Los 24 cantes de Mairena

Esto ya es historia. Un festival distinto, que rompe la inercia de muchos a?os de rutina en que se repet¨ªa una y otra vez una f¨®rmula agotada en s¨ª misma. Lo ensayado por Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo en Mairena, al establecer un programa en que cada int¨¦rprete tiene fijado el contenido de su actuaci¨®n, da coherencia al espect¨¢culo y extirpa una serie de vicios profundamente enraizados por la costumbre, como son la duraci¨®n desmesurada, el que un cantaor o una bailaora canten y bailen uno y otro d¨ªa exactamente lo mismo, el que una noche dos o tres estilos impongan su tiran¨ªa y los dem¨¢s se olviden, etc¨¦tera. En la noche de Mairena fue muy bonito, por ejemplo, ver a todos los actuantes juntos en el escenario, m¨¢s de 20, haciendo palmas para el baile de Ana Parrilla, quien bail¨® por sole¨¢ y por buler¨ªas de manera admirable, con se?or¨ªo, con una perfecta armonizaci¨®n entre la expresi¨®n de la danza, que desarroll¨® con jondura y entra?amiento, y la est¨¦tica de una presencia flamenqu¨ªsima y hermosa. Gran noche de baile, porque Pepa Montes hizo una versi¨®n de la ca?a esplendorosa, llena de majestad, muy elaborada sin parecerlo, rica en ideas y en hallazgos. En cuando al garrot¨ªn de Meme Reina, airoso, con una concepci¨®n un tanto lineal; la bailaora lo hizo en su estilo, un punto distante y desapasioriado.Noche de mucho cante, en general de calidad, aurique Fosforito hubo de luchar con su profesionalidad y su gran coraz¨®n con unas condiciones de voz de acusada fragilidad. Ferriando Mairena estuvo voluntarioso, alcanzan.do su mejor momento en las buler¨ªas por sole¨¢. Chano Lobato fue, como siempre, un fen¨®meno del comp¨¢s, arrebatando con sus alegr¨ªas y unas guajiras llenas de ritinio. Manuel Mairena, siempre en la l¨ªnea de su casa, por ton¨¢s, por, siguiriyas y un excelente cante por romance, ese estilo casi olvidado hoy despu¨¦s de que don Antonio Mairena lo rescatara.

Naranjito de Triana triunf¨® con autoridad, como casi siempre; fue quiz¨¢ la actuaci¨®n m¨¢s redonda de la noche, con una meinorable versi¨®n de los caracoles. Calixto S¨¢nchez, espl¨¦ndido, singularmente por soleares y en una nana bell¨ªsima, emocionante; cuando este cantaor se olvida del gorgorito puede cantar divinamente.

Gran noche tambi¨¦n de toque, con esos maestros que se llaman Pedro Bacan, Manolo Franco y Enrique de Melchor, ¨¦ste especialmente: brillante en todo lo que hizo.