Rafael Alberti, en el "Iecho del torero herido"
El autor estrena el lunes su obra "La p¨¢jara pinta" "un guirigay l¨ªrico bufo bailable"
Rafael Alberti, a pesar de su inc¨®moda situaci¨®n, no deja de humorizar desde lo que ¨¦l llama "el lecho del torero herido". Su accidente de tr¨¢fico, sufrido el pasado viernes, le sigue teniendo inm¨®vil en una cama de hospital, donde se recupera de una fractura de tibia. Esta circunstancia le ha hecho anular m¨²ltiples compromisos, de los que el primero de todos es el estreno de La p¨¢jara pinta, obra in¨¦dita de Alberti, de 85 a?os, cuya primera representaci¨®n se ofrecer¨¢ el lunes en el Centro Cultural Galileo de Madrid, bajo la direcci¨®n de Gonzalo Ca?as. La obra es definida por el autor como "un guirigay l¨ªrico, bufo bailable".
Su habitaci¨®n de hospital recuerda el camerino de una estrella debido a los ramos de flores, aunque la iron¨ªa del escritor habla por ¨¦l. "Lo que parezco es la Virgen de Lourdes", afirma. Las llamadas y telegramas siguen llegando en gran n¨²mero al hospital Provincial Gregorio Mara?¨®n para interesarse por el estado de salud del poeta, quien a¨²n no recibe m¨¢s que a sus familiares e ¨ªntimos."Este accidente me tiene profundamente desconcertado", comenta Alberti, "porque todo el dinamismo de mi vida, que ha sido permanente desde que tengo 18 a?os, ha desaparecido". El escritor se encuentra desilusionado, "porque todo ha dado un giro". Le molesta especialmente anular todos los compromisos que ten¨ªa, y de forma especial no poder acudir al estreno mundial de su obra La p¨¢jara pinta: "S ?ento mucho no poder estar el d¨ªa del estreno, y siento mucho que un majadero que ven¨ªa con un coche me haya liquidado el verano y me haya puesto aqu¨ª idiotamente, y no poder acompa?arlos para darles todo mi calor y entusiasmo".Rafael Alberti, que ya ha pensado escribir algo sobre este percance siempre se ha sentidopreocupado a lo largo de su vida por los accidentes de coche: "Siempre me han asustado los veh¨ªculos de la tierra; he llegado a pensar que podr¨ªa tener un accidente de aviaci¨®n, ya que me gustan mucho los aviones, y alguna vez pens¨¦ que la muerte m¨¢s hermosa podr¨ªa ser desaparecer en un avi¨®n mientras volaba, y que nunca volviera. Pero la realidad es que yendo con Benjam¨ªn Prado y lestando parados y charlando en un sem¨¢foro idiota, vino un ser invisible y nos peg¨® desde atr¨¢s un golpe colosal. Lo primero que hice fue tocarme la cabeza (con la que rompi¨® la luna del coche) y decirle a Benjam¨ªn 'creo que me han matado".
Los or¨ªgenes de La p¨¢jara pinta se remontan a 1925, cuando Rafael Alberti vio en el teatro de la Comedia de Madrid al gran marionetista italiano Vittorio Poddreca. Para ¨¦l se puso a escribir este texto, con una partitura musical primero de Federico Eliza1dp y posteriormente del compositor ¨®scar Espl¨¢. Los dibujos para la realizaci¨®n de los personajes fueron creados por los prestigiosos pintores Maruja Mallo y Benjam¨ªn Palencia. La obra no pudo ser estrenada nunca, y ahora resucita para la esce na de la mano de Gonzalo Ca?as.
Ni?os y no tan ni?os
El texto fue editado en Francia hace a?os, y m¨¢s recientemente en una revista espa?ola, con el permiso de Alberti. Su pr¨®logo ha sido recitado en numerosas ocasiones por Alberti, "y lo digo para ni?os y menos ni?os, porque cuando las cosas est¨¢n vivas interesan a todos".
