Relevado en Argentina el subjefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito
El subjefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito argentino, general de infanter¨ªa y paracaidista Fausto Miguel Gonz¨¢lez, ha sido relevado de su mando y sustituido por el tambi¨¦n general de infanter¨ªa Miguel Wenceslao Abbate, hasta ahora agregado militar en Washington. Esta es la primera crisis importante en las fuerzas armadas desde las sublevaciones de la pasada Semana Santa.
El Jefe del Estado Mayor del -Ej¨¦rcito, general Dante Caridi, empe?ado en recomponer la cadena de mando fracturada en mayo, pidi¨® el relevo de su segundo al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena. Gonz¨¢lez se hab¨ªa negado a dimitir. La crisis ha sido planteada como una incompatibilidad de caracteres entre ambos jefes militares.Caridi ya hab¨ªa manifestado a sus colaboradores su molestia porque hubiera un piso tercero y un piso quinto en el cuartel general del Ej¨¦rcito, aludiendo a su despacho y al del subjefe cesado, desde los que se llevaban a cabo pol¨ªticas divergentes. Tras los sucesos de Semana Santa el presidente Alfons¨ªn procur¨® equilibrar la c¨²pula militar designando a Gonz¨¢lez como segundo de Caridi y contra la opini¨®n de ¨¦ste.
Gonz¨¢lez tom¨® interinamente el mando del Tercer Cuerpo de Ej¨¦rcito (C¨®rdoba) y del 14 Regimiento de Paracaidistas de La Calera, en el que el mayor Barreiro inici¨® la sublevaci¨®n acuartel¨¢ndose y neg¨¢ndose a comparecer ante la justicia federal por sus presuntas violaciones de los derechos humanos.
El general Gonz¨¢lez era el hombre de los jefes y oficiales medios, en su mayor¨ªa pertenecientes a cuerpos de elite, como Barreiro y Aldo Rico, quienes propiciaron las rebeld¨ªas de Semana Santa. Gonz¨¢lez, consciente de su ascendiente sobre la oficialidad joven, adquiri¨® un protagonismo personal a espaldas de su jefe inmediato concediendo entrevistas period¨ªsticas -en las que recomendaba a los pol¨ªticos leer a Andr¨¦ Malraux -acaso confundi¨¦ndole con Jean Larteguy- y tomando decisiones contrarias a la pol¨ªtica de Caridi.
El detonante del cese
El detonante de su cese se refiere a la situaci¨®n del mayor Barreiro. El paracaidista insubordinado fue declarado en rebeld¨ªa por la justicia federal y separado del Ej¨¦rcito, siendo posteriormente detenido. Tras su arresto se present¨® voluntariamente ante los tribunales que le reclamaban y que se vieron obligados a desprocesarlo luego de la aprobaci¨®n parlamentaria de la ley sobre obediencia debida que exculpaba sus presuntos cr¨ªmenes, entre ellos el supuesto asesinato de cuatro hombres y tres mujeres.El general Gonz¨¢lez le reintegr¨® al Ej¨¦rcito, le restituy¨® su grado y le orden¨® personalmente reincorporarse al servicio activo en el comando log¨ªstico de Palermo, en la capital federal, donde hab¨ªa permanecido dos meses preso. Estas decisiones son las que provocaron una incompatibilidad total entre el general Caridi y su segundo en la cadena de mando.
El general Caridi pretende recuperar para s¨ª y para el generalato la obediencia de los planos militares intermedios present¨¢ndose como impulsor de la ley de obediencia debida.
El cesado Gonz¨¢lez negaba que la sublevaci¨®n de Semana Santa fuera tal, calific¨¢ndola de mera falta de disciplina. Gonz¨¢lez, tenido por un l¨ªder, cuando menos emocional, entre los cuadros medios levantiscos, representaba tambi¨¦n el dolor de la infanter¨ªa ante la designaci¨®n de un artillero, como Caridi al frente del Ej¨¦rcito.
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