Vargas Llosa: "Necesito que Per¨² siga siendo libre"
El novelista debuta ma?ana en Lima como tribuno p¨²blico con un discurso contra las nacionalizaciones
Mario Vargas Llosa, uno de los escritores de m¨¢s ¨¦xito en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, debutar¨¢ ma?ana como tribuno p¨²blico en Lima, la ciudad donde naci¨® hace 51 a?os. Las circunstancias, como define ¨¦l el encabezar un movimiento contra la nacionalizaci¨®n financiera en su pa¨ªs, han frenado desde el pasado 28 de julio la correcci¨®n de las pruebas de su libro n¨²mero 19, El hablador. Tras 36 a?os dedicado a la literatura, con peque?os lapsos en los que ha fijado una posici¨®n centrista y pol¨¦mica, su voz se har¨¢ sentir en una prueba que no deja de ponerle nervioso.
"De pronto me he encontrado con este cataclismo [ver art¨ªculo publicado en EL PA?S el pasado 5 de agosto] que se nos ven¨ªa encima y, desde entonces, no he podido corregir ni siquiera una l¨ªnea de las pruebas porque se ha creado una situaci¨®n de emergencia tal en que no hay manera de tener el m¨ªnimo de paz y retiro", dice el escritor."Quisiera prepararme un poco, no he tenido un solo instante para detenerme y pensar en lo que voy a decir", afirma. "No voy a leer porque me parece que uno no puede leer en una plaza p¨²blica...".
Pregunta. ?Cu¨¢l va a ser el tema de su discurso?
Respuesta. Todav¨ªa no lo s¨¦, pero voy a tratar de expresar, fundamentalmente, esa gran preocupaci¨®n por el futuro del sistema democr¨¢tico en el pa¨ªs, ya que est¨¢ en peligro. Si se nos acaba, vamos a retroceder en todos los campos.
P. ?No cree que su participaci¨®n va a radicalizar a¨²n m¨¢s el clima pol¨ªtico actual en Per¨²?
R. Bueno, y entonces, ?cu¨¢l ser¨ªa la alternativa? Poner el pescuezo en la guillotina para no hacer olas. No, no. La batalla hay que darla y con optimismo. He visto en estos d¨ªas que esta democracia ha cobrado una sustancia. Por lo menos, en lo que se refiere a las movilizaciones. Pues ha venido un intento de intimidaci¨®n muy fuerte desde el Gobierno, con su gran demagogia oficial, y he visto que la gente ha respondido con mucha gallard¨ªa.
S¨ªntomas de marcha atr¨¢s
P. ?Qu¨¦ resultados oficiales ha visto ante ese rechazo?
R. He visto algunos signos que me parecieron alentadores, como por ejemplo el hecho de que el Gobierno retirara la intervenci¨®n a los bancos cuando se descubri¨® que hab¨ªa un chanchullo judicial all¨ª, ama?ado por funcionarios, que nos ha llenado de verg¨¹enza a los peruanos. Pareci¨® que el presidente estaba dispuesto a una revisi¨®n pero, desgraciadamente, luego no la ha habido, sino m¨¢s bien un empecinamiento. Vamos a ser optimistas y a rogar que los senadores, que se supone son los hombres de la reflexi¨®n y de la serenidad, detengan el proyecto o por lo menos que lo enmienden para que sea todav¨ªa democr¨¢tico.
P. ?Qu¨¦ prev¨¦ a partir de todo esto?
R. El desbarajuste y el caos van a traer grandes problemas de desabastecirniento y nuevos pasos radicales del r¨¦gimen: nuevas confiscaciones y estatizaciones de un modelo comunista bastante anticuado, ya que hoy los comunistas buscan abrirse a los mercados.
P. ?Eso quiere decir que comparte la idea de otros opositores a las nacionalizaciones, seg¨²n la cual estar¨ªa en d¨ªscusi¨®n aqu¨ª la opci¨®n entre comunismo o capitalismo?
R. No, de ninguna manera. M¨¢s bien la elecci¨®n entre un Estado de tipo democr¨¢tico o de tipo totalitario. Es que los peruanos no votaron por el ogro filantr¨®pico del que habla Octavio Paz ni tampoco para que los apristas expropiaran la democracia y nos instalaran una dictadura.
P. ?Si ya existe toda una din¨¢mica pol¨ªtica y sectores pol¨ªticos que lo apoyan, el movimiento c¨ªvico que encabeza no desembocar¨¢ a corto plazo en pura actividad pol¨ªtica?
R. Desde luego que no. No soy un pol¨ªtico sino un escritor que, llevado por las circunstancias, asume una posici¨®n c¨ªvica. Desde hace a?os escribo contra las soluciones de tipo dictatorial, y si surge en el pa¨ªs una situaci¨®n as¨ª, tengo que ser coherente. Es una actitud moral.
