"Hab¨ªa que limpiar"
Oliver North cont¨¦ ayer c¨®mo, en cinco ocasiones, hab¨ªa enviado a su superior en el Consejo Nacional de Sleguridad (NSC), el vicealmirante Richard Poindexter, inemorandos sobre la operaci¨®n secreta iran¨ª y el apoyo a la contra nicarag¨¹ense, para que ¨¦ste lograra la aprobaci¨®n del presidente de Estados Unidos."La mayor partede ellos los destru¨ª", asegur¨® Oliver North a preguntas del abogado John Nields, principal interrogador en la sesi¨®n de ayer. Nields trataba de demostrar que el teniente coronel ha destruido pruebas que podr¨ªan demostrar una implicaci¨®n de Ronald Reagan mayor de la que ¨¦ste admite.
North admiti¨® que algunos de estos documentos, ya autorizados, "pod¨ªan ser muy perjudiciales para el presidente, pero insisti¨® en negar que ¨¦sta fuera la raz¨®n que le llev¨® a hacerlos desaparecer en una operaci¨®n en la que atasc¨® la m¨¢quina trituradora.
El personaje clave del Irangate dijo finalmente -ante sus confusas respuestas la pregunta le fue repetida una docena de veces- que "nunca" vio "estos documentos [en su despacho] con la firma o las iniciales del presidente".
Oliver North, que actu¨® en todo momento a la of¨¦nsiva, incluso con cierta chuler¨ªa, para contrarrestar la evidente hostilidad de sus interrogadores, dijo que desde mediados de octubre de 1986 destruy¨® documentos sobre la operaci¨®n de desv¨ªo de dinero a la contra.
"Sab¨ªa que mi carrera en el Consejo Nacional de Seguridad estaba terminada y que querr¨ªan hacer de m¨ª un chivo expiatorio", afirm¨® North.
Esta operaci¨®n de destrucci¨®n acelerada coincidi¨® con su conversaci¨®n con el entonces director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Casey, al que le hab¨ªan llegado voces de que el esc¨¢ndalo estaba a punto de estallar en p¨²blico, y con el derribo del avi¨®n del mercenario Richard Hasenfus sobre Nicaragua.
"Hab¨ªa que limpiar", explic¨® Oliver North, testigo excepcional de lo ocurrido.
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