Deslizarse en agua
Los parques acu¨¢ticos buscan atracciones m¨¢s emocionantes sin una legislaci¨®n sobre su seguridad
Primero fue Estados Unidos quien adivin¨® que la gente se aburre y se gasta poco dinero s¨ª s¨®lo se ba?a y toma el sol. Nac¨ªan as¨ª los parques de atracciones con agua, piscinas con olas, toboganes, cascadas y r¨ªos artificiales. La idea se extendi¨® por los pa¨ªses tur¨ªsticos. A Espa?a lleg¨® hace tres a?os. Benidorm y Torremolinos fueron los pioneros. Y en este a?o se ha producido la invasi¨®n en las costas levantina y andaluza, Canarias, Baleares y Madrid. Dieciocho parques acu¨¢ticos en funcionamiento y ocho m¨¢s en proyecto proponen atracciones cada vez m¨¢s divertidas y arriesgadas para atraer al cliente a su territorio. Con la invasi¨®n han llegado, gota a gota, los problemas.
Primero, lesiones. Despu¨¦s, denuncias de lesionados. M¨¢s tarde, el pasado martes, la muerte de Xavier Mart¨ªn, un ni?o de once a?os, en el Acuadiver de Platja d'Aro (Gerona) ha hecho plantearse si proponer tanta emoci¨®n no supone tambi¨¦n correr demasiados riesgos. A¨²n est¨¢ por llegar una normativa concreta sobre medidas de seguridad regulando qu¨¦ atracciones pueden resultar excesivamente peligrosas o cu¨¢ntos monitores y socorristas ha de haber en instalaciones de este tipo. La mayor¨ªa de los parques cuentan, sin embargo, con un completo equipo de socorristas y monitores. En previsi¨®n de posibles accidentes, se tienen contratados adem¨¢s seguros de accidentes y responsabilidad civil que cubren los percances sufridos por cualquier usuario.
Cuando Mar¨ªa Teresa Pastor y otras dos personas presentaron en los primeros d¨ªas de agosto denuncias por lesiones contra el parque acu¨¢tico de Villanueva de la Ca?ada (Madrid), inagurado el 1 de agosto, el director del centro, Evaristo G¨®mez, se apresur¨® a se?alar que "quien no cumple las normas inscritas en carteles informativos y los consejos de los monitores corre un riesgo". Asegur¨® que es normal que se produzcan rasgu?os y peque?as heridas con cierta frecuencia, "pero no lesiones graves" y recalc¨® que Aqu¨®polis dispone de dos m¨¦dicos, dos enfermeras y 62 socorristas y monitores que orientan a los usuarios sobre c¨®mo disfrutar de los inventos de ocio sin lastimarse. Cifras parecidas son las que manejan el resto de los parques en proporci¨®n con la magnitud de las instalaciones.
El alcalde de Villanueva de la Ca?ada, Luis Partida Brunete, explica que la ausencia de una normativa espec¨ªfica obliga al ayuntamiento a realizar una constante acci¨®n de vigilancia sobre Aqu¨®polis, que se anuncia como el mayor complejo de atracciones acu¨¢ticas de Europa. "Aunque la empresa diga que les sometemos a un constante acoso, no puede ser de otra forma. Es un expediente que no podemos cerrar, como se cierra el de una cafeter¨ªa, pues hemos de permanecer en constante alerta sobre los riesgos que se puedan descubrir. Si se han producido lesiones por tirarse de cabeza por el tobog¨¢n, a pesar de las recomendaciones, hay que conseguir que la norma se respete tajantemente, que absolutamente nadie lo haga".
Aparte de los informes redactados por los t¨¦cnicos municipales y las advertencias de los colegios profesionales de ingenieros y arquitectos, la normativa b¨¢sica que se aplica a estos establecimientos recreativos es un decreto de la Administraci¨®n central del 30 de noviembre de 1981 sobre actividades molestas, nocivas y peligrosas.
