Pat¨¦tica derrota del Bar?a ante el Espa?ol
Javier Clemente gan¨® su primer derby desde que es entrenador del Espa?ol. Pero pocos le conceder¨¢n mucho m¨¦rito. El Espa?ol se encontr¨® con uno de los peores Barcelona de los ¨²ltimos a?os. Da la sensaci¨®n de que el equipo de Venables inici¨® una lenta descomposici¨®n a partir del t¨ªtulo de Liga de 1984-85, que esta temporada se ha convertido en una ca¨ªda sin paraca¨ªdas. Ya no hay ni esquema ingl¨¦s, ni portugu¨¦s, ni espa?ol, y pronto no habr¨¢ ni espectadores en el Camp Nou. El desastre del Barcelona se hizo ayer tan patente que borde¨® el rid¨ªculo ante un Espa?ol que tampoco es el del a?o pasado.Los primeros 45 minutos sirvieron para que otros deportes ganasen muchos adeptos. Venables se quit¨® de la cabeza la idea de los cinco centrocampistas y colabor¨® a un confusionismo a¨²n mayor en sus jugadores. Situ¨® a Carrasco como titular -recuperado de la cura de humildad que le ha dado el entrenador brit¨¢nico-, y, temeroso por la fragilidad de la defensa, altern¨® a Roberto y Schuster por delante de la retaguardia. De esta forma, el Bar?a parec¨ªa jugar con un 5-3-2. Enfrente, el Espa?ol repet¨ªa el esquema del a?o pasado: jug¨® con tres defensas y tres delanteros, con Soler como cuarto centrocampista frenando a V¨ªctor, y marcando por zonas a Schuster y a los delanteros.
El error del Espa?ol fue recordar al Bar?a del a?o pasado. As¨ª, durante la primera mitad los hombres de Clemente, ten¨ªan la consigna de sobrepasar por alto a los centrocampistas, ayudados por los saques de porter¨ªa de Nkono. De esta forma pretend¨ªan, escaparse del supuesto pressing del Bar?a. Inocentes.... El Bar?a, mientras tanto, se perd¨ªa en pases al pie en la zona centro sin encontrar ni crear espacios para las incursiones ofensivas. Anoche el Bar?a chut¨® una vez en la primera parte -Schuster, m. 30, con buena parada de Nkono-, y dos m¨¢s en la segunda -Roberto, m. 52, y Schuster, m. 84-.
En la segunda mitad, el Espa?ol se olvid¨® de la pasada temporada. Baj¨® el bal¨®n al suelo y, con Lauridsen como catalizador, se dedic¨® a aprovechar los huecos azulgrana. Debi¨® llevarse una sorpresa cuando vio tantos.
Desde el minuto 42 hasta el 84, el Barla no se acerc¨® ni una sola vez con peligro a Nkono. Y hombres bregados como V¨ªctor, Urbano o Julio Alberto perd¨ªan los nervios poco a poco en una demostraci¨®n pat¨¦tica de impotencia, una impotencia que, desde luego, no puede nacer ¨²nicamente de una derrota en el Camp Nou ante el Sevilla. Era una situaci¨®n tremenda, que rozaba el rid¨ªculo.
En este Barcelona sucede algo muy grave, cuyo origen parece remontarse a temporadas anteriores. Da la sensaci¨®n de que Venables ya no da m¨¢s de s¨ª; de que se le han acabado las ideas; de que apost¨® demasiado fuerte el a?o pasado, y perdi¨®. Los m¨¢s pesimistas ya dicen que la Liga est¨¢ perdida cuando quedan 70 puntos por jugarse.
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