Elg¨®ibar, contra el SIDA y la droga
Movilizaci¨®n vecinal ante el elevado porcentaje de v¨ªctimas del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida
El s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se ha instalado en el Pa¨ªs Vasco soterradamente, entre el despecho de la comunidad de heroin¨®manos y el piadoso silencio de m¨¦dicos y autoridades sanitarias. Hasta hace poco, la opini¨®n p¨²blica albergaba confusamente la idea de que el n¨²mero de muertos por el SIDA en el Pa¨ªs Vasco rondaba la docena. Ahora se sabe que esta enfermedad ha matado ya a 30 personas en Guip¨²zcoa y a otras tantas en Vizcaya, y que m¨¢s de la mitad de los heroin¨®manos vascos, cuyo n¨²mero se sit¨²a entre 5.000 y 10.000, son actualmente portadores del virus. Uno de los pueblos m¨¢s castigados es Elg¨®ibar, donde los vecinos han decidido movilizarse contra el SIDA y la droga.
En contra de lo que se ha mantenido con car¨¢cter de hecho probado, Euskadi no es la comunidad con mayor ¨ªndice de heroin¨®manos del Estado, pero s¨ª la que posee la mayor proporci¨®n de enfermos de SIDA por n¨²mero de habitantes. ?Cu¨¢l es la raz¨®n del alto porcentaje de seropositivos entre los heroin¨®manos vascos y del alto porcentaje de enfermos de SIDA o pre-SIDA entre seropositivos? ?C¨®mo se explica que en una poblaci¨®n de 12.500 habitantes, como Elgoibar, en Guip¨²zcoa, hayan muerto por SIDA seis personas, sin duda el ¨ªndice m¨¢s alto de Europa? Son preguntas sin respuesta. Ni en Elgoibar ni en el resto de Guip¨²zcoa o en Vizcaya la hero¨ªna penetr¨® antes que en otros puntos del Estado, y tampoco los h¨¢bitos de los heroin¨®manos en el hecho de compartir las agujas y jeringuillas, en grupos cerrados y de poca movilidad, es diferente al de otros colectivos alejados geogr¨¢ficamente.El n¨²mero de drogadictos en Elgoibar -un grupo de 40 heroin¨®manos habituales que se inyecta diariamente y otro de 20 que lo hace espor¨¢dicamente- no es superior al de otras localidades vascas, en particular a las que forman parte del tri¨¢ngulo Renter¨ªa, Pasajes y Hernani. Los expertos m¨¦dicos no encuentran m¨¢s explicaci¨®n al extraordinario caso de Elgoibar que la casualidad o una distinta virulencia de la cepa del virus. Sea como fuere, el rosario de v¨ªctimas del SIDA ha generado en esta localidad una amplia reacci¨®n ciudadana. Se desarrolla un programa de prevenci¨®n en las escuelas -una de las v¨ªctimas, Conchi Bernal, prob¨® su primer pico a los 11 a?os en el colegio en el que estudiaba EGB-, cursillos para padres, y se estudian propuestas de crear talleres ocupacionales y reservar a los j¨®venes parados las horas extra que se trabajan en las empresas del municipio.
Existe la conciencia general de que los traficantes son pr¨¢cticamente inmunes a la acci¨®n de la justicia -se se?ala a determinadas personas del pueblo- y algunos proponen imitar a los grupos de padres que en Ondarroa y en otras poblaciones han optado por propinar severas palizas a supuestos traficantes que siempre consiguen pagar las fianzas judiciales m¨¢s altas, incluso las que ascienden a 20 millones de pesetas. El dolor m¨¢s descarnado persiste en los hogares de las v¨ªctimas de Elgoibar y las familias no se resignan. En algunas casas el buen juicio ha llevado a retirar las escopetas. La madre de Conchi Bernal afirma que no le temblar¨¢ la mano el d¨ªa que encuentre a un traficante, y la madre de Enrique Arteche -"que Dios me perdone. Para m¨ª, mi hijo era Dios, nos idolatr¨¢bamos, la vida se ha acabado para m¨ª"- pide que a los traficantes se les inyecte droga en abundancia para luego obligarles a pasar el s¨ªndrome de abstinencia.
La indignaci¨®n alcanza tambi¨¦n a la justicia y a la polic¨ªa. Como m¨ªnimo todos los que viven de cerca el mundo de la droga en Euskadi acusan a la polic¨ªa de haberse inhibido, especialmente en fechas pasadas, en a?os en que m¨¢s de un ciudadano que llam¨® a la comisar¨ªa para denunciar un robo obtuvo la sorprendente respuesta de: "?Pero c¨®mo llama usted a las fuerzas de ocupaci¨®n? Llame usted a su amigos para que le resuelvan el problema".
