Mirada vulgar
ENVIADO ESPECIALCon independencia del trap¨ªo de algunos toros, la mirada estuvo a tono con la vulgaridad ganadera de la feria. 0, m¨¢s. Los seis dieron sensaci¨®n de descastados y varios estaban inv¨¢lidos. Menudo cuadro. Se le quita la firma y le dan la autor¨ªa a Periquito de los Palotes, de profesi¨®n, moruchero.
Otra cosa era la estampa, principalmente de los tres primeros. El tercero sobre todo: un luminoso c¨¢rdeno-miura inconfundible, largo, vareado, badanudo, serio, carifosco, con toda la le?a que imaginarse pueda por sobre el testuz. El p¨²blico, maravillado de la l¨¢mina de ese impresionante veleto cornal¨®n, lo ovacion¨® de salida.
Minutos m¨¢s tarde, sin embargo, ya se hab¨ªa arrepentido: el luminoso c¨¢rdeno-miura estaba inv¨¢lido y embest¨ªa descastado, con la cara alta.
Miura / Ruiz Miguel, Gonz¨¢lez, Dom¨ªnguez
Toros de Eduardo Miura, con trap¨ªo, descastados y deslucidos. Ruiz Miguel: dos pinchazos, media y descabello (pitos); pinchazo, estocada corta y descabellos (ovaci¨®n y tambi¨¦n pitos cuando saluda). D¨¢maso Gonz¨¢lez: dos pinchazos, media travesada y rueda de peones (ovaci¨®n y saludos); dos pinchazos y estocada (ovaci¨®n y saludos). Roberto Dom¨ªnguez: media ca¨ªda, rueda de peones y descabello (oreja), pinchazo y estocada atravesada (divisi¨®n).Plaza de Pamplona, 14 de julio. Novena y ¨²ltima corrida de feria.
Roberto Dom¨ªnguez no descompuso el cuerpo lo que se dice nada frente a las astas descomunales que ten¨ªa delante y se las pas¨® con desenfadada finura en un muleteo inteligente y variado; atento siempre a la cabezada que el toraco tiraba en el remate de los pases despu¨¦s de haberlos tomado sin ninguna codicia. Tore¨® Roberto Dom¨ªnguez a la antigua, que es un buen torear, porque el Miura tambi¨¦n estaba hecho a la antigua, versi¨®n mansa. La faena tuvo m¨¦rito e inter¨¦s, aunque no tanto como para merecer una oreja. Pero el presidente decidi¨® obsequi¨¢rsela al diestro vallisoletano.
El sexto Miura sali¨® escobillado de los dos pitones, se ca¨ªa en justa correspondencia con la mutilaci¨®n, y apenas embest¨ªa Lo machete¨® Dom¨ªnguez tranquilamente por la cara, que es cuanto cab¨ªa hacer, y si el mocer¨ªo de las pe?as, mientras tanto, entonaba a grandes coros "Todos queremos m¨¢s" y "Canta y no llores", all¨¢ el mocer¨ªo de las pe?as. Roberto Dom¨ªnguez lo cuenta, que es lo bueno.
Mientras Ruiz Miguel "tragaba paquete" con el peor lote de la corrida, el mocer¨ªo de las pe?as se tiraba a sacos harina y polvos colorantes que, mezclados con el tintorro navarro y e champ¨¢n catal¨¢n que les empapaba, los rebozaba en biscosa pasta. Tambi¨¦n lo cuenta Ruiz Miguel, seguramente con lastimoso acento, pues sus faenas tuvieron m¨¦rito, intentando encelar a toros de media arrancada, distra¨ªdos, aburridos, que entre gazapeo y bostezo se revolv¨ªan y pegaban inesperados derrotes. Al aire los pegaban, no a Ruiz Miguel -afortunadamente- que estaba valent¨ªsimo pero tambi¨¦n atento, dominador, torero.
Porque no quiso
No menos pundonoroso tore¨® D¨¢maso Gonz¨¢lez los descastados Miura. En el segundo, aborricado ejemplar, arrancando de rodillas los aplausos que no hab¨ªa podido provocar, de pie, porque el mocer¨ªo se aprestaba a merendar y s¨®lo fuertes est¨ªmulos pod¨ªan despertar su atenci¨®n. Por ejemplo, una tentativa de suicidio. Y D¨¢maso, tan chiquit¨ªn, parec¨ªa que se quer¨ªa suicidar, poni¨¦ndose de rodillas delante del miurazo. En el quinto, escurrido y aborregado, domin¨¢ndolo a base de citarlo a la distancia adecuada, apurando el temple, en su momento los circulares con cite de espaldas, de rodillas otra vez. Si mata a la primera, corta oreja, y no dio la vuelta al ruedo sencillamente porque no quiso.La miurada vulgar, destemplada y descastada no merec¨ªa el valor y el pundonor que pusieron los toreros para lidiarla. Los de oro, quiere decirse, ya que varios de los de plata dieron un sainete en banderillas, tiraban los palos al estilo comanche, o apretaban a correr a la desbandada. Fue el caso de El Formidable y Juanili, peones de Ruiz Miguel. En fin, estuvieron a tono con la corrida y con la feria, que han sido tal para cual, malas de veras.
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