Favorables a la t¨¦cnica
Los pa¨ªses europeos utilizan, en general, medidas t¨¦cnicas para la protecci¨®n de sus oficinas bancarias, y limitan el empleo de vigilantes al transporte de fondos y a la vigilancia de otras entidades.El vigilante jurado es un personaje pr¨¢cticamente desconocido en los bancos de B¨¦lgica y Holanda excepto cuando se efect¨²an transportes de fondos. El sistema de protecci¨®n. m¨¢s generalizado consiste en aislar completamente a la plantilla del p¨²blico con un grueso cristal antibalas, informa Ignacio) Cembrero desde Bruselas, adem¨¢s de otras medidas secundarias, como la conexi¨®n permanente con empresas de seguridad.
En el Reino Unido existen compa?¨ªas privadas de seguridad que ofrecen protecci¨®n a bancos y otras empresas, pero la ley impide que sus empleados porten armas ofensivas, como son las de fuego, seg¨²n manifest¨® a Ricardo M. de Rituerto una fuente del Ministerio del Interior brit¨¢nico.
Robos 'limpios'
En los bancos, estos agentes de seguridad desarmados operan s¨®lo a partir de la hora de cierre. Otras medidas de seguridad adicionales no son obligatorias por ley, pero son exigidas por las compa?¨ªas de seguros.
En el pa¨ªs de los grandes robos limpios, los informantes no sab¨ªan con certeza si alg¨²n agente privado de seguridad ha perdido la vida durante un asalto.
Los bancos y las cajas, de ahorro en la Rep¨²blica Federal de Alemania no vigilan sus sucursales con guardias jurados para evitar reacciones violentas de los atracadores, manifest¨® a Herniann Tertsch un portavoz de la Asociaci¨®n Alemana de Cajas de Ahorro, con m¨¢s de 9.000 sucursales.
Las medidas contraatracos en las sucursales son exclusivamente t¨¦cnicas. Las cajas tienen dispositivos que limitan a 5.000 marcos la cantidad que se halla disponible para pagos en cada momento, y las c¨¢maras filman ininterrumpidamente durante el horario de caja. "La polic¨ªa siempre puede contar con fotograf¨ªas de los asaltantes".
Pese a los disfraces o capuchas, la cuota de esclarecimiento de los atracos en la RFA es extremadamente alta.
Portugal es un caso at¨ªpico, porque, a pesar del aumento de la delincuencia en los ¨²ltimos 10 a?os, los atracos contra bancos y otras entidades, que implican un mayor grado de violencia y organizaci¨®n, son muy poco frecuentes, informa Nicole Guardiola desde Lisboa. Son muy pocos los bancos y otros establecimientos abiertos al p¨²blico que tienen sistemas sofisticados de seguridad.
El papel de los guardas nocturnos, de plantilla o suministrados por las empresas de seguridad, y de los vigilantes de barrio es sobre todo disuasorio: s¨®lo llevan armas defensivas y transmisores-receptores ligados en permanencia con la centralita de la empresa de seguridad, la polic¨ªa o los bomberos. El ejemplo portugu¨¦s contradice las tesis de los que sacan argumento de la inseguridad para exigir cada vez m¨¢s represi¨®n: no hay m¨¢s atracos ,all¨ª que en otros pa¨ªses, a pesar de que, aparentemente, son m¨¢s f¨¢ciles de realizar.
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