El paraca¨ªdas que le llev¨® a la c¨¢rcel
Rudolf Hess se lanz¨® en paraca¨ªdas sobre la finca del duque de Hamilton en Escocia, cerca de Glasgow, en la noche del 10 de mayo de 194 1, con la aparente intenci¨®n de entrar en contacto con las autoridades brit¨¢nicas, cuando Alemania y el Reino Unido eran adversarios en la II Guerra Mundial. El prop¨®sito del que entonces era delfin del dictador nazi, Adolf Hitler, s¨®lo puede tratar de adivinarse, puesto que una vez detenido, el primer ministro Winston Churchill orden¨® que un muro de silencio se elevara en torno al prisionero, a quien se encerr¨® en la torre de Londres. Los interrogatorios a los que Hess fue sometido permanecen en el m¨¢s absoluto secreto, y se priv¨® a los medios de comunicaci¨®n de toda informaci¨®n sobre sus intenciones. Al t¨¦rmino de la guerra Hess fue extradido a Alemania donde fue condenado a cadena perpetua por el tribunal de Nuremberg.
El hecho de que Hess se arrojara sobre la propiedad del duque lo interpreta el propio hijo del involuntario anfitri¨®n del nazi, James Douglas Hamilton, aventurando que en Alemania se sab¨ªa que el noble escoc¨¦s estaba relacionado con las personalidades m¨¢s importantes del Reino Unido, por lo que esperaba, a trav¨¦s de ¨¦l, establecer contactos al m¨¢ximo nivel. Al mismo tiempo, Hess, que al saltar sobre la propiedad, volaba solo en un caza Messerschmidt 110, era un admirador de Hamilton, a quien le un¨ªa un apasionado inter¨¦s por la aviaci¨®n. El duque hab¨ªa sido el primer piloto en sobrevolar el Everest.
Las teor¨ªas sobre las intenciones de Hess abundan en la posible pretensi¨®n de hacer una paz separada con Londres para que Alemania tuviera su retaguardia bien guardada ante el ataque a la URSS que se produjo en junio de ese mismo a?o. A los tres d¨ªas del aterrizaje de Hess, Berl¨ªn desment¨ªa cualquier prop¨®sito negociador, calificando la misi¨®n de "delirante".
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