La empresa due?a del 'malet¨ªn radiactivo' admite que infringi¨® normas de seguridad
La maleta que conten¨ªa en su interior una c¨¢psula de tres mil¨ªmetros de iridio, material altamente radiactivo, y que fue robada el martes en el paseo de la Castellana, apareci¨® ayer abandonada en la entreplanta de un edificio de la calle Rosario Pino, muy cerca del lugar de donde fue sustra¨ªda. La empresa ha reconocido que su empleado infringi¨® el reglamento interno al dejar en el maletero del coche el material.
La maleta radiactiva fue encontrada, abandonada y sin signos de haber sido abierta, en la entreplanta del edificio n¨²meros 14-16 de la calle Rosario Pino, en donde se encuentra la oficina de la central nuclear de Trillo y la empresa Equipos Nucleares SA. La maleta fue robada del maletero de un veh¨ªculo aparcado en el n¨²mero 173 del Paseo de la Castellana, inmueble que hace casi esquina con la calle citada. Seg¨²n la polic¨ªa, una persona que no se identific¨® avis¨¦ del paradero de la maleta. La polic¨ªa, a su vez, avis¨® a la empresa para que enviara a sus t¨¦cnicos a examinarla y hacerse cargo de ella.Lorenzo Carretero, portavoz de la empresa Centro de Inspecci¨®n y Asistencia T¨¦cnica, propietaria de la maleta, reconoci¨® que el empleado que dej¨® la maleta en el coche infringi¨® las propias normas de la empresa y las generales dictadas por el Consejo de Seguridad Nuclear. Carretero no precis¨® si ser¨¢ sancionado o no el trabajador, Jos¨¦ Abel P¨¦rez Rold¨¢n, considerado un veterano en la casa.
El aparato robado era un gamm¨¢grafo utilizado para realizar radiograf¨ªas industriales. El material radiactivo -un cilindro que mide tres por dos mil¨ªmetros y contiene iridio 192- emite rayos gamma que pueden producir, en funci¨®n del tiempo y la distancia de exposici¨®n, desde degradaci¨®n de los tejidos, pasando por el c¨¢ncer, hasta la muerte de la persona afectada. Seg¨²n Carretero, los ladrones abrieron la maleta, pero no pudieron con los otros sistemas de seguridad y la abandonaron sin abrir el cilindro con el iridio.
Seg¨²n la reconstrucci¨®n de Carretero, el trabajador dej¨® sobre las 2.30 del martes el material en el coche durante 10 minutos mientras sub¨ªa a la sede de la empresa a dejar unos informes. Regres¨® 10 minutos despu¨¦s. El maletero estaba abierto y faltaba el gamm¨¢grafo.
El empleado regres¨¦ a la obra que acababa de visitar por si se hab¨ªa olvidado all¨ª el material. A la ma?ana siguiente, sobre las ocho, comunic¨® lo sucedido a sus jefes. A continuaci¨®n se dio aviso al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Sobre las diez de la ma?ana, ocho horas despu¨¦s del robo, se denunci¨® a la polic¨ªa.
El trabajador se halla profundamente afectado, seg¨²n los directivos de Ciat. La empresa -en la regi¨®n hay una docena, y en Espa?a, unas 50- viene trabajando desde 1968. Est¨¢ autorizada a poseer 29 gamm¨¢grafos y nunca hab¨ªa tenido un percance similar, que atribuye a "aut¨¦ntica mala suerte". Carretero afirm¨® que no se variar¨¢ el reglamento interno, dado que est¨¢ aprobado por el CSN, y manifest¨® que no tiene constancia de un relajo en su cumplimiento.
En la maleta, los avisos de peligro radiactivo est¨¢n escritos en el contenedor, de color naranja, s¨®lo en ingl¨¦s, conforme a la normativa vigente. En su interior existe un cilindro de acero de tres m¨ªlimetros de di¨¢metro por dos de longitud. Este cilindro alberga en un extremo la pastilla de iridio 192, del tama?o de una piedra de mechero. Su extracci¨®n requiere el telemando y la manguera que el ladr¨®n no tom¨® del coche. S¨®lo con ellas, previo desbloqueo con una llave de la toma de contacto del telemando, puede manipularse esta c¨¢psula.
A prueba de se¨ªsmos
El contenedor, un bloque casi macizo, est¨¢ a prueba de martillazos, pinchazos, agua o se¨ªsmos. Y es imposible que estalle. Si, como hip¨®tesis extrema, alguien coge la c¨¢psula en su mano durante 24 horas, recibir¨ªa 225 rems, cuando la m¨¢xima cantidad de radiaci¨®n admitida por los profesionales del sector est¨¢ en cinco rems por a?o. Un marroqu¨ª tiempo atr¨¢s emple¨® una pastilla similar como llavero y muri¨® en pocas semanas.
Si el ladr¨®n hubiera destrozado el cilindro y liberado la pastilla radiactiva, las radiaciones producir¨ªan una contaminaci¨®n ambiental, dado que las part¨ªculas se dispersar¨ªan. A los 75 d¨ªas la pastilla de iridio pierde un 50% de su potencia, por lo que para septiembre a¨²n emitir¨ªa 110 rems en 24 horas, cifra a¨²n peligrosa. Fuera del contenedor es insignificante la radiaci¨®n. El gamm¨¢grafo, que cuesta unas 300.000 pesetas, es invendible en el mercado negro.
Un portavoz de la Asociaci¨®n Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) ha calificado este incidente como el m¨¢s grave ocurrido en Madrid desde que en 1970 se vertieron a las alcantarillas 300 litros de material radiactivo, con una vida media de 30 a?os, procedentes de la antigua Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.