Geoffrey Howe afirma que el istmo de Gibraltar se encuentra bajo soberan¨ªa brit¨¢nica
El Reino Unido no tiene ninguna duda sobre la legitimidad de su t¨ªtulo sobre el istmo de Gibraltar y sigue insistiendo en el protagonismo de los gibraltare?os en cualquier acuerdo futuro sobre la colonia brit¨¢nica, seg¨²n se desprende de unas declaraciones exclusivas hechas a EL PA?S por el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe. Las declaraciones fueron solicitadas con motivo de la conmoci¨®n que provoc¨® en este pa¨ªs la decisi¨®n del Gobierno espa?ol de rechazar la inclusi¨®n del aeropuerto de Gibraltar en la lista de aeropuertos europeos sometida a la aprobaci¨®n de los ministros de Transportes en Bruselas, por entender que podr¨ªa prejuzgar el futuro de la negociaci¨®n sobre la colonia.
Una vez m¨¢s, la comprensible salvaguardia de los intereses espa?oles en una cuesti¨®n que, como la de Gibraltar, afecta a la integridad territorial espa?ola fue presentada como una desconsideraci¨®n por parte del Gobierno de Madrid hacia los usuarios europeos de l¨ªneas a¨¦reas.En las declaraciones, el secretario del Foreign. Office insiste en los derechos jurisdiccionales brit¨¢nicos sobre el istmo, a pesar de que fue precisamente una declaraci¨®n similar en 1969 la que motiv¨® el cierre de la frontera. Hasta ese momento, Londres se hab¨ªa referido al istmo como "terreno neutral" o "no mans land" (tierra de nadie).
Howe sigue insistiendo, en otra parte de sus declaraciones, gen los famosos deseos de los gibraltare?os, que el Gobierno brit¨¢nico est¨¢ "obligado" a respetar, aunque unos deseos similares por parte de los cinco millones de habitantes de Hong Kong han sido totalmente ignorados.
El tono de las declaraciones es totalmente paternalista, da la impresi¨®n de que Espa?a debe pedir perd¨®n por tener una colonia en la provincia de C¨¢diz y, siguiendo la t¨¢ctica habitual brit¨¢nica en ¨¦sta negociaci¨®n, se sale por la tangente en el tema de las contestaciones a las propuestas espa?olas.
Lista de aeropuertos
Pregunta. La posici¨®n espa?ola rechazando la inclusi¨®n de Gibraltar en la lista de aeropuertos preparada por los ministros de Transportes de la Comunidad Europea parece haber sorprendido profundamente al Gobierno brit¨¢nico. ?Realmente esperaban que un Gobierno espa?ol aceptara un acuerdo que m¨¢s tarde podr¨ªa ser interpretado como una aceptaci¨®n de la situaci¨®n actual del aeropuerto de la colonia?.
Respuesta. Me decepcion¨® que el Gobierno espa?ol no pudiera aceptar la adopci¨®n del paquete de reformas referidas al transporte a¨¦reo enviado a los ministros de Transportes de la Comunidad el pasado 30 de junio. Como usted sabe, todos los Estados miembros de la Comunidad hab¨ªan realizado arduos esfuerzos con el fin de conseguir un paquete aceptado de medidas liberalizadoras. Este paquete ofrec¨ªa beneficios importantes a trav¨¦s de una mayor competencia entre las l¨ªneas a¨¦reas y unas tarifas m¨¢s baratas para m¨¢s de 300 millones de viajeros europeos.
No creo que la inclusi¨®n de Gibraltar en este paquete tenga efecto alguno sobre las posiciones espa?ola y brit¨¢nica acerca de la situaci¨®n del aeropuerto de Gibraltar o el territorio sobre el que est¨¢ construido. Espa?a se reserv¨® su posici¨®n sobre la soberan¨ªa (de Gibraltar) cuando accedi¨® a la Comunidad, y esta norma de transporte a¨¦reo no le afecta ni m¨¢s ni menos que cualquier otra legislaci¨®n comunitaria aprobada desde el ingreso.
