Tragar y callar

Javier M¨ªnguez, t¨¦cnico del BH, lleg¨® a la meta lanzando injurias por el rid¨ªculo que la polic¨ªa local hab¨ªa hecho cometer a sus hombres, inmersos de improviso, y por un descuido, entre el tr¨¢fico de la ciudad berlinesa y obligados, posteriormente, a rectificar, dar la vuelta, y verse sorteando, como incautos, veh¨ªculos que marchaban de frente. "Nos pudimos matar", dijo en la meta Echave, quien no encontraba otra forma mejor de definir el espect¨¢culo de nueve corredores, haciendo una contra reloj callejera, en ca¨®tica formaci¨®n, y sprintando entre sem¨¢foros en rejo.Seg¨²n M¨ªnguez, el comisario que viajaba en el coche pudo evaluar el descuido en dos minutos de tiempo. Con ese argumento y tan cualificado testigo, el BH reclam¨®, pero s¨®lo fue atendido en parte.

La organizaci¨®n decidi¨® compensar al equipo espa?ol con 38 segundos. Es decir, el tiempo te¨®rico que se tarda en los 500 metros que dice la polic¨ªa que recorrieron de m¨¢s los corredores del BH a la media de velocidad que llevaban durante la primera parte del recorrido. El BH estimaba que la desviaci¨®n de la ruta fue por un recorrido mayor e insisti¨® en el testimonio del comisario de carrera.

As¨ª que M¨ªnguez se qued¨® de colista y con argumentos para seguir injuriando. Ya en la meta hab¨ªa mostrado su incredulidad porque fuera aceptada cualquier reclamaci¨®n: "Se da por supuesto que tienes que conocer el recorrido, pero otra cosa es que la polic¨ªa te conduzca hacia un sitio equivocado. En definitiva, aqu¨ª tienes que tragar y callar. No queda otro remedio".