Ser ni?o en L¨ªbano
Peque?os aterrorizados por la violencia quieren vivir refugiados en sus casas
"Un nuevo s¨ªndrome, la claustrofilia, ha aparecido en los ni?os libaneses, aterrorizados por los bombardeos, batallas y atentados con coches bomba. Los peque?os no soportan el exterior, y piden a sus padres vivir en casas sin ventanas ni balcones", ha informado en Montreal el doctor Paul Haddad, presidente de la asociaci¨®n de pediatras libaneses. Una nutrida representaci¨®n de profesionales libaneses ha asistido a principios de julio al congreso mundial de esa especialidad m¨¦dica, celebrado en la citada ciudad canadiense.
En el marco del congreso, el doctor Paul Haddad ha coordinado un seminario organizado por la sociedad francesa Rhone-Poulenc y que se ha centrado en las consecuencias de 12 a?os de guerra sobre los peque?os libaneses. La Prensa beirut¨ª ha publicado largos extractos de las discusiones del seminario."Los menores de seis a?os", afirma el doctor Haddad, "no quieren dejar salir a sus padres a la calle, no soportan los nuevos rostros y se sobresaltan al menor ruido de una puerta. Su ansiedad se manifiesta por el rechazo de alimentos, la p¨¦rdida del control de la orina y el miedo a dormir solos. Los mayores sufren de p¨¦rdida de apetito y de frecuentes insomnios y pesadillas".
Las historias contadas por los pediatras libaneses en Montreal han puesto los pelos de punta a sus colegas de todo el mundo. En su conjunto han compuesto un paisaje de ni?os muertos, heridos, amputados o traumatizados psicol¨®gicamente, hospitales destruidos, infecciones ligadas a la malnutrici¨®n y a las deficientes condiciones de vivienda, y de fugas de especialistas a zonas m¨¢s tranquilas.
"Obligados a ser razonables muy pronto, los ni?os libaneses no tienen derecho a la infancia desde hace 12 a?os. Conocen su papel a la perfecci¨®n y se dirigen autom¨¢ticamente a los refugios cuando comienzan a llover los obuses", dice Samira Sahyoun, responsable de la unidad de cuidados intensivos del hospital Saint Georges, de Beirut.
Ruinas
La doctora Sahyoun informa que la pr¨¢ctica totalidad de los ni?os libaneses ha sufrido heridas o quemaduras a causa de explosiones, accidentes dom¨¦sticos provocados por la ausencia de corriente el¨¦ctrica, cortes por los vidrios rotos, o han sido v¨ªctimas de numerosos accidentes automovil¨ªsticos de un pa¨ªs con infames carreteras y sin polic¨ªa, donde los conductores corren como locos.Cerca de un mill¨®n de libaneses, un tercio de la poblaci¨®n, ha perdido sus hogares durante los numerosos conflictos b¨¦licos y vive en chabolas, ruinas, subsuelos o viviendas ocupadas y habitadas antes de haber sido terminadas.
Esta situaci¨®n, seg¨²n Robert Sacy, pediatra en el hospital Saint Georges, causa a los peque?os alergias de todo tipo y enfermedades que ya estaban pr¨¢cticamente erradicadas en L¨ªbano, como la tuberculosis, la poliomielitis y la brucelosis.
El doctor Sacy a?ade que la mitad de sus colegas libaneses ha emigrado en los ¨²ltimos a?os a Estados Unidos, Canad¨¢, Europa o pa¨ªses ¨¢rabes m¨¢s pr¨®speros. Los doctores Ernest Majdalan¨ª y Jean Vassoyan centraron sus intervenciones en el congreso mundial de pediatras de Montreal en las consecuencias de la crisis econ¨®mica, que en los dos ¨²ltimos a?os constituye la nueva neste libanesa.
Seg¨²n su testimonio, el bocadillo habitual de muchos ni?os libaneses est¨¢ hecho tan s¨®lo de pan.
Se explica si se tiene en cuenta que un bote de cinco kilos de leche vale una quinta parte del salario m¨ªnimo liban¨¦s.El tratamiento de una bronquitis, puede Regar a costar hasta un mes de salario, y la operaci¨®n de- apendicitis, sale por tres meses de salario.
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