El Gobierno israel¨ª aten¨²a su reacci¨®n por la visita de Kurt Waldheim al Papa
La Kneset, el Parlamento de Israel, consagr¨® su sesi¨®n de ayer a un debate especial sobre la visita oficial que Kurt Waldheim har¨¢ ma?ana al Vaticano, donde el presidente austr¨ªaco ser¨¢ recibido en audiencia por el papa Juan Pablo II. A pesar de los llamamientos de varios diputados en favor de un boicoteo a la Santa Sede, el Gobierno israel¨ª se contentar¨¢ con una simple petici¨®n de aclaraci¨®n dirigidia al Vaticano, seg¨²n se?al¨® en el debate Ezer Weizman, ministro de Exteriores en funciones, en ausencia del titular, Sim¨®n Peres.
Como cab¨ªa esperar, los diputados de diversos grupos parlamentarios israel¨ªes expresaron su indignaci¨®n por el hecho de que el Pont¨ªfice reciba a "un antiguo oficial nazi, de turbio pasado, y que deb¨ªa tener buenas razones para mentir sobre sus actividades en la II Guerra Mundial".La comunidad jud¨ªa internacional, ante el caso Waldheim, ha recibido el apoyo de la conferencia episcopal norteamericana, cuyo presidente, el arzobispo John May, indic¨® que El Vaticano "deber¨ªa explicar las rnotivaciones del Papa" para recibir al presidente austriaco. May teme el fracaso del encuentro de Juan Pablo II con la comunidad jud¨ªa de su pa¨ªs, con ocasi¨®n del viaje pontificio a Estados Unidos, en septiembre pr¨®ximo.
Activistas jud¨ªos norteamericanos llegaron ayer a Roma con la intenci¨®n de protestar en la plaza de San Pedro el jueves. Est¨¢n encabezados por el rabino Avi Weiss, del Instituto Hebreo de Riverdale, en Nueva York. Weiss, acompa?ado de Glenn Richter, coordinador nacional del Centro de EE UU para la Juder¨ªa Rusa, dijo que otros grupos de activistas jud¨ªos llegar¨ªan de varios pa¨ªses europeos para unirse a estas protestas en Roma.
La visita contar¨¢ con el boicoteo diplom¨¢tico de algunos Gobiernos y puede haber ausencias de embajadores invitados a los actos. Washington, que ha prohibido a Waldheim entrar, como persona privada, en EE UU, ha hecho saber que su embajador ante el Vaticano estar¨¢ ma?ana, fuera de Roma aunque por "obligaciones diplom¨¢ticas" el pa¨ªs estar¨ªa representado en las ceremonias relacionadas con la visita del presidente austriaco, tal vez por el jefe de la misi¨®n estadounidense. Por su parte la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica del Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol se?al¨® ayer que hoy dar¨¢ a conocer la actitud del Gobierno de Espa?a.
Las organizaciones ¨¢rabes han apoyado indirectamente el gesto de la Santa Sede de recibir a Waldlieim. La Liga ?rabe y la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) han calificado de "racista" la toma de posici¨®n de la comunidad hebrea internacional, as¨ª como de "instrumentalizaci¨®n que ofende la memoria de las v¨ªctimas" de las persecuciones del nazismo.
En Israel, la indignaci¨®n es aun mayor al tener en cuenta que Waldheim ser¨¢ recibido por el Papa s¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s de que ¨¦ste se arrodillara en Majdanek, en Polonia, para rezar en memoria de los millares de jud¨ªos v¨ªctimas de los hornos crematorios en ese campo de la muerte nazi.
El primer ministro israel¨ª, Isaac Shamir, dijo que lamenta "profundamente" la decisi¨®n del Papa, que confiere "una especie de legitimaci¨®n" a los cr¨ªmenes de que se acusa a Waldheim. ?ste ha negado las alegaciones sobre su participaci¨®n en cr¨ªmenes de guerra cuando era oficial del Ej¨¦rcito hitleriano durante la Il Guerra Mundial. ?sta ser¨¢ su primera visita oficial fuera de Austria desde que su elecci¨®n como presidente hace un a?o.
Las condenas oficiales israel¨ªes son menos fuertes que la ola de emoci¨®n y c¨®lera que ha hecho presa en las organizaciones y personalidades jud¨ªas del mundo. El Estado de Israel afirma hablar en nombre de todos los jud¨ªos, pero tiene sus propios intereses, su raz¨®n de Estado que, m¨¢s de una vez pesa m¨¢s que toda otra consideraci¨®n.
El editorial del diario laborista Davar se?alaba que el Vaticano defiende antes que nada los intereses de la Iglesia cat¨®lica. As¨ª, Juan Pablo II acepta "pagar un cierto precio" al conceder a Waldheim una audiencia, para poder recomponer la unidad de la Iglesia en Austria.
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