Algunos delincuentes drogadictos aseguran que en determinadas comisar¨ªas se les ha ofrecido droga a cambio de que se convirtieran en confidentes. ?sta y otras actitudes han sustentado en los medios pol¨ªticos vascos la idea de que se permiti¨® introducir la hero¨ªna en Euskadi con el prop¨®sito de descabezar a los grupos juveniles m¨¢s radicales. Es cierto, por lo dem¨¢s, que en algunas poblaciones como Hernani la hero¨ªna ha conseguido ese efecto. El perfil del heroin¨®mano vasco enfermo de SIDA muestra a un joven de 24 a?os con una drogodepencia iniciada hace casi cinco a?os y puede ser indistintamente hijo de familia aut¨®ctona o de familia emigrante.
Por encima de la media
El n¨²mero de diagn¨®sticos de SIDA por mill¨®n de habitantes es en Guip¨²zcoa cuatro veces superior a la media estatal y 30 de cada 100 heroin¨®manos seropositivos (portadores) desarrollan la enfermedad y se convierten en v¨ªctimas de un proceso hoy por hoy irreversible. Hace s¨®lo dos a?os el porcentaje de seropositivos catalogados como enfermos del SIDA o pre-SIDA se situaba ¨²nicamente en el 5%. Estos datos, obtenidos de la consulta externa del hospital de Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu, en San Sebasti¨¢n, en la que han sido atendidos m¨¢s de 1.200 heroin¨®manos guipuzcoanos, anuncian un crecimiento acelerado de la mortandad en los pr¨®ximos a?os.El doctor Daniel Zulaica, miembro del departamento de medicina interna y del laboratorio de microbiolog¨ªa de ese hospital, coincide con otros expertos en afirmar que antes de cinco a?os el SIDA habr¨¢ matado a m¨¢s de un millar de personas en Guip¨²zcoa y Vizcaya.
En su opini¨®n, en estas dos provincias existen actualmente m¨¢s de 3.700 portadores de la enfermedad. Las autoridades sanitarias de la comunidad aut¨®noma vasca se preparan ya para hacer frente; a la explosi¨®n mortal del virus y en determinadas esferas m¨¦dicas ha empezado a debatirse la conveniencia o no de crear unidades especiales para aislar a los futuros pacientes de SIDA.
Quienes defienden esta alternativa aluden a la elevada conflictividad de los pacientes heroin¨®manos y a las protestas que el riesgo de contagio puede suscitar entre el resto de los enfermos y el propio personal sanitario. Desde posiciones contrarias se subrayan las graves repercusiones psicol¨®gicas que acarrear¨ªa el aislamiento a los enfermos de SIDA y se se?ala que con las debidas medidas de prevenci¨®n el riesgo de contagio es m¨ªnimo, habida cuenta de que durante el tratamiento a m¨¢s de 50.000 enfermos de SIDA ¨²nicamente han resultado infectadas nueve personas en todo el mundo.
El cuidado a los 1.000 futuros pacientes del Pa¨ªs 'Vasco obligar¨¢ a habilitar una partida presupuestaria no inferior a los 2.000 millones de pesetas, cifra resultante de multiplicar el coste diario de una cama de la Seguridad Social -15.000 pesetas- por el promedio de estancia de los enfermos de SIDA vascos -60 d¨ªas- y por el n¨²mero de enfermos, sumado al c¨¢lculo de los gastos de las sofisticadas t¨¦cnicas de tratamiento -broncoscopias, gastroscopias-, el material desechable -guantes, batas- y la medicaci¨®n. A diferencia de Catalu?a, donde los enfermos de SIDA son preferentemente homosexuales, o de Andaluc¨ªa, hemof¨ªlicos, el virus afecta en Euskadi casi exclusivamente a los heroin¨®manos.
Los estudios realizados por los doctores Zulaica e Iribarren muestran que de 35 diagn¨®sticos efectuados en la residencia de Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu, en San Sebasti¨¢n, s¨®lo siete pertenecen a otros grupos de riesgo. Entre estos ¨²ltimos figura el caso de una se?ora de 65 a?os que recibi¨® una transfusi¨®n de sangre donada por su hijo heroin¨®mano cinco a?os antes y el de un joven de 35 a?os que mantuvo relaciones sexuales con una prostituta afectada.
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