Los espa?oles perdieron entre uno y cinco minutos en la contra reloj por equipos
Los espa?oles inscritos en equipos con mayor¨ªa de gregarios extranjeros fueron los m¨¢s beneficiados de la contra reloj por equipos de ayer, que signific¨® un interesante triunfo para el Carrera italiano, del irland¨¦s y principal favorito, Stephen Roche. De todas formas, las p¨¦rdidas de tiempo no fueron tan grandes como se tem¨ªa y oscilaron entre el minuto (para Pedro Delgado) y los cinco (para el equipo BH). L¨ªder moment¨¢neo es el polaco Piasecki, que ya se enfund¨® el maillot amarillo tras el primer sector, ganado por el holand¨¦s Verboeven. Hoy es una de las dos jornadas de descanso.
La contra reloj por equipos se disput¨® en un circuito urbano, muy llano, sin curvas, bajo la atenta mirada en algunos tramos de los guardias del otro lado del muro berlin¨¦s, quienes observaron parte de la prueba con sus potentes prism¨¢ticos. Pero la etapa result¨® poco selectiva, hasta el punto de que muchos equipos pudieron llegar a la meta con el completo de sus corredores, hecho que no sucedi¨® en a?os anteriores. A la hora de recortar kil¨®metros, la organizaci¨®n ha beneficiado a los equipos m¨¢s d¨¦biles, espa?oles y colombianos, fundamentalmente, que se han encontrado con menos minutos de diferencia. Todos, claro est¨¢, menos el BH, para quien la carrera signific¨® casi cinco minutos de penalizaci¨®n con respecto a los l¨ªderes, circunstancia que lesiona los intereses no s¨®lo del equipo, sino las posibles aspiraciones que pudieran tener corredores como Cubino, Fuerte y el colombiano Pacho Rodr¨ªguez.Malos comienzos
Y es que la jornada comenz¨® ya mal para los equipos espa?oles con las dificultades que se le presentaban inicialmente al Teka. Gonz¨¢lez Linares, su director, se encontraba entre la tesitura de hacer no s¨®lo el mejor tiempo posible sino tambi¨¦n procurar que su corredor Alfonso Guti¨¦rrez pudiera acabar la etapa y no quedarse descolgado. Era una duda razonable porque Guti¨¦rrez hab¨ªa sufrido sobre su cuerpo la ca¨ªda de casi una decena de corredores en el transcurso de un tranquilo primer sector que s¨®lo depar¨® esta an¨¦cdota. Guti¨¦rrez sufri¨® diversas magulladuras, pero tambi¨¦n un fuerte golpe en la espalda, con posibles consecuencias para alguna de sus costillas, circunstancia no aclarada al t¨¦rmino de la etapa de ayer. Guti¨¦rrez estaba a la espera del examen m¨¦dico y confiaba, en esos momentos, que la jornada de descanso de hoy le permitiera poder continuar en la prueba. Por eso, en la etapa de ayer, L?nares orden¨® que Guti¨¦rrez no tomara ni un solo relevo y el Teka hizo lo que pudo, es decir un mal tiempo. Guti¨¦rrez termin¨® en compa?¨ªa de sus colegas, pero acus¨® fuertes dolores, que le imped¨ªan respirar con normalidad. Pero su desgracia ser¨ªa inferior a la del equipo BH.
Luego, Caja Rural y Reynolds defendieron su suerte con la satisfacci¨®n de no haber perdido el tiempo de otros a?os, como reconocieron algunos de sus componentes. Raz¨®n fundamental de su relativo ¨¦xito fue el que contaran en sus formaciones con rodadores extranjeros, franceses fundamentalmente, que llevaron el peso de la etapa con la cooperaci¨®n de corredores espa?oles capacitados para seguir su rueda e, incluso en alg¨²n caso, para tomar el relevo. Tal fue el ejemplo del Caja Rural, para quien trabaj¨® a destajo Pascal Jules imprimiendo el ritmo necesario.
En el Reynolds, Echavarri logr¨®, de nuevo, los mejores resultados, producto de su talante met¨®dico puesto que, como es costumbre en ¨¦l, prepar¨® la etapa. Echavarri aclar¨® en la meta que hab¨ªa establecido unos turnos de corredores que fueran tomando la responsabilidad del equipo en cada momento, empezando por Arnaud y siguiendo por Indur¨¢in, G¨®mez y Gorospe. Echavarri orden¨® tambi¨¦n que Arroyo no tomara inicialmente ning¨²n relevo, as¨ª como Oca?a y Cabrera; el primero para ayudarle a reponerse de una reciente lesi¨®n en la rodilla y los segundos, a causa de su inexperiencia. Echavarri luego confesar¨ªa que Arroyo sigui¨® bien la etapa y que incluso cooper¨® en la toma de relevos.
Pero, en definitiva, la prueba transcurri¨® m¨¢s desgraciada para espa?oles y colombianos que para el resto de equipos, si bien corredores como Pedro Delgado, fundamentalmente, e I?aki Gast¨®n, sacaron tajada de la colaboraci¨®n de una mayor¨ªa de corredores extranjeros. Lo curioso, sin embargo, y que destaca el papel realizado por el Reynolds, fue que entre el Kas y el equipo que dirige Echavarri s¨®lo mediaran nueve segundos. El Reynolds perdi¨® 1.39 minutos con relaci¨®n al Carrera y cabe considerarlo como un resultado afortunado.
As¨ª que la jornada volvi¨® a ser afortunada para Pedro Delgado, ya el mejor espa?ol en la general, y quien esta vez se vio mejor favorecido por la actuaci¨®n de su equipo, el PDM, que el pasado a?o hab¨ªa realizado una prueba por equipos m¨¢s que discreta. El PDM acab¨® en sexta posici¨®n y Delgado s¨®lo se encontr¨® con 41 segundos de p¨¦rdida con respecto a Roche. Sin embargo, y lo que result¨® m¨¢s positivo, pudo aumentar en 49 segundos su diferencia con respecto a Kelly y en 35 sobre el norteamericano Hampsten. Pero Delgado tambi¨¦n sabe ya que tiene a Lucho Herrera a 2.13 minutos de diferencia, una distancia interesante para resistirle despu¨¦s en la monta?a. Y que incluso puede verse aumentada si se comporta en las etapas contra reloj como lo ha hecho en la pr¨®logo.
El triunfo, finalmente, fue para el Carrera de Stephen Reche, en dura pugna con otro equipo italiano, Del Tongo, y es que las escuadras italianas parecen haberse especializado en presentar las mejores novedades de vestuario y las m¨¢s modernas bicicletas. Ataviados con cascos, en perfecta formaci¨®n, y con las m¨¢quinas m¨¢s modernas, los equipos italianos dieron una impresi¨®n est¨¦tica que se vio refrendada con el ¨¦xito obtenido en la etapa. Mejoraron la actuaci¨®n de franceses y holandeses, considerados como los reyes del llano. Y de entre los galos, triunfo parcial del Systeme U de Fignon con relaci¨®n al Toshiba. Pero Fignon dio la sensaci¨®n de haber perdido adeptos entre los periodistas franceses; ayer, al llegar a la meta, las carreras, las prisas, las entrevistas y las c¨¢maras fueron para su colega Charles Mottet. A su lado, Fignon no pareci¨® atraer otra cosa que las simpat¨ªas de algunos cr¨ªos en busca de aut¨®grafos. Fignon parec¨ªa un gregario.
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