Una c¨¢rcel de Pinochet sirve de sala de redacci¨®n del semanario 'Apsi'
Todos los periodistas del semanario pol¨ªtico de oposici¨®n Apsi, deben acudir una vez a la semana a la c¨¢rcel de Capuchinos, en Santiago, donde est¨¢n detenidos el director y subdirector de la revista -Marcelo Contreras y Sergio Marras, respectivamente- para discutir la pauta period¨ªstica con sus jefes recluidos. Aunque Contreras y Marras est¨¢n temporal e involuntariamente alejados de la profesi¨®n, no han perdido su relaci¨®n con el periodismo.Ambos fueron detenidos por orden de la justicia militar a finales de agosto, acusados de injuriar al comandante en jefe del Ej¨¦rcito, Augusto Pinochet, por un n¨²mero extra de Apsi de contenido humor¨ªstico, que fue secuestrado antes de salir a la venta. Seg¨²n la defensa de los periodistas, la dictadura actu¨® en contra del derecho de los chilenos al humor, aplicando de hecho censura previa a Apsi por el extra titulado "Las mil caras de Pinochet", que satirizaba al jefe de Estado.
La distinci¨®n entre reirse del comandante en jefe o del presidente no es una broma en el Chile actual. A Contreras y Marras les acusan de injurias contra el Pinochet militar: por eso son procesados por la justicia militar que, en rigor, es juez y parte. Adem¨¢s de ellos dos, otro periodista, el director de la revista An¨¢lisis, Juan Pablo C¨¢rdenas, est¨¢ detenido y condenado a prisi¨®n nocturna (entre las 10 de la noche y las seis de la ma?ana, todos los d¨ªas) por escribir editoriales ofensivos para el r¨¦gimen. Otra media docena de periodistas enfrenta actualmente procesos por sus escritos.
La prisi¨®n menos rigurosa
Capuchinos es la c¨¢rcel menos rigurosa del r¨¦gimen. La mayor¨ªa de los 300 recluidos ah¨ª est¨¢n procesados o condenados por delitos econ¨®micos. Adem¨¢s de los dos periodistas de Apsi, est¨¢n detenidos all¨ª el secretario general del Partido Socialista y ex vicepresidente de Allende, Clodomiro Almeyda, y dos m¨¦dicos de la Vicar¨ªa de la Solidaridad.
En la c¨¢rcel se pasa lista a las 7.30 horas, el horario de visitas es de nueve a mediod¨ªa y, por la tarde, vienen los abogados. En Capuchinos hay salas de juego y televisi¨®n, ambas comodidades impensables en otras c¨¢rceles.
Para los periodistas, la falta de libertad es el problema central. Pasados los primeros d¨ªas, en que fueron visitados por pol¨ªticos, colegas y lectores, el nivel de la atenci¨®n p¨²blica decay¨®. Contreras ocupa su tiempo en largas tertulias jur¨ªdicas con otros detenidos; Marras, en escribir una novela. Ambos est¨¢n amordazados por el r¨¦gimen: si hacen declaraciones desde Capuchinos, pueden ser trasladados a otra prisi¨®n m¨¢s rigurosa. Pinochet no est¨¢ de humor como para que se sigan riendo de ¨¦l.
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