En efecto, nosotros est¨¢bamos preparados para realizar conjuntamente con Espa?a una clara declaraci¨®n a este respecto el 30 de junio. La realidad es que Gibraltar ha formado parte de la Comunidad desde 1972, y en cuestiones de aviaci¨®n civil, entre otras, la legislaci¨®n comunitaria se aplica a Gibraltar. Esta situaci¨®n fue aceptada por Espa?a cuando ingres¨® en la Comunidad. No se puede privar a Gibraltar de los beneficios que se derivan de su estado comunitario.
P. A juzgar por los ¨²ltimos comentarios de prensa, la opini¨®n p¨²blica espa?ola se siente defraudada por el ritmo de las conversaciones bilaterales ?Cu¨¢l es el estado de esas conversaciones? ?Se puede esperar algo positivo con relaci¨®n al tema de la soberan¨ªa de Gibraltar en el pr¨®ximo futuro?
R. Las diferencias entre Espa?a y el Reino Unido en torno a Gibraltar se remontan a m¨¢s de 250 a?os, por tanto no se puede esperar que se resuelvan de la noche a la ma?ana. Una generaci¨®n de gibraltare?os ha crecido bajo las restricciones impuestas por el general Franco, y ¨¦stas han tenido un profundo efecto en las actitudes de los gibraltare?os hacia Espa?a. Esta situaci¨®n no se puede simplemente ignorar.
Es evidente que no tenemos ning¨²n derecho a esperar que Espa?a haya cambiado su posici¨®n sobre la soberan¨ªa en virtud de su pertenencia a la Comunidad Europea. Pero, por la misma regla de tres, el Gobierno espa?ol no tiene ning¨²n derecho a esperar que la inclusi¨®n de Gibraltar en la Comunidad Europea pueda cambiarse por la posici¨®n espa?ola en el tema de la soberan¨ªa.
Sin embargo, el acuerdo de Bruselas coloca la cuesti¨®n de Gibraltar en un plano nuevo y m¨¢s maduro. El acuerdo ha creado un marco que permite que Espa?a y el Reino Unido puedan trabajar juntas dentro de ¨¦l para romper las barreras de desconfianza y recelo creadas en torno a Gibraltar.
El proceso de arreglo est¨¢ en marcha. M¨¢s de 1.000 espa?oles trabajan ahora en Gibraltar, y en 1986 las exportaciones espa?olas a Gibraltar ascendieron a unos 2.900 millones de pesetas. Cada vez m¨¢s gibraltare?os compran o alquilan propiedades en Espa?a, bien a trav¨¦s de residencias permanentes o bien pasando temporadas de vacaciones. El gasto de los gibraltare?os en Espa?a asciende a 2.500 millones de pesetas anuales. Una amplia red de cooperaci¨®n se ha desarrollado entre Gibraltar y la zona circundante de Espa?a. Las conversaciones entre los dos pa¨ªses bajo el acuerdo de Bruselas han dado un ¨ªmpetu considerable a este proceso.
Como ha ocurrido en nuestras reuniones anteriores, estoy seguro de que la cuesti¨®n de la soberan¨ªa ser¨¢ de nuevo discutida en mi pr¨®ximo encuentro con el ministro Fern¨¢ndez Ord¨®?ez a ¨²ltimos de a?o.
El Tratado de Utrecht
P. El art¨ªculo 10 del tratado de Utrecht estipula claramente que no existir¨¢ comunicaci¨®n alguna por tierra entre Gibraltar y el territorio circundante". ?En qu¨¦ t¨ªtulo legal basa el Reino Unido su derecho a la soberan¨ªa del istmo donde se encuentra el aeropuerto?
R. Del tratado se desprende claramente que la referencia a la comunicaci¨®n por tierra est¨¢ destinada a la prevenci¨®n del contrabando. El istmo se encuentra bajo jurisdicci¨®n exclusiva brit¨¢nica desde por lo menos 1838, y el Gobierno brit¨¢nico conf¨ªa en la legitimidad de su t¨ªtulo.
