EE UU 'pic¨® el anzuelo' de la presencia sovi¨¦tica en el Golfo
La Mideast Task Force, una docena de buques de guerra norteamericanos, escoltar¨¢ a partir de mediados de julio a 11 petroleros kuwait¨ªes, la mitad de la flota del emirato, puestos bajo el pabell¨®n de las barras y estrellas.La decisi¨®n de la Administraci¨®n de Reagan responde m¨¢s a su preocupaci¨®n por la creciente presencia sovi¨¦tica que a su inter¨¦s por proteger las rutas del crudo.
La diplomacia kuwait¨ª jug¨® sus cartas de manera magistral. A fines del pasado a?o, sovi¨¦ticos y norteamericanos recibieron al mismo tiempo una petici¨®n formal de asumir la protecci¨®n de la flota petrolera del emirato, blanco favorito de los ataques iran¨ªes.
Los sovi¨¦ticos respondieron favorablemente de inmediato. Tres de sus petroleros transportan desde hace meses crudo del emirato. Poco despu¨¦s los norteamericanos tuvieron que aceptar tambi¨¦n la protecci¨®n de los buques kuwait¨ªes, con el objetivo evidente de compensar la presencia sovi¨¦tica.
Gorbachov ha dado una nueva agilidad a la pol¨ªtica sovi¨¦tica en Oriente Pr¨®ximo y en el golfo P¨¦rsico. Sus primeros resultados son la reunificaci¨®n de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y los actuales esfuerzos por reconciliar a su principal aliado ¨¢rabe, el presidente sirio, Hafez el Asad, con el l¨ªder palestino Yas¨ªr Arafat y el dirigente iraqu¨ª Sadam Husein.
La credibilidad sovi¨¦tica entre los pa¨ªses ¨¢rabes aument¨® de modo sensible tras el descubrimiento del mercado entre Estados Unidos y el r¨¦gimen de Ir¨¢n, conocido como el Irangate.
Pero los sovi¨¦ticos viven a¨²n bajo el llamado s¨ªndrome Sadat, cuando el presidente egipcio puso fin bruscamente a las relaciones privilegiadas que su pa¨ªs sosten¨ªa con Mosc¨². Por eso Mijail Gorbachov ha renunciado a una presencia en gran escala y opta por una diplomacia lenta y firme.
El pasado mes de abril, el viceministro de Exteriores sovi¨¦tico, VIadimir Petrovsky, efectu¨® una gira por el Golfo. Era la primera vez que Mosc¨² cortejaba abiertamente a las monarqu¨ªas petroleras, con las que si a¨²n no ha logrado sellar lazos s¨®lidos es por su presencia militar en Afganist¨¢n.
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