hacer especulaciones sobre la desbandada pol¨ªtica que provocar¨ªa la pasividad de Estados Unidos entre los d¨¦biles y vulnerables Estados del Golfo.
En un mundo ideal, las fuerzas norteamericanas que patrullan el Golfo deber¨ªan estar apoyadas por fuerzas francesas, brit¨¢nicas, italianas, belgas y holandesas, todas ellas financiadas por Jap¨®n. ?sa ser¨ªa una soluci¨®n perfecta, pero si noresulta factible, no tiene por qu¨¦ significar que Estados Unidos no tenga que hacer nada. Despu¨¦s de todo, Estados Unidos es una potencia mundial; sus aliados son simplemente potencias regionales.
Estados Unidos debe hacer lo que sea necesario para asegurar los intereses occidentales en el Golfo. Si Ir¨¢n ataca a las fuerzas norteamericanas destinadas a proteger la navegaci¨®n del Golfo, Estados Unidos debe responder contra las instalaciones militares iran¨ªes, y hacerlo de un modo decisivo. Eso puede hacerse desde los portaviones. Adem¨¢s se podr¨ªan estacionar bombarderos B-52 en la isla de Diego Garc¨ªa para, en caso necesario, lanzar un ataque mucho m¨¢s devastador contra las instalaciones iran¨ªes.
Debe quedar claro, especialmente debido al reciente rechazo por parte de la OTAN de un esfuerzo multilateral para patrullar el Golfo, que la OTAN se ha convertido en una alianza exclusivamente regional. Comoquiera que los pa¨ªses de la OTAN reh¨²san tomar parte en la defensa de los intereses occidentales en regiones distantes, no podemos evitar llegar a la conclusi¨®n de que Estados Unidos debe empezar a redistribuir en otros lugares sus recursos defensivos.
En dicha reestructuraci¨®n, EE UU debe aumentar su capacidad de combate en ¨¢reas donde no puede estacionar fuerzas de manera permanente. Esto significa tres cosas: tendr¨¢ que aumentar su capacidad de movimiento de tropas y equipos por mar y aire; tendr¨¢ que crear fuerzas ligeras adicionales, en vez de disponer de fuerzas pesadas en una sola regi¨®n y utilizables principalmente en esa zona, y deber¨¢ decirle a sus aliados de la OTAN que asuman una mayor parte de la responsabilidad de su propia defensa, que es algo para lo que tienen una clara capacidad econ¨®mica. Estados Unidos debe poner en marcha un plan escalonado de redistribuci¨®n de unos 100.000 de sus 350.000 soldados estacionados en Europa occidental. Eso no debe presentarse como una medida punitiva, sino como una adaptaci¨®n gradual a la realidad estrat¨¦gica.
Preparaci¨®n para la defensa
Actualmente, Estados Unidos est¨¢ menos preparado para la defensa de sus intereses en la regi¨®n en la que la amenaza es m¨¢s probable (el Golfo) y mejor preparado en la regi¨®n en la que una amenaza militar directa es menos probable, y en la cual sus aliados est¨¢n mejor preparados para hacer m¨¢s por s¨ª mismos (Europa).
Carecen de fundamento la protestas en el sentido de que un cambio en la valoraci¨®n militar, que significar¨ªa la redistribuci¨®n de unos 100.000 soldados norteamericanos estacionados en Europa occidental, supondr¨ªa el abrazo del neutralismo por parte de sus aliados europeos. No es precisamente una muestra de confianza en los aliados de Estados Unidos afirmar que un reajuste del n¨²mero de soldados norteamericanos en Europa los empujar¨ªa al suicidio pol¨ªtico. El n¨²mero de soldados norteamericanos en Europa occidental ha variado mucho durante la historia de la Alianza Atl¨¢ntica, sin una relaci¨®n clara con el nivel de tensi¨®n URSS-EE UU ni con el neutralismo de. Europa occidental.
La afirmaci¨®n del Departamento de Defensa de que una retirada parcial de Europa ser¨ªa costosa, tambi¨¦n es enga?osa. En primer lugar, la cuesti¨®n no est¨¢ en ahorrar dinero, sino en, gastarlo de una manera apropiada para hacer frente a las posibles amenazas. Es m¨¢s, si la reducci¨®n se hace de una manera gradual e integrada en el proceso regular de rotaci¨®n de tropas, y acompa?ada de la conversi¨®n de divisiones pesadas en fuerzas ligeras, el proceso ahorrar¨¢ los fondos necesarios para incrementar la capacidad de trasladar tropas y equipos por aire y mar.
Tal reestructuraci¨®n del despliegue de EE UU estar¨ªa en consonancia con las tendencias europeas. Se ha ido produciendo una disoluci¨®n, gradual del control, sovi¨¦tico sobre Europa del Este y una reducci¨®n de la dependencia de Europa occidental de EE UU. Eso puede incluso llevar a un renacimiento de una aut¨¦ntica reasociaci¨®n de las dos mitades de Europa. Deber¨ªamos acoger con agrado un movimiento de ese tipo, distinto de la divisi¨®n europea de Yalta.
