La URSS advierte contra la rehabilitaci¨®n de Hess
La Uni¨®n Sovi¨¦tica ratific¨® ayer post mortem su posici¨®n contraria a la clemencia para con el lugarteniente de Adolf Hitler, Rudolf Hess, tras informar de su muerte y advertir contra los intentos de rehabilitarlo o hacer de ¨¦l un m¨¢rtir. La URSS era corresponsable junto al Reino Unido, EE UU y Francia de la vigilancia de la prisi¨®n de Spandau, en Berl¨ªn Occidental, donde Hess cumpl¨ªa la pena de cadena perpetua impuesta por el Tribunal de Nuremberg.
En 21 ocasiones, el Kremlin se neg¨® a considerar las peticiones para revisar la condena realizada en nombre de la avanzada edad y el estado de salud del prisionero. La campa?a a favor de Hess ten¨ªa por objeto "desacreditar al Tribunal Internacional de Nuremberg y conseguir una revisi¨®n pol¨ªtica de su decisi¨®n", afirmaba ayer a la agencia oficial sovi¨¦tica, Tass, el jurista sovi¨¦tico Valeri Savitski. "No est¨¢ excluido", dec¨ªa, "que alguno de los camisas pardas emprenda un intento de conseguir ahora ya post mortem la rehabilitaci¨®n de Hess". "Permitir esto significa justificar los monstruosos cr¨ªmenes hitlerianos contra el mundo y contra la humanidad", afirmaba.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Exteriores rechazaba, seg¨²n Radio Mosc¨², los intentos neonazistas alemanes occidentales y de los pol¨ªticos occidentales de mentalidad chovinista de convertir a Hess en un m¨¢rtir y olvidar su pasado. Los intentos de dar a Hess una aureola de martirio pretende, seg¨²n Radio Mosc¨², borrar de la memoria los sangrientos cr¨ªmenes nazis", y justifican las preocupaciones sobre la actualidad de estas tendencias.
El ¨®rgano del partido comunista, Pravda, publicaba ayer en un ¨¢ngulo inferior de su p¨¢gina de Internacional una informaci¨®n de Tass, seg¨²n la cual Hess hab¨ªa fallecido en la c¨¢rcel de Spandau. El primer despacho de la muerte emitido en el servicio ruso de Tass en la noche del 17 s¨®lo dec¨ªa que Hess hab¨ªa muerto en Berl¨ªn Occidental sin especificar el lugar de la muerte.
En el perfil biogr¨¢fico del ¨²ltimo prisionero de Spandau, Tass mencionaba su aterrizaje secreto en Escocia "en uniforme de capit¨¢n de Aviaci¨®n ( ... ) para mantener conversaciones secretas sobre una paz por separado". "Los detalles de su estancia en el Reino Unido se mantienen hasta ahora en secreto", afirmaba. La agencia criticaba la posici¨®n de las otras potencias aliadas y se?alaba que estos pa¨ªses cumpl¨ªan formalmente sus obligaciones de vigilancia de la c¨¢rcel de Spandau pero daban a entender que comprend¨ªan que se sent¨ªan pr¨®ximos a las peticiones de liberaci¨®n. Tass recordaba que, seg¨²n el acuerdo concluido en 1946, la prisi¨®n de Spandau debe ser destruida en el futuro pr¨®ximo.
Mosc¨² ha reaccionado en repetidas ocasiones contra los intentos de clemencia para antiguos responsables nazis o colaboradores con el nazismo y ha perseguido implacablemente a todos ellos. Dos antiguos colaboradores del III Reich, Fiodor Fiodorenko y Karl Linnas, han muerto este a?o en la URSS tras haber sido extradidos desde EE UU.
En la RFA la reacci¨®n inicial a la muerte de Hess ha sido en general sosegada y cauta, informa desde Bonn Hermann Tertsch. Tan s¨®lo medios muy conservadores han atacado a la URSS por oponerse en los ¨²ltimos a?os a liberar al anciano lugarteniente de Hitler e insistir en que ¨¦ste ten¨ªa que cumplir su condena hasta la muerte.
Pol¨¦mica sobre su libertad
Todos estos ataques van dirigidos contra la URSS pese a que no est¨¢ en absoluto demostrado que las otras tres potencias vencedoras de la alianza antihitleriana se hayan mostrado en alg¨²n momento de acuerdo con dejar en libertad al ¨²ltimo s¨ªmbolo viviente de la alta jerarqu¨ªa nazi. La Prensa y los pocos pol¨ªticos dispuestos a hacer declaraciones sobre tan espinoso asunto como es para los alemanes la expiaci¨®n de los cr¨ªmenes de pasadas generaciones advierten sobre el riesgo de que el tr¨¢gico final de Hess pueda hacer a alguien olvidar los millones de v¨ªctimas de la brutalidad nazi. El Gobierno federal, cuyo canciller, Helmut Kohl, intervino en los pasados a?os ante las cuatro potencias vencedoras para lograr la libertad de Hess, no ha hecho comentario alguno.
Para la conciencia social alemana, exceptuadas las peque?as minor¨ªas neonazis, esta muerte replantea la interrogante sobre el crimen y castigo. Muchos culpables de cr¨ªmenes se reintegraron en la sociedad sin sufrir las consecuencias de sus actos durante la guerra. Hess, todos coinciden, no era un criminal sanguinario de la crueldad de Martin Borman, Heinrich Himmler o Hans Frank.
Exceptuando medios derechistas como el M¨¹nchner Meakur, cercano al presidente b¨¢varo, Franz Josef Strauss, que intentan presentar el vuelo de Hess a Escocia como una iniciativa "pacifista", la mayor¨ªa coincide en que, si no fue producto de una enajenaci¨®n mental, se trataba de un intento de pacto con Londres para dejar las espaldas libres a Hitler en el frente occidental para poderse concentrar en un asalto a la URSS. El frente oriental fue el escenario de los mayores cr¨ªmenes nazis.
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