La campa?a electoral se cierra en Portugal con la inc¨®gnita de si el PSD obtendr¨¢ o no la mayor¨ªa absoluta
Cientos de coches y autocares y miles de personas ocuparon ayer Lisboa en el cierre de la campa?a para las elecciones legislativas y al Parlamento Europeo, que se celebrar¨¢n ma?ana en Portugal. Los socialdem¨®cratas del primer ministro en funciones, An¨ªbal Cavaco Silva, llevaron su apoteosis final a la capital portuguesa, en un ¨²ltimo intento por lograr la mayor¨ªa absoluta de los esca?os en la Asamblea de la Rep¨²blica, a partir de un triunfo electoral que tienen pr¨¢cticamente asegurado. Los socialistas cerraron tambi¨¦n en Lisboa su campa?a, que busca convertir al partido de V¨ªtor Const?ncio en una alternativa de gobierno.
La campa?a electoral finaliz¨® as¨ª despu¨¦s de tres semanas en las que las fuerzas pol¨ªticas mayoritarias de Portugal fueron desliz¨¢ndose hacia el terreno plesbiscitario, claramente buscado por Cavaco Silva. ?ste, partiendo de un triunfo asegurado de antemano, imprimi¨® a sus recorridos por todo el pa¨ªs la agitaci¨®n necesaria buscando capitalizar los 18 ¨²ltimos meses al frente del Gobierno. Cavaco plante¨® la opci¨®n entre su figura -asociada a un Gobierno estable para el futuro- o el caos y la inestabilidad.Todos los dem¨¢s partidos debieron tomar en cuenta este dato del ascendente Partido Social Dem¨®crata (PSD), hoy pr¨¢cticamente monopolizado por la figura de Cavaco, un economista y ex ministro de finanzas, que el pasado jueves cumpli¨® 48 a?os y preside el partido desde hace s¨®lo dos a?os.
Durante la campa?a, el PSI) mostr¨® un aparato de agitaci¨®n y militantes como para llevar a su terreno en un momento favorable a las distintas l¨ªneas del centro y la derecha portuguesa, que ven en este momento la posibilidad de superar electoralmente al conjunto de las fuerzas de la izquierda, num¨¦ricamente predominantes desde la reconquista de la democracia, durante la revoluci¨®n de los claveles del 25 de abril de 1974. El PSI), cuyo lema es Portugal no puede parar, da a entender que el 19 de julio es un d¨ªa que superar¨¢ en importancia al Veinticinco de abril, fecha liminar del fin de d¨¦cadas de dictadura en Portugal.
El jueves, Cavaco se meti¨® en el distrito de Set¨²bal, feudo tradicional de los partidos de izquierda y deprimida zona industrial. Recorri¨® varias poblaciones de ese distrito (tercero en importancia, despu¨¦s de Lisboa y Oporto) y dijo que tambi¨¦n en esa zona "las cosas empiezan a ser diferentes" y que el pueblo portugu¨¦s quiere "seguir en paz, crear riqueza, y no quiere aventuras". "Eso he hecho, hasta que la oposici¨®n me dej¨®", afirm¨®. "Fue entonces cuando me robaron irresponsablemente el Gobierno", subray¨® el l¨ªder del PSD, cuyo Gabinete cay¨® tras una moci¨®n de censura votada por las fuerzas de izquierda.
La 'ola naranja'
"No estoy aqu¨ª para insultar", agreg¨® Cavaco, "hay que inspirar confianza, sin ella no hay inversiones ni puestos de trabajo, sino un destino de pobreza y miseria". Por eso estas elecciones "son las m¨¢s importantes" desde 1974. El pa¨ªs debe estar, dijo, en la cresta de la ola naranja, color que identifica al PSD.
Delgado, alto, vestido prolijamente de primer ministro, Cavaco ha reiterado este mensaje que busca ser tranquilizador, pero en el que late una atm¨®sfera de excitaci¨®n y a veces hasta de crispaci¨®n. La caravana que acompa?¨® el coche blindado que us¨® en sus desplazamientos, rodeado de un contundente servicio de seguridad, estaba integrada por varios coches con unas decenas de adolestences embanderados con los emblemas del PSD. ?stos rodeaban el lugar donde el candidato realizaba el mitin, ante el estusiasmo o la indiferencia (seg¨²n los casos) de la poblaci¨®n local.
Despu¨¦s de los 20 minutos que sol¨ªa durar la parada, la caravana part¨ªa nuevamente hacia la carretera, a velocidad de v¨¦rtigo hacia el pr¨®ximo destino.
En el terreno de la eficacia y de la actividad militante s¨®lo el aparato del Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP), dirigido desde 1961 por ?lvaro Cunhal, fue capaz de contener el vendaval cavaquista. Lisboa es una prueba. La propaganda en la capital portuguesa est¨¢ dividida casi en partes iguales entre los carteles del PSD con la imagen de Cavaco y las banderas y emblemas blancos y azules de la Coalici¨®n Democr¨¢tica Unitaria (CDU), animada principalmente por los comunistas junto con un peque?o grupo de verdes y candidatos independientes. Su lema es La fuerza que decide.
Esa proporci¨®n no se corresponde obviamente con la distribuci¨®n de esca?os en el ¨²ltimo Parlamento (88 de los socialdem¨®cratas y 38 de la coalici¨®n comunista) y menos a¨²n con las previsiones para la elecci¨®n del pr¨®ximo domingo. Pero indican la vigencia de una fuerza pol¨ªtica que se ha abierto ¨²ltimamente a un sector de la juventud.
Una estimaci¨®n de resultados publicada ayer por el semanario O Jornal repart¨ªa as¨ª los y 250 esca?os de la Asamblea de la Rep¨²blica: PSI), entre 111 y 123; PS, entre 61 y 73; CDU, entre 32 y 36; Partido Renovador Democr¨¢tico (PRD), de Antonio Ramalho Eanes, entre 20 y 27; Centro Democr¨¢tico Social (CDS), entre 8 y 10 y Movimiento Democr¨¢tico Popular (MDP) entre 0 y 2 esca?os.
En el acto final de Lisboa, celebrado en la plaza del Rossio el jueves por la noche, Cunhal dijo que los objetivos de la CDU en estas elecciones son que "la derecha se mantenga en minor¨ªa, que se logre una mayor¨ªa de las fuerzas democr¨¢ticas y que se refuerce el papel de la CDU. El dirigente comunista ofreci¨® a los socialistas y a los renovadoras de Eanes la disponibilidad de su partido para examinar, tras las elecciones, la actitud a asumir y la eventual formaci¨®n de una alianza de gobierno.
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