P. El Gobierno espa?ol ha sometido dos propuestas concretas sobre Gibraltar ?Tiene intenci¨®n el Gobierno brit¨¢nico de contestarlas pronto o por lo menos discutirlas en la pr¨®xima ronda de conversaciones?
R. He discutido esas propuestas con Fern¨¢ndez Ord¨®?ez en diciembre de 1985, y de nuevo en enero de este a?o. Como usted sabe, nos hemos comprometido espec¨ªficamente a respetar los deseos del pueblo de Gibraltar en la cuesti¨®n de la soberan¨ªa, y as¨ª qued¨® reflejado en el acuerdo de Bruselas. Nosotros no podemos ignorar ese compromiso, y yo conf¨ªo que Espa?a, un pa¨ªs democr¨¢tico, as¨ª lo entender¨¢.
Sin embargo, eso es precisamente lo que ocurre con las propuestas espa?olas, que no contienen ninguna previsi¨®n que permita que los gibraltare?os puedan intervenir en la decisi¨®n de su futuro ¨²ltimo. Si queremos tener alguna posibilidad de resolver nuestras diferencias sobre Gibraltar no debemos perder de vista el hecho de que Gibraltar no constituye un resto hist¨®rico singular y que los gibraltare?os respiran el mismo aire de democracia que se respira en Espa?a y en el Reino Unido.
Hong Kong es diferente
C. M. P. Mucha gente no comprende que el Reino Unido, socio de Espa?a en la Comunidad y aliado en la Alianza Atl¨¢ntica, llegue a un acuerdo con China sobre el futuro de Hong Kong mientras que no existe posibilidad en un futuro pr¨®ximo de llegar a un acuerdo sobre Gibratar. Me permito recordar que tanto la isla de Hong Kong como Kowloon fueron cedidos a perpetuidad, como Gibraltar, y que s¨®lo los Nuevos Territorios ten¨ªan que ser devueltos a China.
R. Las situaciones de Gibraltar y Hong Kong no son comparables. Los Nuevos Territorios a los que usted se refiere comprenden el 92% del territorio de Hong Kong. Nunca pertenecieron al Reino Unido, y fueron arrendados a China. El arriendo termina en 1997, y China ha dejado bien claro que no ten¨ªa intenci¨®n de renovarlo. El resto del territorio es inviable como tal, y, por tanto, su devoluci¨®n a China era inevitable.
Acuerdos imaginativos
P. En el programa con que el Partido Conservador se present¨® a las elecciones se puede leer, entre otras cosas, que nuestra actuaci¨®n en Hong Kong, Zimbabue y Gibraltar demuestra nuestra determinaci¨®n de encontrar acuerdos pac¨ªficos e imaginativos en torno a disputas internacionales dif¨ªciles". ?En el caso de Gibraltar puede decirme d¨®nde est¨¢ el "acuerdo imaginativo"?
R. Como he dicho, creo que el acuerdo de Bruselas representa un avance importante en las relaciones entre Espa?a y el Reino Unido en torno a Gibraltar, hecho posible por el regreso de Espa?a a un sistema democr¨¢tico y por su pertenencia a la Comunidad y a la OTAN. La presunci¨®n fundamental del acuerdo de Bruselas fue que nuestra pertenencia com¨²n a la Comunidad Europea ayudar¨ªa a disolver, y no a agravar, nuestras diferencias sobre Gibraltar.
Debemos ahora trabajar juntos sobre esta base con el fin de dejar atr¨¢s el pasado y mirar hacia el futuro dentro de un nuevo marco. Debemos dejar que la Comunidad contin¨²e prestando su contribuci¨®n ¨²nica a la tarea a largo plazo de crear confianza entre el Reino Unido, Espa?a y Gibraltar. Sin esa confianza, este viejo problema hist¨®rico continuar¨¢ da?ando la calidad de las relaciones entre Espa?a y el Reino Unido. El Reino Unido no desea eso. Gibraltar no desea eso. Y conf¨ªo que Espa?a tampoco lo desee.
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