P. ?Cu¨¢l es su sentir hoy frente a toda esta situaci¨®n?
R. Yo quiero vivir en mi pa¨ªs, quiero escribir en este pa¨ªs. Para m¨ª el compromiso con mi pa¨ªs es muy, muy profundo, y para poder seguir haci¨¦ndolo necesito que mi pa¨ªs sea un pa¨ªs libre: donde yo pueda criticar cuando lo crea necesario, donde a m¨ª no me impidan escribir lo que yo quiero. Estoy convencido de que los problemas de mi pa¨ªs s¨®lo se van a resolver de verdad dentro de un clima de legalidad y libertad. Si aqu¨ª desaparece la legalidad y se instala la prepotencia, con un partido neofascista o necocomunista o una forma peruana del PRI mexicano, nosotros no vamos a resolver los problemas de injusticia social.
Aplausos al carisma
P. Despu¨¦s de siete a?os de que Per¨² volviera al sistema democr¨¢tico, se han vivido otras ocasiones de peligro para su incipiente democracia. ?Qu¨¦ le ha llevado a usted a meterse de lleno ahora en una participaci¨®n p¨²blica?
R. Claro, naturalmente ha habido en estos siete a?os muchos momentos dif¨ªciles, pero en ninguno de ellos ha estado tan en riesgo la base misma del sistema democr¨¢tico como en este caso. Han existido momentos muy dif¨ªciles, como la actividad terrorista y la crisis econ¨®mica, que lleg¨® a crear en el pa¨ªs una enorme desilusi¨®n. Una de las cosas que le aplaud¨ª a Alan Garc¨ªa, porque no vot¨¦ por ¨¦l en las elecciones, ya que me pareci¨® que el aprismo no deb¨ªa ganar con una fuerza excesiva como ocurri¨®, fue esa actitud tan carism¨¢tica, tan din¨¢mica, que cre¨® un clima muy positivo para la democracia y muchas expectativas. La figura me parec¨ªa simp¨¢tica y muy positiva para el sistema democr¨¢tico del pa¨ªs. Por eso no acabo de entender lo que ha ocurrido este 28 de julio, de d¨®nde ha salido ese proyecto.
P. Usted ha dicho que "entre gallos y media noche", eso ?qu¨¦ significa?
R. S¨ª, entre gallos y media noche. Sin que fuera anunciado a los peruanos jam¨¢s, ni en la campa?a electoral ni en los dos a?os de gobierno. Por el contrario, en repetidas oportunidades, p¨²blicamente, el presidente [Alan Garc¨ªa] afirm¨® que no estatizar¨ªa la banca en Per¨². Dijo que las estatizaciones eran "la enfermedad infantil del izquierdismo", y le cito literalmente. Eso ni siquiera ha sido comunicado, aparentemente, a los parlamentarios apristas. ?ste es un proyecto que ha sido fraguado por un peque?o grupo de asesores presidenciales por los que Per¨² no vot¨®.
P. ?No encuentra nada positivo en el proyecto?
R. La medida es maquiav¨¦lica. Se presenta como la estatizaci¨®n de un solo sector. Pero no hay tal cosa. El cr¨¦dito es para la vida econ¨®mica como la sangre en el cuerpo humano. Si los cr¨¦ditos se utilizan pol¨ªticamente, eso desde el punto de vista de la democracia significa, simplemente, su partida de defunci¨®n.
Sentimiento de zozobra
Pregunta. ?Encuentra alguna diferencia entre el Per¨² de antes del pasado 28 de julio [d¨ªa en que el presidente Alan Garc¨ªa anunci¨® la nacionalizaci¨®n de la banca, los seguros y las financieras] y el de despu¨¦s?
Respuesta. Desde 1979 se dio un consenso amplio de vivir y convivir en un enorme sector del pa¨ªs que acept¨® las reglas democr¨¢ticas. Ahora, esta realidad comienza a resquebrajarse, hay un sentimiento de zozobra y los peruanos perciben que lo que est¨¢ en juego es vivir en democracia o en un sistema de tipo totalitario. La gravedad de la medida nacionalizadora va m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico. No s¨®lo afecta a la banca privada, sino a las compa?¨ªas de seguros, que tienen por ley paquetes de acciones en empresas. De esta manera los tent¨¢culos del Gobierno van a llegar a las empresas y van a cumplir un papel hegem¨®nico, por medio del cual el Gobierno establece un control del cr¨¦dito que no es sino la estatizaci¨®n solapada de la vida econ¨®mica del pa¨ªs. De ah¨ª al control del pa¨ªs por parte del partido del Gobierno... bueno, no hay que tener imaginaci¨®n de novelista para saber qu¨¦ pasar¨¢: la publicidad se aplicar¨¢ con criterio pol¨ªtico en los medios de comunicaci¨®n y el Gobierno ser¨¢ el gran dispensador de la publicidad nacional. Este poder, como nunca lo ha tenido ning¨²n grupo en Per¨², llevar¨¢ en el mejor de los casos -que tambi¨¦n es el peor- a una corrupci¨®n institucionalizada, y en el peor, a la cubanizaci¨®n de la vida nacional.
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