Con m¨²sica de ¨®scar Espl¨¢ se estren¨® este pr¨®logo en Par¨ªs por la orquesta de la S alle Pleyel: "La gente", comenta Alberti, "se qued¨¦ muy sorprendida. Entoncesera muy joven y delgado, y ante el asombro de todo el p¨²blico termin¨¦ el recital del pr¨®logo dando un aut¨¦ntico salto mortal".
De unos a?os a esta parte, cuando Alberti recita el pr¨®logo de la P¨¢jara Pinta se pone una cresta de gallo, un antifaz veneciano colorista y comienza la lectura de este puro ejemplo de reci-
.,tado fon¨¦tico lleno de musicafidad.
La obra originaria fue escrita en 1925, en un momento en el que la generaci¨®n del 2 7, y de forma especial Federico Garc¨ªa Lorca y Rafael Alberti, ten¨ªan un gran entusiasmo por la narrativa popular y tradicional: "Sobre todo por lo popularandaluz", comenta Alberti, "Federico, enraizado en Andaluc¨ªa la Alta, y yo, de Andaluc¨ªa la Baja, que va del Guadalquivir a C¨¢diz". Esa influencia que estos autores buscaban de forma deliberada era extra¨ªda de los personajes populares de una narrativa que nacia desde el pueblo. Alberti comenta: "Nos inspir¨¢bamos en las retah¨ªlas, los dicharachos, refraneros y de las cancioncillas que parecen tontas, casi siempre de Andaluc¨ªa, menos algunas, que son las canciones que volaron a Am¨¦rica, y de all¨ª han vuelto a Espa?a".
Tambi¨¦n en La p¨¢jara pinta los personajes est¨¢n entresacados de coplillas populares, y Rafael Alberti las recuerda en voz alta, canturre¨¢ndolas: "Do?a Escatofina, delgada y muy fina, y su marido tartaja, don Diego Contreras, que corta narices con sus tijeras".
Alberti sigue con la relaci¨®n de los personajes. "La condesa de los Laureles, el conde de Cabra, el arzobispo de Constantinopla, que es el arzobispo de constantinopolizar, y el personaje central, que me lo sugiri¨® una famosa cancioncilla: 'Estaba la p¨¢jara pinta sentadita en el verde lim¨®n, con el pico picaba la hoja, con la hoja picaba la flor, ?ay!, cuando vendr¨¢ mi amor, ?ay! cuando lo ver¨¦ yo".
Este personaje prMicipal de la obra es para Alberti una p¨¢jara casamentera que no hace m¨¢s que esperar en su jard¨ªn a que la feliciten su cumplea?os: "Una mandona que liga con todos, que se alborota, hist¨¦rica, que se desmadra, grita, se desmaya, dice incoherencias y dirige todo el cotarro que se forma a su alrededor".
Un gran jaleo
Alberti, que est¨¢ contento de las referencias que tiene sobre el montaje realizado por Gonzalo Ca?as, al que se han incorporado Carmelo Bernaola como compositor y Goyo Montero como core¨®grafo, espera que el conjunto del espect¨¢culo tiene que dar lo que ¨¦l ha querido que fuera esa obra cuando la escribi¨®. "Un gran jaleo, un patio de vecinos lleno de chillidos, de gente hist¨¦rica, de gente divertida, que dicen de pronto disparates; y que la gente salga bajo el efecto de haber asistido a una fiesta, contentos como si vinieran de una verbena que hubiera transcurrido en un patio de vecinos en el que acaecen cosas disparatadas".
"Espero que la obra pueda ,traer un chorro de agua fresca despu¨¦s de tantas cosas pesadas y pelmazas que hay, aparte de las excepcionales" a?ade- Alberti, "es un juego al lado de todas las cosas serias y terribles que hay en esta vida como lo que me pasa a m¨ª con este pie colgado, y eso que me ocurri¨® despu¨¦s de salir de una verbena".
Babelia
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