JACOBO TIMERMAN Israel, intoxicado
Ser una persona culta no significa, por ejemplo, leer a Stendhal o P¨¦rez Gald¨®s. Es suficiente, hoy, detenerse en los resultados de una encuesta sobre la idea que los alumnos de la Universidad tienen sobre los dos escritores. Para informar hay que encuestar; para gozar de la novela hist¨®rica hay que saber qui¨¦n piensa qu¨¦. La estad¨ªstica, que apenas se insinuaba como una humilde colaboradora de quehaceres dom¨¦sticos en los comienzos de la revoluci¨®n industrial, se ha convertido en el c¨®digo b¨¢sico para la toma de decisiones. Todo es encuestable y todo es encuestado, desde la influencia de las condecoraciones en el pecho de Oliver North hasta los pechos de la Cicciolina.En el reciente mes de junio, 20? aniversario de la ocupaci¨®n de la tierra palestina por Israel, el vespertino Maariv, de Tel Aviv, imagin¨® y realiz¨® una encuesta: ?Qui¨¦n es o fue la personalidad israel¨ª que m¨¢s influencia ejerci¨® en el pa¨ªs en esos 20 a?os? La pregunta fue formulada a un vasto grupo de l¨ªderes de la vida israel¨ª, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, de la ciencia, la cultura, la pol¨ªtica.
A la distancia, en Nueva York, Madrid, Buenos Aires o Mosc¨², la respuesta podr¨ªa ser obvia: David Ben Gurion, el dem¨®crata, el socialista, el pluralista, el que introdujo a los jud¨ªos en la historia, a la cual ya hab¨ªan entrado de la mano de Mois¨¦s y de la cual fueron arrancados por las legiones romanas de Tito Flavio Vespasiano. O, quiz¨¢, Men¨¢jem Beguin. Dio presencia e identidad pol¨ªtica a los marginados, los sefaradim, modificando la estructura de poder en Israel.
Ninguno de los encuestados los nombr¨®. La casi totalidad se?al¨® a Moshe Lewinger. Al identificarlo, por una vez la estad¨ªstica se adelant¨® a los historiadores y a los cientistas pol¨ªticos. M¨¢s a¨²n, de este modo identificaron tambi¨¦n al Israel actual.
Moshe Lewinger fue el primero en asentarse en las tierras robadas a los palestinos, creando un hecho consumado y fabricando una fantas¨ªa: esas tierras hab¨ªan sido concedidas a los jud¨ªos por Dios. Y nadie discute las decisiones de Dios cuando son implementadas por el ej¨¦rcito m¨¢s eficiente y moderno que existe. Lewinger daba nacimiento al colonialismo israel¨ª sobre los palestinos. En los 20 a?os siguientes, la pol¨ªtica de anexi¨®n, efectiva aunque no proclamada, ha convertido a Israel en la ¨²nica potencia colonial del Oriente Pr¨®ximo. Sin duda, los encuestados no s¨®lo identificaron el personaje, sino tambi¨¦n el car¨¢cter del pa¨ªs.
Espa?a coloniz¨® Am¨¦rica en nombre de la civilizaci¨®n cristiana. M¨¢s modernos y pragm¨¢ticos, los ingleses colonizaron en nombre de la civilizaci¨®n y el progreso. Mucho despu¨¦s, Estados Unidos se apoder¨® de casi medio M¨¦xico en nombre de sus intereses vitales, de su espacio vital -Hitler no invent¨® nada-, y domin¨® a Filipinas y Cuba bajo el atractivo lema de independencia y,democracia. Derrotados todos los colonialismos, no quedaba mucho por elegir. Una decisi¨®n de Dios no es de f¨¢cil comprobaci¨®n para las Naciones Unidas, m¨¢s a¨²n cuando Dios habla por la boca de aviones supers¨®nicos y se apoya en la presunci¨®n, seria de un arsenal at¨®mico.
