Los sermones del Banco Mundial

Liberalice su comercio exterior, es m¨¢s barato de lo que piensa y proporciona m¨¢s beneficios de lo que se imagina. ?ste es el consejo que, como si de una alfombra m¨¢gica se tratara, intenta vender el Banco Mundial a los pa¨ªses del Tercer Mundo en su Informe anual sobre el desarrollo en el mundo, que se difunde hoy y que est¨¢ dedicado a las relaciones entre la industrializaci¨®n y el comercio exterior.Con esta declaraci¨®n, el Banco Mundial comete dos errores: en primer lugar, demuestra una ausencia inquietante de imaginaci¨®n, y en segundo lugar, parece carecer de sentido de responsabilidad.

Pedir a los pa¨ªses del Tercer Mundo que liberalicen su comercio exterior es una cantilena que los pa¨ªses industrializados han entonado siempre en sus asambleas anuales. Pero cualquier parecido con la realidad es muy lejano. Porque si bien entonan el canto de la apertura comercial ajena, los pa¨ªses industrializados saben protegerse muy bien.

Pedir de repente a los pa¨ªses del Tercer Mundo que liberalicen su comercio exterior es hacer gala de una cierta irresponsabilidad, porque el crecimiento del comercio internacional no sobrepasar¨¢ el 2,5% este a?o, lo que casi equivale al estancamiento.

Ser¨ªa deseable que el Banco Mundial utilizara su prestigio financiero y su competencia t¨¦cnica para situarse por encima de los conflictos y para evaluar el aspecto pol¨ªtico de las cosas.

1 de julio