Schnake: "Estoy esperando que me detengan"
"Estoy esperando que me detengan", dijo el ex senador socialista Erich Schnake, al terminar su entrevista con EL PA?S. Tres horas despu¨¦s fue, en efecto, arrestado. La polic¨ªa le advirti¨®: "O se entrega o vamos por usted". Con ese ultim¨¢tum Schnake sali¨® del hotel Tupahue, sede de las sesiones de la Asamblea Parlamentaria Internacional por la Democracia en Chile, rodeado por decenas de personas, entre ellas diputados extranjeros, que gritaban "libertad" una y otra vez. Schnake hizo la V de la victoria con dos dedos y entr¨® en un coche policial en la noche del s¨¢bado, 10 horas despu¨¦s de haber hecho p¨²blica su presencia en la asamblea, desafiando la prohibici¨®n de regreso impuesta por la dictadura.El ex senador y actual jefe del gabinete pol¨ªtico del Gobierno auton¨®mico de Madrid conmocion¨® a la asamblea parlamentaria al presentarse por sorpresa en las reuniones. Antes que ¨¦l lo hab¨ªan hecho los ex diputados comunistas Leopoldo Ortega, que estaba en la clandestinidad, y Luis Guastavino, en el exilio. Schnake entr¨® el viernes en Chile por el paso Vicente P¨¦rez Rosales, en la frontera con Argentina, 1.300 kil¨®metros al sur de Santiago, utilizando su pasaporte de ciudadano espa?ol -tiene doble nacionalidad-, confundido con un grupo de turistas.
En la frontera no fue reconocido, y como visaron su pasaporte, el ingreso de Schnake fue legal. "Lo lamento por el funcionario policial, un muchacho muy joven, que inadvertidamente permiti¨® mi ingreso", dijo el ex senador.
Schnake, un abogado de 56 a?os y ocho hijos, miembro del comit¨¦ central del Partido Socialista de Chile (sector moderado que dirige Ricardo N¨²?ez), fue prisionero de la dictadura de Pinochet despu¨¦s del golpe militar de 1973. Fue torturado y pas¨® m¨¢s de cuatro a?os en la c¨¢rcel, antes de que por una gesti¨®n de Felipe Gonz¨¢lez pudiera salir de Chile, condenado al exilio. "Durante mi estancia en Espa?a siempre estuve con las maletas listas para volver", afirm¨®.
?l hubiera preferido realizar una vuelta a su pa¨ªs autorizado por el r¨¦gimen e incorporarse de lleno a la pol¨ªtica chilena. "Pero no estaba dispuesto a esperar eternamente la gracia de la dictadura", afirm¨®. Su primera sensaci¨®n al regresar "fue reconocer todo como propio, como si nunca lo hubiera dejado, desde las caras hasta las calles", dijo. Ahora el Gobierno le puede deportar a una localidad lejana o expulsarle de Chile.
Seg¨²n Schnake, "hay que mantener la ilusi¨®n de que el Gobierno dictatorial termine, lo cual va a depender de la posibilidad de que la oposici¨®n est¨¦ cada vez menos fragmentada y dividida. La oposici¨®n est¨¢ dividida un poco artificialmente. En la medida que haya prop¨®sitos y programas comunes se tendr¨¢ que articular el movimiento". El dirigente socialista considera superables las distancias existentes entre los partidos de centro e izquierda m¨¢s moderados. Para Schnake, en cambio, las diferencias con el sector de la izquierda radical, que encabeza el partido comunista, son m¨¢s profundas. "Me parece natural que no estemos junto con ellos, porque no compartimos las maneras de ponerle t¨¦rmino a la dictadura", dijo. Mientras el PC y sus aliados propugnan una rebeli¨®n popular ante el r¨¦gimen, sin descartar el uso de la violencia, el resto de la oposici¨®n prefiere combinar la presi¨®n social con una negociaci¨®n para lograr la transici¨®n a la democracia. "Ni contra Pinochet ni contra nadie est¨¢ justificado cualquier medio, porque eso lleva a una espiral de violencia, a la cual la gente se acostumbra. Yo no quisiera para Chile algo como lo de la ETA", agreg¨®.
El ex senador socialista considera que el abanico de la oposici¨®n que comprende desde la izquierda a la derecha democr¨¢tica "podr¨¢ negociar o dialogar con el r¨¦gimen una soluci¨®n pactada, en la medida que se constituyan en una fuerza coherente, de alternativa. Si as¨ª sucede, las negociaciones no hay casi que plantearlas: tendr¨¢n que venir".
Mientras estuvo en el hotel Tupahue, Schnake vivi¨® momentos emocionantes. Su madre, Marina Silva, de 87 a?os, fue a abrazarle. Mientras era entrevistado por EL PA?S, le fue a saludar otro de los aparecidos en la asamblea, el ex diputado Leopoldo Ortega, despu¨¦s de ser liberado tras permanecer detenido por la polic¨ªa algunas horas. En medio de los abrazos, uno de sus asesores envi¨® un mensaje al r¨¦gimen: si ¨¦ste pretende expulsar a Schnake, el ex senador se negar¨¢ a bajar de un avi¨®n en otro pa¨ªs.
Admiti¨® que todav¨ªa tiene rencor contra sus torturadores. "M¨¢s que eso, lo que me qued¨® es una incomprensi¨®n absoluta de por qu¨¦ seres humanos como cualquiera de nosotros pueden llegar a unos niveles tan incre¨ªbles de degradaci¨®n moral", agreg¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- Eric Schnake
- Chile
- Dictadura Pinochet
- Pol¨ªtica exterior
- Dictadura militar
- Personas desaparecidas
- Sudam¨¦rica
- Casos sin resolver
- Dictadura
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Casos judiciales
- Gente
- Am¨¦rica
- Administraci¨®n Estado
- Historia
- Espa?a
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia
- Sociedad