Siempre Renfe

Generalmente las cr¨ªticas m¨¢s asiduas que formulan los usuarios a Renfe siempre est¨¢n relacionadas con su falta de puntualidad, con el gamberr¨ªsmo de algunos pasajeros, con la falta de unidades en los trenes, lo caro que resulta el viajar y las huelgas que tanto fastidian. Todo ellos es bien cierto, pero esta vez, con el objeto de no ser repetitivos, las cr¨ªticas van dirigidas a un expreso, con asientos y literas, que fue bautizado con el bonito nombre de Estrella Condal, que tiene la salida, de Madrid por la noche y termina su recorrido en la estaci¨®n central de Sants, de Barcelona, alrededor de las ocho de la ma?ana.Hemos podido constatar personalmente que el servicio de bar de este tren es algo m¨¢s que deplorable y su similitud con los trenes europeos de su nivel es tan real como la de un huevo con una casta?a. El espacio dedicado al servicio d¨¦ bar es, aproximadamente, de medio vag¨®n, que incluye cocina y fregadero. El servicio es tercermundista. Un solo empleado debe encargarse de preparar, servir, limpiar y atender al viajero, lo que es materialmente imposible, dando una muestra bien patente de suciedad y dejadez propia de aquellos pa¨ªses en los que los viajeros todav¨ªa son tratados como ganado. Adem¨¢s, los precios de las consumiciones est¨¢n m¨¢s a tono con los hoteles de varias estrellas que con el servicio que ofrecen.

Por lo que parece, Renfe ignora a¨²n que somos un pa¨ªs europeo y miembro de su Comunidad Europea y que, en 1992, nos cabe el honor de organizar los Juegos Ol¨ªmpicos. Ser¨ªa interesante observar c¨®mo los visitantes extranjeros y atletas ol¨ªmpicos desayunan en este tren. Seguramente se nos dir¨¢ que tanto unos como otros no viajar¨¢n en este tren. Los espa?oles s¨ª, claro.-