Acuerdos especiales
Ese cambio podr¨ªa significar con el tiempo el nacimiento de acuerdos especiales, tanto pol¨ªticos como de seguridad, relacionados con Europa central. Tales acuerdos podr¨ªan incluir una mutua reducci¨®n de fuerzas y la introducci¨®n de amplias medidas que reforzaran la confianza. Este proceso ayudar¨ªa a acabar con la divisi¨®n artificial de Europa, reduciendo as¨ª el control sovi¨¦tico y la amenaza convencional directa de la URSS a los pa¨ªses libres de Europa occidental.
Las medidas de control de armamento pueden ayudar a promocionar esta nueva realidad. Es posible que la URSS incremente sus esfuerzos por fomentar la desnuclearizaci¨®n de Europa occidental. En Occidente debemos estar vigilantes y preparados para rechazar tales intentos. La mejor forma de hacerlo es mediante la anticipaci¨®n pol¨ªtica, formulando propuestas que desv¨ªen el intento sovi¨¦tico y centren la atenci¨®n sobre aquel armamento de Europa central que supone una mayor, amenaza para la paz.
La mayor amenaza contra la OTAN es la enorme superioridad sovi¨¦tica en carros de combate, pesados, el arma m¨¢s apropiada para un ataque convencional a Europa occidental. Dado que es muy probable que la URSS no tarde en proponer reducciones adicionales de armamento nuclear, la OTAN deber¨ªa anticiparse ahora con una propuesta que combinara tal reducci¨®n de armamento nuclear con una sustancial reducci¨®n del n¨²mero de carros de combate pesados en el frente: de Europa central. Una reducci¨®n del 50%, sobre todo debido a la relativa potencia de la OTAN en armamento anticarro, ser¨ªa un paso importante en la reducci¨®n de la capacidad sovi¨¦tica para una ofensiva convencional de grandes dimensiones. Mejor a¨²n, Occidente podr¨ªa proponer que varios pa¨ªses de la OTAN y del Pacto de Varsovia de Europa central se incluyeran en una "zona libre de carros de combate".
El traslado de los carros de combate sovi¨¦ticos a la URSS mejorar¨ªa considerablemente la estabilidad militar en el coraz¨®n de Europa. Este hecho es especialmente importante ahora que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha dotado a muchos de sus carros m¨¢s modernos de blindaje reactivo, con lo cual muchas de las armas anticarro occidentales han perdido efectividad. Con una "zona libre de carros de combate", cualquier intento de introducir subrepticiamente un gran n¨²mero de carros en la zona ser¨ªa relativamente f¨¢cil de detectar. Y una propuesta seria de una zona libre de carros en Europa central -incluyendo Alemania Occidental y los pa¨ªses del Benelux, por el lado de la OTAN, y Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia y Hungr¨ªa, por el lado del Pacto de Varsovia- tendr¨ªa muchas probabilidades de recibir el apoyo popular en los paises de la Europa occidental.
No podemos seguir indefinidamente aferrados a la idea de la OTAN como una alianza global basada en supuestos geoestrat¨¦gicos originados en la d¨¦cada de los cincuenta. EE UU necesita reconfigurar su despliegue por el mundo para que est¨¦ m¨¢s capacitado y pueda afrontar las amenazas m¨¢s probables a sus intereses y a los de Europa occidental y Jap¨®n. La OTAN, como resultado, ser¨¢ m¨¢s fuerte, pues estar¨¢ fundamentada en expectativas realistas y llegar¨¢ a expresar mejor el -verdadero inter¨¦s de Europa occidental.
EE UU debe responder a las amenazas contra sus intereses con toda la fuerza que sea necesario para convencer en Europa y en el Golfo. La lecci¨®n que hay que aprender de Vietnam no es que haya que. evitar las confrontaciones militares, sino que EE UU debe implicarse militarmente s¨®lo cuando tiene en juego intereses claramente importantes, como sucede en el Golfo. Segundo, si llega a verse implicado, debe actuar con decisi¨®n para alcanzar objetivos militares y pol¨ªticos claramente definidos.
fue consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter. Este texto fue publicado por The Washington Post.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Estrategia militar
- Guerra fr¨ªa
- Ingenier¨ªa militar
- Opini¨®n
- Ir¨¢n
- Golfo p¨¦rsico
- Contactos oficiales
- Irak
- OTAN
- Guerra Ir¨¢n-Irak
- Fuerzas armadas
- Relaciones internacionales
- Estados Unidos
- Partidos pol¨ªticos
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica exterior
- Historia contempor¨¢nea
- Defensa
- Asia
- Guerra
- Historia
- Organizaciones internacionales
- Conflictos
- Oriente pr¨®ximo