La Asociacion contra la Tortura denuncia registros humillantes a las visitas de la c¨¢rcel de Carabanchel
Fernando Salas, como presidente de la Asociaci¨®n contra la Tortura, ha demandado del director general de Instituciones Penitenciarias que ordene al director de la c¨¢rcel de Carabanchel la anulaci¨®n inmediata de una serie de registros en las comunicaciones vis a vis, en las que se obliga a los visitantes a desnudarse completamente y se les introducen los dedos en la vagina y en el recto, seg¨²n el abogado.Salas ha enviado copias del escrito al Defensor del Pueblo, al fiscal general del Estado y a la Audiencia Territorial de Madrid. Las denuncias se basan en la declaraci¨®n de una mujer, Carmen V., y est¨¢n apoyadas por las firmas de 334 familiares de presos.
Carmen V. es una mujer de 32 a?os, muy atractiva, que ya se siente bastante avergonzada como para permitir que se le hagan fotos. El 26 de junio present¨® una denuncia en el juzgado de guardia de la plaza de Castilla contra los tratos humillantes a que se vio sometida esa misma tarde en la habitaci¨®n de registros de la c¨¢rcel de hombres de Carabanchel, adonde hab¨ªa ido a tener un encuentro personal con su compa?ero.
"Aquel d¨ªa hab¨ªa ido a ver a mi compa?ero, y cuando tuve que someterme al registro sent¨ª que no pod¨ªa hacerlo y me negu¨¦. No me dejaron ver a mi compa?ero, sal¨ª llorando y muerta de rabia y verg¨¹enza y puse la denuncia. Ya sab¨ªa lo que era el registro. La primera vez que me lo hicieron me qued¨¦ tan pasmada que no supe negarme, y luego ya no consegu¨ª dejar de sentirme humillada".
Quince d¨ªas atr¨¢s, seg¨²n el relato de Carmen V., cuando entr¨® en la habitaci¨®n de registros, una funcionaria le pidi¨® que se bajara los pantalones y las bragas y que se quitara la camisa y el sujetador. "Me qued¨¦ sin saber qu¨¦ hacer ni qu¨¦ decir. Hasta ahora, los registros consist¨ªan en dejar el bolso, vaciarte los bolsillos y poco m¨¢s, hasta hace un par de meses, por ¨®rdenes del nuevo director de Carabanchel. En el registro te ordenan quitarte el sujetador y dejarlo en el suelo. En la sala hay una mesa con un mont¨®n de guantes de l¨¢tex, pero no lo dejas all¨ª. As¨ª tienes que agacharte al suelo, desnuda, para recoger tus cosas. El segundo d¨ªa me negu¨¦. Sal¨ª de la habitaci¨®n y me qued¨¦ fuera".
Cambiar de compresa
El relato de los testigos citado por Carmen V. habla de que en bastantes ocasiones el registro incluye la vagina y el recto de las mujeres y la separaci¨®n de los test¨ªculos y el recto de los hombres, se supone que para comprobar que no van a pasar droga al recluso en cuesti¨®n. "Algunas mujeres han tenido que quitarse el tampax y ponerse otro nuevo, que te facilita la propia funcionaria. A los ni?os les desnudan tambi¨¦n, y a los beb¨¦s les quitan los pa?ales".El Reglamento Penitenciario, en su art¨ªculo 96, se?ala que los visitantes "deber¨¢n someterse a los controles y registros establecidos". Eso no significa, afirm¨® Salas, "que se atente de forma brutal contra ciudadanos que ni siquiera son reclusos, que est¨¢n de visita y que gozan de todos sus derechos".
Juan Francisco Fern¨¢ndez, director de la prisi¨®n de Carabanchel, neg¨® rotundamente que los funcionarios realizaran ex¨¢menes vaginales o rectales. "Si hasta ahora", afirm¨®, "los registros se limitaban a abrir los bolsos y vaciar los bolsillos es que los funcionarios no estaban cumpliendo con su obligaci¨®n. Del funcionario o funcionaria depende exigir a una persona que se desnude para comprobar que no porta droga. Si hay guantes de l¨¢tex no es para poder introducir dedos en la vagina, sino porque los funcionarios utilizan guantes, si lo desean, para los registros".
Fern¨¢ndez a?adi¨®: "Nosotros hemos puesto m¨¢s de 1.100 denuncias contra visitantes a los que en los registros se les en contra droga. A una mujer la encontramos cinco gramos de hero¨ªna en la compresa, y, efectivamente, una funcionaria exige a las mujeres visitantes que se quiten las que lleven y se pongan otras que se les facilitan en ese momento".
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