Condiciones higi¨¦nicas
En el caso de Madrid, sirve tambi¨¦n de referencia una orden dictada por la comunidad aut¨®noma el 25 de mayo de 1987 sobre las condiciones higi¨¦nico-sanitarias de las piscinas p¨²blicas. En su articulado se encuentra la prohici¨®n de construir en lo sucesivo canalillos o lavapi¨¦s circundantes al vaso de la piscina y la obligaci¨®n de que el and¨¦n que rodea la pileta sea de material impermeable y no resbaladizo, con una anchura m¨ªnima de 1 metro y pendiente hacia fuera del vaso. Sobre toboganes se especifica que habr¨¢n de ser de material inoxidable, lisos y sin juntas. El paso del agua de la piscina a la depuradora se har¨¢ mediante rebosadero perimetral continuo. En otros casos, el hecho de que los parques instalados en Espa?a sean filiales de empresas extranjeras que ya cuentan con negocios de este tipo en otros pa¨ªses es una gu¨ªa clara de c¨®mo se han de hacer las cosas. Aqualand, en Blanes (Gerona), es propiedad de una empresa francesa propietaria del parque de Beziers. En Salou (Tarragona), la empresa nacional Dragados y Construcciones comparte la propiedad con otra empresa francesa, que posee tres instalaciones repartidas por Europa. El complejo recreativo proyectado en el nudo sur de Madrid ser¨¢ construido y explotado durante 30 a?os por la sociedad Damar, compa?¨ªa filial de una empresa brit¨¢nica ya asentada en el Reino Unido y Portugal.
Aqualandia, en Vendrell (Tarragona), ha sido financiada con capital norteamericano. Antonio Astudillo, director financiero y de personal, sale al paso de cualquier posible acusaci¨®n sobre deficiencias higi¨¦nicas o de seguridad con una rotunda frase: "Seguimos la normativa americana, y son t¨¦cnicos americanos los que revisan nuestras instalaciones". Esas directrices, que son las que faltan en Espa?a, regulan, por ejemplo, la cantidad y distribuci¨®n de los monitores, su preparaci¨®n y tiempos de descanso y rotaci¨®n para que no se distraigan o pierdan el inter¨¦s por aconsejar a los usuarios.
Aunque sin normativa espec¨ªfica, toda instalaci¨®n que quiera ser abierta en Catalu?a ha de pasar la revisi¨®n efectuada por el Departamento t¨¦cnico de construcci¨®n de la Generalitat. Los ayuntamientos son, en cualquier caso, los que conceden la definitiva licencia de apertura y los que pueden decretar el cierre si se detecta alguna irregularidad. Anicet Clar¨¢, alcalde de Platja d'Aro, ha asegurado que el mismo d¨ªa en que muri¨® el ni?o Xavier Mart¨ªn en Aquadiver se iba a proceder al cierre del parque. Una semana antes, una joven de 25 a?os fue atendida en la Cruz Roja de Castell d'Aro por conmoci¨®n a consecuencia de una ca¨ªda sufrida en las mismas instalaciones, en funcionamiento sin la correspondiente licencia municipal.
Golpes y aventura
A menudo son tambi¨¦n los ayuntamientos los que ceden los terrenos a cambio de que la explotaci¨®n del recinto pase a sus manos tras un per¨ªodo de concesi¨®n de unos 30 a?os. Tal es el caso de Salou (Tarragona) y Mijas (M¨¢laga). Las ca¨ªdas y contusiones leves siempre han sido minimizadas por los responsables de este negocio sirvi¨¦ndoles como argumento que la media de personas que se pasan en un d¨ªa de verano por cualquiera de estos puntos es de 4.000. Los precios de la entrada rondan las mil pesetas. Entre las aventuras propuestas: bajar por un tobog¨¢n gigante a 80 kil¨®metros por hora. Entre los reclamos publicitarios hay uno que se repite: somos los ¨²nicos de Europa, somos los m¨¢s grandes de Europa, somos los primeros de Europa. Porque saben que las comparaciones con los cientos de parques estadounidenses siempre resultar¨ªan odiosas.
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