Los hombres de negocios no necesitaron antes, y no necesitan ahora, de toda esta parafernalia religiosa, o de un sentido de misi¨®n civilizadora. El general Ariel Sharon, ministro de Industria y Comercio, fue muy claro en su discurso ante los empresarios israel¨ªes que Io ovacionaron en el Club Mercantil e Industrial. Cien mil obreros palestinos ingresan todos los d¨ªas a Israel desde los territorios ocupados, a los que deben retornar al concluir sus labores. Salarios bajos, cero de protecci¨®n sindical, cero de servicios sociales. La venta de productos israel¨ªes a los territorios ocupados deja un beneficio de 500 millones de d¨®lares anuales, reduciendo en un 20% el d¨¦ficit comercial de Israel. Si alg¨²n imaginativo peque?o industrial palestino, mediante una f¨®rmula heredada de su auelo, fabrica chocolate en forma artesanal y vende su producci¨®n en pocas y peque?as poblaciones israel¨ªes, la Oficina de Control de Calidad -que depende de Sharon- sabe c¨®mo clausurar la operaci¨®n. S¨®lo el monopolio Elite, israel¨ª, podr¨¢ vender chocolate. Si otro palestino emprendedor comienza a producir l¨¢cteos en Ramalla para vender a sus vecinos, los tres grandes conglomerados -Tnuva, Stranss y Yovata- saben que Ariel Sharon restablecer¨¢ el orden colonial en el mercado. Le que efectivamente hizo.
Como en toda potencia colonial, el buen negocio -la explotaci¨®n de los colonizados- da sustento a las opiniones pol¨ªticas, y no viceversa. Otra encuesta, realizada por la consultora Modiin Ezrahi, de Tel Aviv, indica que dos terceras partes de los israel¨ªes no devolver¨¢, bajo ning¨²n pretexto, porci¨®n alguna de los territorios ocupados. La mayor¨ªa de esos dos tercios apoya la anexi¨®n lisa y llana de los territorios palestinos al Gran Israel sin otorgar a la poblaci¨®n palestina que quedar¨ªa incorporada la ciudadan¨ªa israel¨ª. Una mitad de este grupo, es decir, un 20% de toda la poblaci¨®n jud¨ªa, sostiene que los palestinos deben ser expulsados hacia Jordania.
El veterano l¨ªder jud¨ªo Arthur Hertzberg acaba de escribir en Nueva York que el objetivo del general Sharon en su invasi¨®n a L¨ªbano de 1982 fue el de crear en este pa¨ªs un Estado cristiano bajo la protecci¨®n de Israel, expulsando a todos los musulmanes a Jordania, los de L¨ªbano y los de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Cuando ese mismo a?o, desde Tel Aviv, yo denunci¨¦ esos objetivos en la Prensa mundial y en mi libro La guerra m¨¢s larga, fui acusado de traici¨®n en Israel y en Estados Unidos. Arthur Hertzberg se mantuvo callado. Su art¨ªculo no nos ha reconciliado, pero al menos le sirve a ¨¦l para reconciliarse con la historia y tranquilizar su conciencia.
A pesar del fracaso de la invasi¨®n a L¨ªbano, la tendencia mayoritaria en Israel sigue aferrada a los mismos objetivos de Sharon. El movimiento pacifista es minoritario, d¨¦bil, sometido a agresiones y persecuciones. Las voces que proponen una soluci¨®n negociada con los palestinos y la devoluci¨®n de sus tierras son silenciadas; quienes hablan, son amenazados y calumniados.
Un mes despu¨¦s de la guerra de los Seis D¨ªas, hace 20 a?os, en medio de la euforia del triunfo que ahora se celebra, Ben Gurion dio una conferencia a Beit Berl, una especie de academia cultural y pol¨ªtica del Partido Laborista. El fundador del Estado de Israel sostuvo que todos los territorios conquistados deb¨ªan ser devueltos a sus due?os en forma inmediata. Dijo que mantener la ocupaci¨®n distorsionar¨ªa a Israel o destruir¨ªa la naci¨®n. Por ahora no destruy¨® la naci¨®n, pero la convirti¨® en una Sur¨¢frica. Una forma elaborada de la destrucci¨®n. Al d¨ªa siguiente, apenas unas breves l¨ªneas fueron publicadas por los diarios. Extravagancias del viejo, explicaron los laboristas. Algo de senilidad, agregaron.
El rabino Najman, de Bratzlav, uno de los grandes sabios del juda¨ªsmo, relata que una vez Dios se revel¨®, en un sue?o, a un hombre piadoso e inteligente, y le dio a elegir entre un mundo de muertos o un mundo de locos. El hombre eligi¨® un mundo de insanos, pero agreg¨® una condici¨®n: que una sola persona mantuviera su cordura y fuera de persona en persona para recordarle: "T¨² est¨¢s loco". El escritor israel¨ª Isaac Orpaz propuso, en este 20? aniversario, al recordar el relato del rabino Najinan de Bratzlav, que al menos los escritores israel¨ªes mantuvieran su cordura, y fueran de jud¨ªo en jud¨ªo dici¨¦ndoles: "T¨² est¨¢s intoxicado".
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