Los portadores del SIDA deben ser tratados precozmente, seg¨²n el cient¨ªfico Robert Gallo
El tratamiento precoz de las personas que han estado en contacto con el virus del SIDA puede frenar el desarrollo de la enfermedad, afirm¨® ayer el cient¨ªfico norteamericano Robert Gallo en una conferencia sobre Parogenicidad del virus del SIDA en la universidad Men¨¦ndez Pelayo. " conferencia, a la que asisti¨® el ministro de Sanidad y Consumo, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, clausur¨® el seminario sobre el SIDA que ha dirigido el cient¨ªfico espa?ol Rafael N¨¢jera.
Gallo se mostr¨® partidario de tratar con los medicamentos disponibles a los portadores sin s¨ªntomas de la enfermedad porque el desarrollo del SIDA depende de la multiplicaci¨®n del virus en el enfermo y estos medicamentos inhiben su replicaci¨®n. Pero no especific¨® si este tratamiento deber¨ªa prolongarse de por vida."Se que esta es una afirmaci¨®n pol¨¦mica", dijo Gallo, "pero estoy convencido de ello desde 1983. Ahora s¨®lo disponemos de la azidotimirina (AZT), pero en 1988 habr¨¢ nuevas drogas menos t¨®xicas, y habr¨¢ que usarlas cuanto antes". Al contrario de lo que pasa con otros retrovirus humanos, de los que Gallo habl¨® extensamente, los virus del SIDA no tienen un sitio espec¨ªfico de ataque a los linfocitos T de la sangre, por lo que muy poca cantidad de virus puede provocar la infecci¨®n. La destrucci¨®n final de estas c¨¦lulas b¨¢sicas del sistema inmunitario depende de la multiplicaci¨®n del virus dentro del enfermo y hasta ahora el virus del SIDA es el que se se multiplica m¨¢s, pero se cree que cualquier retrovirus que se replique r¨¢pidamente llega a causar inmunodeficiencia.
El retrovirus humano HTLV I, por ejemplo, aislado por Gallo en 1980, causa leucemia, aunque s¨®lo en un 1% de los portadores, por un mecanismo directo de malignizaci¨®n de las c¨¦lulas sin que sea posible frenar la enfermedad una vez iniciado el proceso canceroso. Los retrovirus no se aislaron en humanos hasta 1980 y tienen la particularidad de su mecanismo de replicaci¨®n, inverso al de los dem¨¢s virus; son silentes y pueden mantenerse en el organismo sin manifestarse durante largo tiempo. Se contagian por sangre y por contacto sexual.
Virus en monos
Gallo est¨¢ convencido de que el virus del SIDA y otro retrovirus proceden de virus similares en monos y chimpac¨¦s, que han infectado peri¨®dicamente a poblaciones humanas restringidas en Africa Central desde hace tiempo. "Por cada retrovirus encontrado en el hombre hemos hallado uno correspondiente en monos", afirm¨® el cient¨ªfico norteamericano. "El SIDA no se debe a una mutaci¨®n reciente, sino al cambio de costumbres sociales que ha provocado su expansi¨®n". Cit¨® la drogadicci¨®n como el factor principal y la compar¨® en gravedad por sus efectos a las bombas at¨®micas.Gallo adelant¨® resultados todav¨ªa sin publicar sobre el mecarismo de producci¨®n de ciertos tipos de c¨¢ncer -el sarcoma de Kaposi y el linf¨®ma de c¨¦lulas B- en enfermos de SIDA, lo que puede ayudar a comprender el proceso de malignizaci¨®n de las c¨¦lulas en todos los tipos de c¨¢ncer. Se trata de un mecanismo indirecto. En el caso del linfoma de c¨¦lulas B, en un 70% de los casos se ha relacionado la aparici¨®n del c¨¢ncer con un virus presente en peque?a cantidad en todos los seres humanos, el EBV, cuya replicaci¨®n es estimulada como consecuencia de la disminuci¨®n de linfocitos T4 y por la presencia de las prote¨ªnas del VHl y de infecciones secundarias. En el 30% el laboratorio de Gallo lo relaciona con un nuevo virus herpes, el primero de este tipo que se descubre en 30 a?os.
Respecto al sarcoma de Kaposi, que se da sobre todo en homosexuales, se sospecha de la existencia de un virus todav¨ªa no identificado. Al lograr muy recientemente el cultivo en laboratorio de c¨¦lulas de este tumor, se ha visto que producen un gran n¨²mero de factores de crecimiento que estimular¨ªan el desarrollo del c¨¢ncer. Finalmente, respecto a la vacuna, se mostr¨® razonablemente optimista, aunque se?al¨® que no se dispone de un n¨²mero suficiente de chimpanc¨¦s para experimentaci¨®n. A pesar de la variabilidad gen¨¦tica que presenta el virus, el hecho de que cada persona s¨®lo se infecte con una cepa hace pensar que ser¨¢n eficaces vacunas espec¨ªficas contra cada variante.
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