Los dibujos-documento de Antonin Artaud, en el Centro Pompidou
"Maldici¨®n a quien los considere como obras de arte"
Treinta a?os despu¨¦s de la exposici¨®n en la galer¨ªa Pierre, de Par¨ªs, el Museo Nacional, de Arte Moderno del Centro Georges Pompidou presenta 60 dibujos de Antonin Artaud (Marsella, 1896-Ivry, 1948), que comprenden desde los primeros sorts de 1939 hasta los grandes dibujos, muchos de los cuales salen por primera vez de las colecciones particulares. La exposici¨®n, inaugurada el 1 de julio, ser¨¢ clausurada el 11 de octubre. "Mis dibujos no son dibujos, sino documentos" escribi¨® Artaud. "Ninguno de ellos es, hablando con propiedad, una obra". "Maldici¨®n a quien los considere como obras de arte, obras de simulaci¨®n est¨¦tica de la realidad" dijo en otro momento.
"Mis dibujos tienen que aceptarse en la barbarie y el desorden de su grafismo que nunca se ha preocupado del arte, sino de la sinceridad y la espontaneidad del trazo", explic¨® tambi¨¦n Artaud.?C¨®mo considerar los dibujos de Artaud? Juzgarlos seg¨²n las categor¨ªas est¨¦ticas usuales en arte no s¨®lo parece ceguera, incomprensi¨®n o frivolidad, sino, adem¨¢s y sobre todo, traici¨®n; una doble traici¨®n, al autor y a la obra, puesto que los comentarios que acompa?an muchos de ellos nos indican claramente el sentido en que su autor quiso que fueran interpretados.
Eliminadas as¨ª las categor¨ªas est¨¦ticas y los valores art¨ªsticos, estos documentos de Artaud aparecen en su cruel dimensi¨®n de expresi¨®n desgarrada de la lucha a muerte que el autor mantuvo, entre la luz y las tinieblas, para conseguir recuperar el equilibrio de un esp¨ªritu atormentado por la angustia, la soledad y la incomprensi¨®n, y el vigor perdido de un cuerpo maltratado por las drogas (y las correspondientes curas de desintoxicaci¨®n), el hambre y el fr¨ªo padecidos en los diferentes psiqui¨¢tricos en que se le intern¨®, sobre todo durante la guerra, cuando lleg¨® a pesar 51 kilos -Artaud med¨ªa 1,72 metros de estatura-. Lo m¨¢s terrible eran los tratamientos a que le sometieron, sobre todo el electrochoque.
"Este tratamiento me hace sufrir terriblemente, le ruego, por favor, que me evite de nuevo este dolor", escrib¨ªa angustiado al doctor Ferdi¨¦re en 1943. "Me desespera, me hace perder la memoria, embota mi pensamiento y mi coraz¨®n, me convierte en un ausente que se sabe ausente y se ve durante semanas persiguiendo su ser, como un muerto al lado de un viviente que ya no es ¨¦l ( ... )".
Efectivamente, la exposici¨®n del Centro Georges Pompidou es el testimonio de todo este sufrimiento del ser fragmentado, roto, expresado con frecuencia a trav¨¦s de retratos y autorretratos, pues el rostro, "campo de muerte" para Artaud, le fascinaba. Vindicativos, "mutilados", "heridos" y s¨®lo aparentemente "desfigurados", son el resultado de una penetraci¨®n m¨¢s all¨¢ de la apariencia, para desvelar sus secretos, pues el rostro humano que desde hace "2.000 a?os habla y respira", da todav¨ªa la impresi¨®n de que "no ha comenzado a decir lo que es, lo que sabe".
Muchos de los dibujos de Artaud comprenden palabras, frases, "sonoridades verbales que ayuden a la comprensi¨®n" y que Artaud, canturreando mientras dibujaba, buscaba s¨ªlaba a s¨ªlaba lo que los psiquiatras interpretaron como un s¨ªntoma m¨¢s de su alienaci¨®n mental, pese a las inteligentes explicaciones que Artaud da de este fen¨®meno en sus escritos-, nunca gratuitas, ritman el movimiento del cuerpo, de la mano guiada por un pensamiento dolorido que llega hasta la crueldad, pues no puede aceptar el compromiso.
'Teatro de la crueldad'
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