?Concertaci¨®n solidaria o lo de siempre?
En este momento la concertaci¨®n se halla en fase de escenificaci¨®n previa, declaraci¨®n de intenciones y posicionamiento de los actores. Veamos: El propio presidente del Gobierno ha tomado la iniciativa proponiendo a patronal y sindicatos un acuerdo por tres a?os que gire sobre dos ejes: solidaridad con los m¨¢s castigados por la crisis y garant¨ªas de competitividad frente a los retos tecnol¨®gicos y a la integraci¨®n en la Europa comunitaria. Ofrece adem¨¢s negociar los contenidos y orientaciones de los presupuestos generales del Estado en funci¨®n de los objetivos anteriores.La m¨²sica de esta propuesta de Felipe Gonz¨¢lez no suena mal. Sin duda en el ¨¢nimo del presidente pesa el descenso electoral del 10-J y las leves pero evidentes grietas que ha provocado en la familia socialista. Necesita del paraguas de la concertaci¨®n para recomponer credibilidad social en su propia casa y, sobre todo, recuperar electorado cara a 1990; de lo contrario, la mayor¨ªa absoluta es m¨¢s que improbable.
La CEOE se limita a repetir sus particulares demandas de flexibilidad de despido, contrataci¨®n eventual, reducci¨®n de costes empresariales y poco m¨¢s. ?se es el horizonte de la concertaci¨®n para ellos, los ¨²nicos fundamentos de la competitividad empresarial. Oyendo a la CEOE a veces da la impresi¨®n de que en Europa las empresas son m¨¢s competitivas porque los trabajadores no tienen salario, ni derechos laborales, ni los empresarios cotizan a la Seguridad Social. Cuando basan sus reivindicaciones en la realidad europea, se deben referir a la Europa medieval. UGT se ha descolgado de salida dando por agotado el modelo de concertaci¨®n aplicado hasta ahora. Es una forma hip¨®crita de decir que ha sido un fracaso y un fiasco sin asumir responsabilidad alguna en ello.
Para UGT, se tratar¨ªa en el futuro de una especie de concertaci¨®n perpetua y a la carta, en la que todos los actores negocian por separado y juntos a la vez, seg¨²n los temas. UGT echa por delante el reconocimiento de su poder sindical como condici¨®n para firmar pactos en plural frente a la idea del pacto ¨²nico y global. Tras este eufemismo del poder sindical se disimula la demanda de m¨¢s dinero p¨²blico y m¨¢s capacidad de mangoneo para un aparato ugetista que devora todo lo que le echen sin saciarse nunca, y que espera ampliar su escasa base afirmativa agrandando su estatalismo; proponen, por ejemplo, tramitar los fondos p¨²blicos del seguro de desempleo. ?Pobres parados, si UGT ha de administrar sus subsidios!
Nuevas f¨®rmulas
Por su parte, CC OO no ha explicitado en exceso sus propuestas, salvo algunas generalidades ya cl¨¢sicas. Se limitan a asumir las tesis de UGT sobre el agotamiento del modelo de concertaci¨®n y sobre la necesidad de nuevas f¨®rmulas. En el fondo, CC OO est¨¢ empantanada en su proceso congresual, que arroja no pocas tensiones e incertidumbres, y adem¨¢s las elecciones generales de 1989 o 1990 est¨¢n demasiado cerca para que CC OO sirva de coartada al Gobierno con la firma de cualquier pacto. Asistir¨¢n a la representaci¨®n, pero no estar¨¢n en el desenlace de la concertaci¨®n. Ya ver¨¢n.
En este abanico de posicionamientos, todos ellos te¨®ricos y de tanteo, llaman la atenci¨®n poderosamente dos hechos:
- Los actuales actores son los mismos protagonistas y responsables de la concertaci¨®n practicada en la d¨¦cada democr¨¢tica.
- Se est¨¢ poniendo un escas¨ªsimo acento en el grave problema del desempleo.
Nosotros, que hemos reiterado hasta la saciedad nuestra demanda de una concertaci¨®n solidaria por el empleo y que ofrecemos nuestro apoyo a ella m¨¢s all¨¢ del protagonismo que en ella tengamos, hemos de lamentar que en este momento de arranque de un nuevo intento parecen pesar m¨¢s los desprop¨®sitos y prioridades estrechas de cada uno que una visi¨®n l¨²cida de los problemas de fondo. Por eso no nos duele reconocer que, por el momento, pese a su car¨¢cter inconcreto, las propuestas de Felipe Gonz¨¢lez convocando a un esfuerzo de solidaridad con los m¨¢s desfavorecidos y a un esfuerzo por desarrollar la competitividad y despegue de nuestra econom¨ªa nos parecen los enfoques m¨¢s serios de lo que deber¨ªa ser la pr¨®xima concertaci¨®n social. Y todo ello lo decimos pese a ser conscientes de lo mucho que hay de electoralista en la oferta en bruto del presidente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- EPA
- Comisiones Obreras
- Opini¨®n
- UGT
- Pacto social
- CEOE
- Negociaci¨®n colectiva
- Tasa paro
- Presidencia Gobierno
- Organizaciones empresariales
- Sindicatos
- Desempleo
- Pol¨ªtica social
- PSOE
- Gobierno
- Sindicalismo
- Empleo
- Administraci¨®n Estado
- Empresas
- Partidos pol¨ªticos
- Relaciones laborales
- Trabajo
- Pol¨ªtica
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad