Mosc¨², reuni¨® durante una semana a los estudiosos de L¨®gica, Metodolog¨ªa y Filosof¨ªa de la Ciencia
La cosm¨®polis sovi¨¦tica, literalmente invadida en estas fechas por la doble avalancha veraniega de las caravanas de turistas y el p¨²blico de los congresos, ha sido el escenario donde eligieron celebrar el suyo los fil¨®sofos de la ciencia de todo el mundo. En la universidad del Estado de Mosc¨², no lejos de las mansas aguas del r¨ªo Moscova, los numerosos centenares de participantes del VIII Congreso de L¨®gica, Metodolog¨ªa y Filosof¨ªa de la Ciencia sometieron a an¨¢lisis y cr¨ªtica durante la pasada semana una abrumadora serie de comunicaciones cuyo mero resumen llena ocho vol¨²menes.
El men¨² de temas ofrecido al participante ha sido m¨¢s bien suculento. En casi todo momento del tiempo laborable de la semana se expon¨ªan simult¨¢neamente unas 30 comunicaciones: nueve o diez de l¨®gica y metodolog¨ªa matem¨¢tica, otras tantas de filosof¨ªa general de la ciencia y m¨¦todo inductivo, y un n¨²mero algo mayor de filosof¨ªa de las diversas ciencias particulares (f¨ªsica, biolog¨ªa, ling¨¹¨ªstica, psicolog¨ªa y ciencias sociales). La ausencia de una buena porci¨®n de nombres americanos de relieve se ha visto num¨¦ricamente compensada por la evidente y abundante presencia de rusos y por la crecida cuota de asistentes centroeuropeos y asi¨¢ticos. El nombre de Prigogine, a quien se encomend¨® como profesor invitado la conferencia de apertura, simboliza un cambio radical en la concepci¨®n f¨ªsica del mundo, en la medida en que pretende reemplazar el modelo de simplicidad de la mec¨¢nica por el modelo de complejidad de la termodin¨¢mica. Los veteranos Mario Bunge, Hintikka y Suppes y los j¨®venes finlandeses Niiniluoto y Tuomela, todos ellos bien conocidos en Espa?a, contribuyeron con sendas comunicaciones.
Los profesores rusos ocuparon hegem¨®nicamente el espacio en filosof¨ªa de la f¨ªsica. Mientras unos disertaban largo y tendido en grandes salas sobre materialismo dial¨¦ctico y mec¨¢nica cu¨¢ntica, otros abordaban en alg¨²n retirado aposento temas cosmol¨®gicos recientes, como los agujeros negros, la teor¨ªa unificada de campo o la flecha del tiempo. En este orden discurri¨® tambi¨¦n, entre otras, la comunicaci¨®n de Ian Hacking, de Toronto, sobre improbabilidad en astronom¨ªa.
Comunicaciones espa?olas
Los espa?oles pueden enorgullecerse de haber participado en ¨¦ste en mayor n¨²mero que en anteriores congresos. Jes¨²s Moster¨ªn present¨® dos comunicaciones -una de l¨®gica y otra de biolog¨ªa-, G¨®mez Pin, M¨¦ndez, Pe?a y S¨¢nchez Mazas hablaron de l¨®gica, y Broncano, de ciencia y tecnolog¨ªa. Desde 1960, en que tuvo lugar el primero en Stanford, California, los Congresos Internacionales de L¨®gica, Metodolog¨ªa y Filosofia de la Ciencia se han venido celebrando regularmente cada cuatro a?os en el marco de diferentes ciudades del mundo. En una primera etapa, intervinieron decisivamente en ellos grandes figuras creadoras de la talla de Carnap, Popper o Kuhn.
Cuando nos hallarnos al final de la tercera d¨¦cada, se impone la entrada de nuevas generaciones y el planteamiento de nuevos problemas. La herencia de esas grandes figuras ha instalado a la filosofia de la ciencia en el estadio de disciplina madura o normal, por usar el conocido t¨¦rmino kuhniano. Es el estadio propio del desarrollo por acumulaci¨®n, que enriquece ciertamente el conocimiento, pero que tambi¨¦n corre el riesgo de hacerlo degenerar en escolasticismo.
Para eludir ese riesgo, la filosofia de: la ciencia necesita urgenternente hoy reanudar el contacto directo con los nuevos problemas y conquistas cient¨ªficos y colaborar con los hombres de ciencia, como la grail tradici¨®n de la fidosofia cient¨ªfica del pasado, en el dise?o y en la cr¨ªtica de nuevos paradigmas y modelos que iluminen nuestro conocimiento del universo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.